NO MEDIACION
La propuesta de introducir la mediación en la Ley 779, para resolver casos de violencia considerados leves es el reflejo de una cultura que naturaliza la violencia contra las mujeres y minimiza hechos que atentan contra la vida de la mitad de la población nicaragüense; de ahí que a tan sólo un año de entrada en vigencia la Ley Integral contra la violencia hacia las mujeres, la Corte Suprema de Justicia proponga una reforma para mediar nueve de los 10 delitos que se establecen, dejando fuera únicamente el femicidio y las lesiones graves.
Como si se tratara de hechos aislados, quienes están a favor de la mediación, minimizan los efectos que tienen empujones, palabras agresivas, gritos, control, la manipulación y golpes en la vida de las mujeres; sin embargo, estas expresiones forman parte de un conjunto de situaciones que las mujeres viven a lo largo de la vida y que coartan las posibilidades de ser felices, gozar, tener proyectos propios y ser las protagonistas de sus vidas.
Los daños que deja la violencia no son pocos, no sólo para las mujeres, sino para las niñas y los niños; de esto nos hablaron Chepita Rivera y Reina Velázquez en Cuerpos Sin-vergüenzas, este jueves 5 de septiembre, ellas son psicólogas, feministas y especialistas en salud mental y desde sus experiencias en acompañar a mujeres que han vivido violencia y a niñas y niños, nos explican por qué no hay violencia leves.
Violencia: todo lo que atenta contra la vida, lo que restringe la libertad.
Aunque al hablar de violencia contra las mujeres nos imaginamos golpes y gritos, esta violencia tiene un sentido más amplio y complejo y va más allá de los hechos concretos, pues se trata de “todas aquellas expresiones que atentan contra la vida de las mujeres en toda su dimensión integral, en tanto persona, en tanto ser humana, que tienen que ver con los niveles de discriminación, de marginación que viven las mujeres en todos los ámbitos donde ella se ubica, pero hace alusión no solo a la violencia física, sino también a la violencia simbólica a esa violencia que no es fácilmente perceptible, tangible o no se ve…porque se invisibiliza por los niveles de naturalización, se ve normal que empujen a una mujer, se ve normal que la descalifiquen, que la discriminen, que la devalúen, que no le permitan acceder al ejercicio de sus derechos, y en ese sentido, todo aquello que apunte a disminuir a la mujer en su condición de ser humana es violencia” como lo explicó Chepita.
Reina, por su parte nos dice que violencia es “todo aquello que restrinja nuestra libertad, nuestra seguridad y nuestra dignidad, porque hay caras sutiles de la violencia, son todos esos micromachismos, todas esas maneras de dominarnos…Nos conviene ponernos los lentes del derecho “tienen derecho los hombres, tienen derecho las mujeres”; lo que todo hombre hace para defender su dignidad es lo que nosotras nos merecemos, es decir no estamos pidiendo nada extra, estamos pidiendo que nos traten con dignidad. La violencia contra la mujer coarta todo esto, la limita”.
La violencia contra las mujeres se da a lo largo de la vida
La violencia contra las mujeres tiene características que la diferencian de otras formas de violencia que conocemos, como lo explican nuestras entrevistadas, se trata de una violencia que perdura a lo largo de la vida y que se da en razón del odio, rechazo o desprecio que los hombres tienen hacia las mujeres.
Para explicar esto, Reina nos habla de un ejercicio en el cual los niños, niñas y personas adultas hacen una línea de vida y colocan hechos significativos, los resultados revelan que “hay un tiempo en que los hombres dejan de vivir los tipos de violencia que vivieron siendo niños, que los golpeen, que los abuse sexualmente, y las mujeres seguimos a lo largo de la vida, nos golpean, nos abusan sexualmente, nos acosan en el trabajo, nos acosan en la calle, es decir, nosotras la violecnia la vivimos por ser mujer”.
Chepita nos dice que comprender que la violencia en la vida de las mujeres es un continum nos ayuda a “dimensionar que la mujer no llega a la relación de pareja a vivir la violencia sexista o machista ahí, ya viene con una historia de vida con algunas vivencias de violencia con algun impacto en su autoestima”.
