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En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas hablamos sobre el aporte de las mujeres a la reproducción y el sostenimiento de la vida, nos acompañó en cabina Isolda Espinosa González, experta en economía y género que cuenta con una trayectoria de más de 20 años como investigadora y consultora del Sistema de las Naciones Unidas.

Sesgos de género de la economía nicaragüense

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud (ENDESA 2011-2012) en el área urbana de nuestro país el 44.8% de mujeres son jefas de hogar y el 24.5 en la zona rural. Esto quiere decir que el 36.3 de hogares son sostenidos únicamente por el trabajo de las mujeres.  En comparación con ENDESA 2006-2007 hay un incremento significativo ya que en ese periodo el porcentaje de hogares monomarentales fue de 30.7 por ciento.

Además de las mujeres que sostienen sus hogares, hay miles de mujeres casadas o acompañadas que contribuyen de forma significativa a resolver las necesidades básicas de sus hogares a través del trabajo doméstico y de cuidados. Lamentablemente es aún débil o inexistente el reconocimiento que la sociedad, el mercado y el Estado hacen del trabajo remunerado y no remunerado que realizan las mujeres desde la infancia hasta la vejez.

De acuerdo a Isolda Espinosa, a pesar de los mandatos de género y familiares, las mujeres están inmersas en el mercado del trabajo. Señala que en aquellos hogares donde son hombres los jefes de familia, estos invierten el 50 por ciento de sus ingresos para gastos del hogar y la otra mitad para gastos asociados a la diversión de ellos, como por ejemplo, salir con sus amigos. Las mujeres en cambio, el cien por ciento de sus salarios lo usan para gastos del hogar, privándose de atenciones personales indispensables.

IsoldaEspinoza

Nuestra invitada señala que desde una mirada feminista a la economía, se cuestiona la economía capitalista, donde el trabajo se define como un bien o servicio orientado al mercado, quedando fuera el trabajo de cuidados que hacen las mujeres de forma no renumerada y sin reconocimiento alguno al no estar incluido en el sistema nacional de cuentas.

Sostiene que las políticas públicas deben estar acompañadas de diferentes estrategias de intervención puesto que la pobreza es resultado de procesos de exclusión social y cultural, un fenómeno multidimensional. Recomienda un trabajo conjunto entre organizaciones de mujeres y especialistas en el tema de la economía.

Les invitamos a escuchar y descarga esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas y conozcan más sobre la feminización de la pobreza, la relación entre trabajo reproductivo y de cuidados y su relación con el mercado, asimismo, el papel del Estado para reducir la pobreza y corregir las brechas de género.

LA TIERRA TAMBIÉN ES UN DERECHO HUMANO

El próximo 15 Octubre se celebra el Día internacional de las Mujeres Rurales y en esta edición de Cuerpos Sin Vergüenzas platicamos en cabina con María Teresa Fernández de la Coordinadora de Mujeres Rurales, Celia Dormus de FEMUPROCAN, y Juanita Villareyna de Fundación Entre Mujeres, sobre cómo a pesar que en todo el mundo quienes garantizan la producción de alimentos son mayoritariamente las mujeres, ellas son las que menos acceso tienen a la tierra, y Nicaragua no es la excepción de esta discriminación.

¿Quiénes son las mujeres rurales?

María Teresa comenta que las mujeres rurales son aquellas que trabajan arduamente en las labores productivas, que cultivan, que aportan a la economía del país.

Juanita Villareyna señala que hay una diversidad de mujeres rurales, entre artesanas, productoras intensivas, pequeñas productoras, las que no tienen tierras y venden su trabajo, las que se dedican a la pesca,  a cortar café o que trabajan en tabacaleras.

Juanita también rescata que las mujeres rurales no escapan del patriarcado y se les asignan roles de trabajo doméstico y de cuidados, sufren de violencia machista, no están decidiendo sobre sus cuerpos, sobre todo su capacidad reproductiva. Lo que para María Teresa, esto les impide que puedan estudiar, organizarse “es un obstáculo para el ejercicio de su ciudadanía”, dijo.

