Archivo de la etiqueta: derechos lesbianas

El 13 de octubre de 1987 se realizó en México el “Primer encuentro Lésbico Feminista de América Latina y el Caribe”. 20 años después se escoge este mismo día para conmemorar el Día de la Rebeldía Lésbica.

La celebración de la rebeldía lésbica es en sí misma una transgresión al régimen heterosexual que ha condenado al silencio y la clandestinidad, a las mujeres que se sienten sexualmente atraídas por otras mujeres.

En esta edición de Cuerpos Sin –Vergüenzas y de la mano con nuestras invitadas, queremos aportar a la construcción de la memoria colectiva de las lesbianas nicaragüenses que, a pesar de la discriminación y la violencia, ejercen su derecho a decidir sobre sus cuerpos.

Invitamos a Soghad Ghadimi y Tania Rizo, para hablar sobre la situación de las lesbianas y la violación de sus derechos. También sobre la actual crisis que vive nuestro país y los impactos que esta tiene sobre las mujeres en general y las lesbianas en particular.

“Ser lesbiana es sinónimo de ser rebelde”

Soghand Ghadimi, autora del blog “La vida en púrpura” considera que “ser lesbiana es sinónimo de ser rebelde, es además una afirmación  política que evidencia que es posible ser mujer de otras formas. Cuando te nombras lesbiana es decir que conocés tu deseo sexual, experimentás el placer, es reconocernos mujeres con deseos eróticos sin necesidad de hombres en el centro de nuestra experiencia erótica”, dijo.

Desde su mirada, enfrentan una doble discriminación, por ser mujeres y por ser lesbianas. Ha sido a través del feminismo que Soghand ha documentado su experiencia, su día a día, por ello considera al feminismo como un pilar de vida que le ha enseñado cómo funcionan los mandatos sociales.

Soghand se nombra como lesbiana y feminista, cree que aun en tiempos de crisis y de represión generalizada, existen oportunidades para visibilizar la existencia lésbica “no nos van a callar, los espacios los vamos a buscar”, enfatiza.

En opinión de Tania Rizo, las lesbianas salen totalmente de las normas sociales impuestas por ser mujeres y deciden vivir su sexualidad de forma abierta “no es ley que todas seamos y pensemos iguales, pero muchas nos rebelamos a una feminidad impuesta, algunas al mandato de ser madre, otras a seguir ciertos patrones y estereotipos de lo que significa ser lesbiana, otras nos rebelamos a la monogamia, estar con una pareja, vivimos en constante rebeldía, cada una desde sus individualidades”, refiere Tania.

“Me encanta decir que soy una rebelde lésbica”, asevera Tania, quien igual que Soghand, se considera lesbiana y feminista. Manifiesta que aunque vivamos en una sociedad profundamente machista y misógina, las lesbianas seguirán buscando oportunidades para visibilizar que existen y que no van a permitir que sus demandas sean relegadas.

Al igual que Soghand desde Cuerpos Sinvergüenzas, le decimos a esta sociedad heteropatriarcal y heterosexista que “¡Lesbianas somos, lesbianas seremos y en el armario no nos quedaremos!”

Les invitamos a escuchar este programa en compañía de Soghand Gadhimi  y Tania Rizo desde Matagalpa.

El 26 de abril, colectivos feministas y lésbicos, conmemoramos el Día de la Visibilidad Lésbica para reivindicar la existencia lésbica en Nicaragua.

A pesar de la estigmatización y discriminación que experimentan las lesbianas, ellas no sólo reconocen su derecho a existir, sino también, el gran placer que significa ser lesbianas.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas platicamos sobre la visibilidad lésbica y cuáles son las resistencias y demandas de lesbianas nicaragüenses. Nos acompañaron en cabina Ani Guerrero, coordinadora de Lupa Feminista y Silvia Zuniga, coordinadora del Espacio de Mujeres La Llave, ambas activistas lesbianas y feministas.

Resistir es cotidiano

_DSC0323

Ani Guerrero

La discriminación que sufren cotidianamente las lesbianas, tanto en las dimensiones privadas como públicas, las ha colocado al margen del reconocimiento y el ejercicio efectivo de sus derechos.

Ani Guerrero sostiene que para las lesbianas “resistir es cotidiano”. Afirma que desde el feminismo ha aprendido a politizar el ser lesbiana para defender sus derechos y reivindicar la existencia de mujeres que sienten deseo por otras mujeres.

“El feminismo me enseñó que mi cuerpo es mío. Me enseñó que tengo que visibilizarme como mujer lesbiana”, expresó Silvia. Para ella el feminismo es una ideología de vida y es vital para cualquier lucha.