Violencia psicológica entre las que más daño causan
Aunque la violencia psicológica está considerada un “delito leve” en la propuesta de reforma de la ley 779, las mujeres reconocen que éste tipo de violencia es una de las que más daño causa en sus vidas. Esta violencia expresada en gritos, palabras denigrantes, comentarios discriminativos etc. que reciben a diario las mujeres se aloja directamente en el autoconcepto que las mujeres, dejándolas desprovistas de autoestima y autoreconocimeinto de sus propias capacidades.
Chepita nos explica que la violencia psicológica es una de las que más daño causa porque “el daño que causa es en toda su vida…el ser negadas en todas sus dimensiones” y esto lleva a las mujeres a “una vida que está en la sinrazón de lo que significa la libertad, el gozo el placer, está negada la felicidad el poder mirar hacia el futuro el soñar, es una vida de sufrimiento”
En su experiencia nos comenta que se ha encontrado con mujeres que “a veces dicen en sus actos de desesperación y su desesperanza: yo prefiero que me de un golpe a que me siga humillando”. Y nos habla cómo el no poder nombrar esa oración de “yo soy…” es muestra de los profundos daños que las mujeres tienen, “porque ha sido llamada de tantas formas: loca, puta, zorra, sos una estúpida…Todos esos “sos” que van directo a herir la autoestima de las mujeres es violencia psicológica”.
Y nos recuerda que a pesar de toda esta violencia “siempre hay una salida, siempre hay recursos, lo que se necesita es dar un empujoncito pequeño y cuando ella va quitandose los velos a la naturalización de esa violencia empieza el proceso de cambio”.
Las niñas y los niños también son víctimas de este “régimen de terror” como lo llama Reina y nos explica que “con un mamá que tiene una pobre opinión de ella misma… y un papá violento, los niños y las niñas están siendo afectados de la misma manera, se llenan de vergüenza, se llenan de culpa, ellos creen que algo hicieron mal para que su papá castigara a su mamá. Están en una eterna confusión, es un niño que cree que está en un mundo particular, confuso, por lo tanto la imagen de ese niño es pobre”.
Por eso, reafirma que “la mediación no va porque la violencia afecta todo el sistema familiar, no hay nada leve”.
Hombres a desaprender, mujeres a quitarse la vergüenza y buscar aliadas
Ante este escenario desesperanzador, nuestras invitadas nos brindan algunas pistas para el camino de erradicación de la violencia contra las mujeres. Chepita nos dice que en el caso de los hombres tienen que desaprender este sistema de abuso de poder y “sustituirlo por formas basadas en el respeto y en el reconocimeinto de la otra en condiciones de igualdad en tanto sujetas de derecho como es el hombre”.
Sin embargo reconoce que “la tienen más difícil los hombres porque pareciera que a ellos les cuesta más porque están más apegados al poder, el poder es rico”.
Para las mujeres nos dice que es importante que cada una reconozca su condición “poder nombrarlo sinverguenzamente, quitar esa vergüenza que ha sido depositada en ella a partir de la expropiación de su cuerpo y ponerla donde sí tendría que sentirlo que es quien ejerce la violencia”. También invita a las mujeres a “vincularse con mujeres, juntarse con mujeres que puedan ser elementos de apoyo y de contensión y de impulso para acompañarla en los cambios que ella va a ir deseando hacer a partir de recuperar sus deseos”.
Y para los niños y las niñas, Reina nos dice que el primer paso es educar de otra manera, “dejemos de pegarles, dejemos de insultarles y eduquemosles en la colaboración” recomienda.
Es responsabilidad de los hombres pensar: ¿Cómo evitar ser un delincuente?
Finalmente, Chepita y Reina invitan a los hombres a asumir la responsabilidad que les corresponde en la erradicación de la violencia contra las mujeres, porque son ellos quienes la ejercen.
Reina nos dice claramente: “La ley 779 está y van a ir presos… aquí le toca a los hombres, a cada quien le va a tocar: ¿Cómo yo voy a evitar ser un delincuente? Porque es delito, los señores son delincuentes, antes no era delito, ahora es. Ahora la sociedad está deslegitimando la violencia”.
“Yo me he encontrado que las madres, tías, abuelas están preocupadas por sus hijos, sobrinos nietos, por la ley. Que comiencen a decir cómo van a evitar ser penados por la ley ante su delito. Tenemos que empezar a decir que la violencia es un delito”.
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