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La Corriente pone a disposición de defensores y defensoras de derechos humanos, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y activistas, los hallazgos del Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGTBIQ+ en Nicaragua, correspondiente al período enero – junio 2023.

Este Observatorio está pensado como una plataforma de denuncia de múltiples formas de discriminación y violencia que se ejercen sobre cuerpos disidentes y que tienen en su base un orden social y cultural marcado por la misoginia, el heterosexismo y la violencia como lenguaje del poder. El Observatorio constituye un aporte a los esfuerzos que activistas y colectivos de lesbianas, homosexuales, trans y personas no binarias de Nicaragua y Centroamérica realizan para avanzar en la erradicación de los crímenes de odio y reconocimiento de derechos.

Cuando ocurrieron las protestas de abril del 2018 -que tomaron por sorpresa a toda la sociedad nicaragüense – muchas de las y los jóvenes que las protagonizaron, tenían entre 15 y 25 años, es decir, niños, niñas, adolescentes cuando Daniel Ortega regresó al gobierno en 2007.

Los medios de convocatorio, las acciones de protesta, los lemas, los discursos, las vocerías, todo se fue organizando en medio de la feroz represión que desató la dictadura Ortega Murillo. Nadie estaba preparado para vivir en la clandestinidad, en la cárcel o en el exilio. Nadie, nunca, está preparada para asistir a las muertes violentas que se sucedieron a diario durante cinco meses consecutivos.

Han pasado ya 5 años desde aquel abril y la vida de las y los jóvenes ha cambiado drásticamente. Las lecturas sobre la crisis que vive Nicaragua, sus causas, impactos y posibles salidas, son múltiples y en conflicto. La frustración y la esperanza conviven en miles de jóvenes que dentro y fuera del país, tienen que seguir con sus vidas y resolver las urgencias de la vida cotidiana.

En este podcast conversaremos con tres mujeres jóvenes sobre los cambios, los retos y los aprendizajes acumulados por la juventud nicaragüense durante los últimos 5 años, que sin duda alguna han dejado marcas indelebles.

Llegamos al final de junio y como es costumbre, queremos conmemorar en las redes un año más de resistencia y orgullo de ser quienes somos, como desde hace cinco años ya no podemos salir a las calles y llenarlas de colores y demandas de nuestros derechos hoy continuaremos tomándonos las redes para visibilizar la existencia diversa.

En cada rincón del mundo, hay una lesbiana, un gay, una trans, una persona  no binaria nicaragüense, alzando la voz por quienes continúan en un contexto represivo como el de nuestro país, resistiendo no solo a la violencia institucional, sino también sobreviviendo a la violencia machista y a la discriminación cotidiana en los espacios de socialización.

Los colectivos LGBITQ+ son parte esencial para continuar sosteniendo las demandas que garanticen una vida digna y el  reconocimiento de derechos para la población LGBTIQ+. Estos espacios han sido los catalizadores para la creación de redes de denuncia y acompañamiento para los cuerpos disidentes que estén o no organizados.

En este podcast, conmemoramos la existencia de los cuerpos disidentes con las voces de activistas organizadas y no organizadas, para continuar visibilizando en las redes la resistencia y el reconocimiento de los cuerpos raros, rechazados, y sin duda únicos, brillantes, creativos y sobre todo parte de la diversidad que caracteriza a las sociedades.

En Centroamérica persisten toda clase de prejuicios que constituyen el caldo de cultivo para reproducir la violencia y discriminación que sufren lesbianas, homosexuales, bisexuales y personas trans.

Prácticamente no existe un solo ámbito de la socialización en donde los cuerpos disidentes, es decir, esos que no encajan en los estrechos límites de la feminidad/masculinidad y la heterosexualidad, que no estén plagados de silencios, burlas, amenazas, agresiones y castigos de todo tipo. El objetivo de esta violencia -como todas- es la imponer una determinada manera de vivir y expresar la sexualidad, desde una lógica binaria que sirve a los intereses del patriarcado.

A pesar del conservadurismo creciente, en Centroamérica durante las últimas dos décadas han surgido diversos colectivos que promueven el reconocimiento de los derechos de la población LBTBQ+, a la vez que denuncian la violación sistemática de derechos y la falta de compromiso del estado que sostiene leyes discriminatorias.

En este mes en que activistas y colectivos de todo el mundo celebran el así llamado “Orgullo”, como respuesta a los discursos que fomentan el desprecio y el odio hacia todas aquellas personas que se niegan a aceptar identidades preestablecidas y únicas maneras de expresar el deseo, Cuerpos Sin Vergüenzas comparte las reflexiones de tres activistas con una larga trayectoria en la defensa de los derechos de la población LGTBQ+.

Las redes sociales son -como casi todo- lugares discursivos en disputa. Así como nos han permitido acercarnos a diversas realidades y compartir aspiraciones para la transformación de nuestras sociedades, nos exponemos a la exposición descarnada de todo tipo de mensajes que alientan la intolerancia y la violencia.

Los discursos de odio contra lesbianas, homosexuales, personas trans y no binarias, que circulan en las relaciones cotidianas, han encontrado en las redes sociales un lugar privilegiado para ampliarse de manera exponencial. Los creadores de contenidos muchas veces amparados en el anonimato que permiten las normas impuestas por las grandes empresas que controlan el espacio digital, lucran de la violencia que ejercen hacia los cuerpos disidentes.

A pesar de todo, quienes trabajan por erradicar todas las formas de violencia también han sabido utilizar las ventajas que ofrecen las redes sociales para difundir mensajes responsables que permiten entender no solo el impacto que los discursos de odio tienen sobre personas concretas-llegando muchas veces al suicidio-, sino, construir nuevas narrativas que abonan a la construcción de sociedades libres de homolesbotransfobia.

Aunque todavía nos falta mucho camino por recorrer, existen valiosas iniciativas de activismo digital desde donde se denuncia la violencia, se brinda apoyo a las víctimas directas y se comparten diversas iniciativas para la defensa de los derechos de la población LGTBQ+. Este podcast es una muestra de tales esfuerzos.

El 28 de mayo se conmemora el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, fecha elegida por redes feministas para demandar a los estados políticas públicas que hagan efectivo el derecho a la salud para todas las mujeres a lo largo de su ciclo de vida.

Centroamérica es una de las regiones más pobres y desiguales de América y también figura entre las más violentas. Estos problemas estructurales tienen un impacto severo sobre la salud de amplios sectores de la sociedad y en particular sobre las mujeres que, a pesar de su aporte crucial a la reproducción humana y las tareas de cuidado, no son considerados como sujetas de derecho.

Las políticas públicas de salud en la mayoría de los países centroamericanos carecen de un enfoque integral, así como, de recursos suficientes para atender las necesidades de las niñas, adolescentes, adultas y mayores. En el mejor de los casos, se da prioridad a las mujeres en edad reproductiva desde un enfoque que las ubica como medios para la reproducción, desatendiendo otras dimensiones como la salud psico-emocional, la salud sociolaboral, la salud ambiental, entre otras.

Las organizaciones feministas que trabajan en el ámbito de la salud han puesto la mirada en la salud sexual y reproductiva, investigando y denunciado la falta de respuesta de los estados para atender problemas endémicos que afectan a cada vez más mujeres.

En este podcast conversaremos con dos integrantes de colectivos nacionales y redes regionales que trabajan en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, acerca de los problemas y propuestas construidas para avanzar en su reconocimiento.