_DSC0334

Silvia Zuniga

Les invitamos a escuchar la edición completa de Cuerpos Sin-Vergüenzas para que conozca más sobre cómo se manifiesta el rechazo y la discriminación que viven las mujeres lesbianas en espacios privados y públicos, cómo están organizadas las lesbianas en Nicaragua para defender sus derechos y cuáles son las principales demandas que hacen al Estado, a los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto.

No somos amigas, nos comemos el coño…

El pasado 26 de abril las mujeres lesbianas en muchos países, salieron a conmemorar en el espacio público el Día de la Visibilidad Lésbica, como una forma de mostrarle a la sociedad que las lesbianas existen y resisten a la heternormatividad.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversamos en cabina con Ana Lucía Guerrero y Tania Rizo, activistas lesbofeministas, quienes compartieron qué significa ser lesbianas visibles y por qué es importante que la sociedad y el Estado respeten los derechos humanos de todas las mujeres lesbianas.

“Lo que no se nombra no existe”

Ana señala que es fundamental hacer visible que los derechos de las mujeres lesbianas se están violentando, que es importante reivindicar posturas y derechos y nos recuerda la histórica consigna feminista “lo que no se nombra no existe”.

Para Tania también es crucial nombrarse lesbiana y desde su experiencia personal, comenta que esto le ha significado una vida más feliz, más tranquila y que ha sido un proceso que varias personas han acompañado.

Tania

Salir del clóset

Tania menciona que el hecho de “no decir públicamente que somos lesbianas, niega, invisibiliza todos los aportes que hacemos las mujeres lesbianas a la sociedad”. Sin embargo, también expone que no se le puede exigir a nadie salir del clóset y alude que para ella ha sido un largo proceso.

Ana refiere que salir del clóset representa para ella “sentirme libre”, “ser yo misma”, y comenta que en particular, le gusta hacer sentir incómoda a la gente en los lugares donde no está bien visto ser abiertamente LGBT. Agrega que no estar legalmente reconocidas como un modelo de familia representa un acto de invisibilización.

Ani

La familia

Nuestras familias son los referentes afectivos más cercanos y su aceptación y/o rechazo impacta ya sea positiva o negativamente en las personas LGBTI. Ana detalla que la relación con su mamá ha sido muy cercana y la acepta como mujer lesbiana igual que otros familiares, pero que esto ha implicado también, acompañamiento mediante procesos de sensibilización.

La experiencia de Tania es distinta. Ella dice que su mamá le reclama que sea una lesbiana pública, una “lesbiana a todo color” y le exige ser menos evidente. Y el llamado que hace es “si quieren que seamos felices, que nos respeten”.

Demandas

Ambas invitadas denuncian que la discriminación sigue estando presente y que conocen de actos lesbofóbicos en centros comerciales y centros recreativos, por lo que instan al Estado y la sociedad, que se les reconozcan y respeten sus derechos sin exclusión alguna por la orientación sexual e identidad de género.

Motivan a que lesbianas se acerquen a grupos feministas en sus municipios porque han sido las mujeres feministas quienes han abierto el camino hacia una vida libre de discriminación y sugieren el “trabajar para adentro”, es decir, dar apertura a procesar historias de vida para poder llegarle a más gente.

CLÍTORIS, CLÍTORIS, SI PROBAS YA NO SALÍS.
Durante el Séptimo Encuentro Lésbico Feminista, se decide que cada 13 de octubre será «Día de las Rebeldías Lésbicas», para recordarle al poder patriarcal que las lesbianas existen y luchan por su reconocimiento como mujeres que desafían los estrictos roles de género que imponen la heterosexualidad obligatoria.

En conmemoración a la Rebeldía Lésbica, en esta edición de Cuerpos Sin Vergüenzas platicamos con Anielka Escobar y Judit Abarca, dos mujeres desobedientes, rebeldes, insurrectas, lesbianas y feministas sobre sus ideas, su accionar político y el placer que representa ser lesbiana, autónoma y rebelde.

Rebeldía es visibilizar la existencia de lesbianas

En Nicaragua nombrarse lesbiana representa un gran desafío dados los altos índices de discriminación que existen por el simple hecho que una mujer sienta deseo por otra mujer y no por otro hombre.

Judit señala que la rebeldía lésbica significa no estar en los parámetros del heterocapitalismo y “más allá de con quién nos acostamos, es también visibilizar nuestra existencia”, dijo.

Para Anielka, que las mujeres lesbianas tengan un día de la rebeldía lésbica es una manera de “decirle al sistema aquí estoy, y no soy lo que quieren que sea”, porque ser lesbiana es “no estar dentro de la norma, transgredir”, menciona.

Anielka

Invisibilización en lo privado y en lo público

El rechazo y la vergüenza que se produce en las familias es otro aspecto que está presente en la historia de muchas mujeres lesbianas. Judith destaca que esas fracturas en el vínculo familiar, da lugar a una invisibilización de las mujeres lesbianas en lo privado que también se proyecta en lo público.

Anielka comparte que su acercamiento con el feminismo la encaminó hacia la necesidad de reconocerse más allá de lo privado como una mujer lesbiana “me invitó a cuestionarme, dudar, probar (…) no fue  levantarme un día y decir soy lesbiana”, expresando que el proceso de enfrentarse a una sociedad lesbofóbica requiere de apropiarse de elementos esenciales que el feminismo proporciona.

Hay muchas formas de ser lesbianas

Ambas invitadas coinciden en que así como no hay una sola manera de ser mujer, tampoco existe un único modelo de ser lesbiana. Judit argumenta que esa idea que está colocada en el imaginario social de cómo son las mujeres lesbianas, tiene como sustento un concepto esencialista, en tanto que la gente asocia a las mujeres lesbianas como mujeres que intentan ser hombres o mujeres que se comportan como hombres, por lo que enfatiza que el ser lesbofeminista es una cuestión política, que va más allá de hacia quién se dirige el deseo erótico-afectivo.

Los desafíos

Anielka se plantea retos individuales como el de trabajarse miedos que le impiden visibilizarse en lo público como mujer lesbiana autónoma. Judit invita a sumir la rebeldía lésbica, a que las lesbianas se encuentren con otras, que procesen y abandonen culpas y miedos y que se desconfíe de todo discurso patriarcal. Ambas concuerdan en que la organización es importante para seguir en la lucha del reconocimiento de derechos humanos igualitarios.

Judith



.binary option onlineгде разместить бесплатно объявлениеbinary option 24

NECESITAMOS FORMARNOS POLÍTICAMENTE PARA TENER DISCURSOS FUERTES

El Programa Feminista La Corriente como parte de su apuesta por el reconocimiento de las identidades múltiples y de los derechos sexuales y reproductivos, realizó un ciclo de formación dirigido únicamente a lesbianas y mujeres  trans.

El ciclo de formación constó de 4 talleres de dos días de duración cada uno,  en los cuales se desarrollaron temas como identidades de género y discriminación, violencia machista, erotismo y placer. Nuestras metodologías parten de la experiencia individual y colectiva y como complemento utilizamos lecturas, video, películas, trabajos grupales e individuales lo cual permitió problematizar y reflexionar sobre el impacto que tiene cada tema en la vida de lesbianas y mujeres trans.

El objetivo de este ciclo fue contribuir al reconocimiento del cuerpo de mujeres lesbianas y trans como espacios de resistencia, transgresión y construcción de nuevas nociones de ciudadanía.

4

El enfoque metodológico del ciclo parte desde una mirada feminista que ayudó a realizar una crítica al binarismo de género y a reivindicar los cuerpos de mujeres lesbianas y mujeres trans.

Participaron un total de 25 personas, 12 mujeres trans; 13 lesbianas. Todas ellas provenientes de 11 colectivos y tres personas que llegaron a título individual.  Asimismo, las participantes provienen de León, Mozonte, Granada, Somoto, Estelí, Carazo, Managua, el Rama, Bluefields y Bilwi.

Por primera vez en nuestros ciclos de formación, tuvimos la participación de una persona que se definió como “hombre trans”, con quien pudimos intercambiar diferentes miradas sobre los temas trabajados.

En estas experiencias hemos visto que es necesario generar procesos de reflexión sobre el complejo proceso de construcción de las identidades de género y las implicaciones de definirse como trans y lesbianas en una sociedad en donde el binarismo de género rechaza las transgresiones a éste y la norma heterosexual que le es propia.

5

A lo largo de cuatro meses encontramos algunos hallazgos que dejaron como evidencia que para muchas lesbianas y mujeres trans las ideas fundamentalistas del cómo tiene que ser una “buena mujer” todavía siguen presentes en la vida de cada una y, por ende, siguen siendo una limitante  al disfrute del propio cuerpo.

Es evidente que para la mayoría de las mujeres trans el peso que tiene el pene en sus vidas es la causa generadora de culpas y que les niega toda posibilidad del goce pleno respecto a su sexualidad,  el tema del tamaño del pene y el hecho de que los hombres las vean erectas causa frustraciones en cuanto a la aceptación de su propio cuerpo.

En el caso de las lesbianas, también quedó evidenciada las marcas que la educación sobre cómo debemos experimentar la sexualidad, pues al hablar del goce, pocas hicieron referencia a las posibilidades que los cuerpos de las mujeres pueden experimentar.

DSC_0034

Muchas trans nos contaron que sí viven una sexualidad libre y sin prejuicios, sin embargo cuando habla de las parejas masculinas, las ideas sobre cómo debe comportarse una “mujer de verdad” volvió a evidenciarse. Fue palpable el silencio tanto en lesbianas como trans cuando en la reflexión hablamos sobre otras formas de tener placer sin penetración,  en el caso de las lesbianas unas conservan igualmente la idea qué, al ser lesbianas también debemos “ser decentes” y correctas en nuestras relaciones sexuales.

Por supuesto que algunas, hablaron más desparpajadamente, hablaron de sus miedos, de sus necesidades, de sus propias inquietudes.

Por otro lado, confirmamos la necesidad de continuar hablando y reflexionando sobre las identidades de género y cómo funcionan en la discriminación que hay afuera, pero también de la que muchas ejercemos.  De igual manera, profundizar en el tema de la violencia para lograr identificar esas manifestaciones o acciones que en realidad forman parte de abusos de poder y que se conozcan las profundas causas de la violencia machista.

Con certeza continuaremos aportando a la reflexión sobre los derechos sexuales y reproductivos de lesbianas y trans, porque estamos convencidas de que así consolidaremos un Movimiento LGBTI con una potente propuesta feminista.

Ritmix RZX-41thunderbolt to vga cablehouses for rent in miami

NUESTROS CUERPOS LIBRES Y CON DERECHOS DECIDEN QUE GÉNERO ASUM

Dando continuidad a nuestra jornada especial de la diversidad sexual por conmemorarse el mes del Orgullo LBGTI, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas platicamos sobre transgeneridad, con el fin de despejar dudas que giran en torno a las identidades de género.

Conversamos en cabina con Juanita Urbina, Athiany Larios y Gabriel Zeth, activistas trans que compartieron experiencias personales de sus procesos de transgeneridad.

¿Qué es la transgeneridad?

Athiany y Juanita explicaron que la transgeneridad es transgredir los patrones del género socialmente asignado a hombres o mujeres en relación al sexo biológico, es decir, renunciar al género impuesto.

Las personas trans son mujeres u hombres por elección, optan por construirse una identidad de género contraria a la biológica, destaca Juanita. Por su parte, Athiany señala que la única línea que separa a las y los trans de las mujeres y hombres biológicos son los genitales.

Athiany

Cómo lo descubrieron, quiénes les acompañaron…

Gabriel menciona que él “siempre fue así” y que de pequeño no comprendía bien el término de transgeneridad, sin embargo, estaba claro que no quería seguir patrones de otras niñas. A los 16 años investigó por internet y descubrió que no era el único que se enfrentaba a esta realidad “supe que había otros”, refiere.

Gabriel

Por su parte, Athiany narra que se sintió muy sola en su proceso de trangeneridad y fue hasta sus 28 años que empezó a sentirse acompañada cuando se acercó al feminismo “pensaba que era el único hombre que se vestía como mujer”, dijo.

Juanita desde los 11 años asumió públicamente una expresión de género femenina y siempre tuvo apoyo de su mamá.  No obstante, en la actualidad decidió transitar por el género, a una expresión masculina como una estrategia de refugio “para descansar un poco de la violencia machista (…) las trans femeninas pasamos muchas situaciones de discriminación”, mencionó.

Mitos sobre las personas trans

Athiany menciona que muchas trans se mutilan psicológicamente sus genitales y eso limita las dimensiones del placer. Juanita menciona que muchas compañeras trans no se atreven a explorar su cuerpo, su genitalidad, y esto constituye uno de los tantos mitos sobre el erotismo de las trans. Por otro lado, Gabriel está dispuesto a no repetir patrones machistas y a acompañar y apoyar a las mujeres.

Desafíos y demandas de las personas trans

Para Athiany es fundamental el fortalecimiento interno entre activistas trans organizadas, que conozcan herramientas de protección jurídica; y además, invita a acercase al feminismo y no reproducir patrones machistas.

Juanita piensa que es necesario plantear muy bien cuáles son las necesidades de las personas trans, reflexionar si realmente tenemos una estrategia política para demandar derechos humanos y qué tan tomadas en cuenta son en los colectivos LGBT.

Juana

укладка фанеры под линолеумпродвижение сайтов за результатsearch engine optimization services usa