Juanita

Principales problemas

Celia Dormus comenta que algunas de las limitantes a las que se enfrentan las mujeres rurales radican en que no tienen tierras propias en las que puedan cultivar y las casas de préstamos les ponen sinnúmero de bloqueos.

Para María Teresa “la tierra es un recurso primordial para el empoderamiento (…) la tierra da poder para decir qué producen y qué hacen con ese dinero de lo que producen”, sin embargo, este acceso en Nicaragua tiene “rostro masculino.

Juanita Villareyna enuncia otras preocupaciones de las mujeres rurales como lo es la sequía producto de las altas temperaturas, que trae consigo la escasez de agua y de alimentos.

Celia

La responsabilidad del Estado

Luego de años de luchas, las mujeres rurales organizadas lograron la aprobación de la Ley No. 717, Ley creadora del fondo para compra de tierras  para mujeres rurales, no obstante, su aplicación no ha sido posible ante la falta de voluntad política de las instituciones del Estado.

María Teresa, Juanita y Celia enfatizan que es responsabilidad del Estado garantizar que la Ley No. 717 se cumpla. Por lo que en sus organizaciones realizan acciones de incidencia de manera articulada exigiendo fondos para que se hagan efectivos los créditos que contempla dicha ley para la compra de tierras por parte de las mujeres rurales, “no queremos que nos regalen tierras, queremos préstamos”, expresa Celia al respecto.

Teresa

El Día de la mujer rural

Las invitadas invitan a celebrar el Día internacional de la mujer rural el próximo 15 de octubre en la calle marginal del CIPRES en Managua, donde diversas organizaciones estarán conmemorando el día de la mujer rural y exigiendo al Estado el cumplimiento de la Ley 717.
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La sostenibilidad de la vida es un concepto utilizado y desarrollado ampliamente por la economista feminista Amaia Pérez Orozco. Ella platicó con Cuerpos Sin-vergüenzas sobre cómo el sistema capitalista-heteronormativo-racista-clasista-depredador del planeta, que ella llama «esa cosa escandalosa» ataca la vida en todos los sentidos y qué propone la economía feminista para seguir sosteniendo la vida, pero no cualquier vida, sino aquella que merece ser vivida.

Cuando hablamos de economía parece que siempre nos referimos al capital, los bancos, los mercados, etc, y que la única verdad en la materia la tienen “los duchos”, sin embargo, desde el feminismo se ha cuestionado el funcionamiento del sistema económico actual y se han buscado alternativas para un auténtico buen vivir.

Amaia habla de la sostenibilidad de la vida desde estas preguntas: ¿De qué vida estamos hablando? ¿Cómo se hace posible el vivir bien? ¿Cuál es la vida que merece ser vivida? y reflexiona sobre la necesidad de «sacar a los mercados de nuestra forma de entender el mundo y poner en el centro la vida, entendiendo que la economía es poner las condiciones para vivir bien (…) Se trata de hacer el nexo entre las cifras macroeconómicas y el bienestar encarnado en cuerpos«.

Captura de pantalla 2015-03-06 a las 14.19.50Lo anterior, de acuerdo a la economista, nos debe llevar a poner la mirada en el conflicto capital-vida, y salir del conflicto histórico de capital-trabajo, porque se ha demostrado que el mercado capitalista no genera bienestar para la vida, que la vida no solo debe ni puede reducirse al trabajo porque esto no genera bienestar, por el contrario, el capital convierte la vida en un medio, y no en un fin y “cuando la vida es un medio el ataque a la misma es latente”.

Frente a «esa cosa escandalosa» como llama Amaia al sistema económico actual, la economía feminista propone que las alternativas económicas deben responder a las necesidades de la vida y no naturalizar los valores de consumo que se nos han impuesto, es decir «recidir nuestra dependencia del mercado capitalista«.

Otras propuestas mencionadas por Amaia, comprenden: construir estilos de vida realmente libres, comprometidos con la vida en su conjunto, reducir la capacidad de consumo, la dependencia del mercado capitalista, colectivizar la vida, politizar y democratizar los debates, aprender a conversar con el ecologismo, sospechar cuando haya una única verdad y cuando creemos tener la verdad, construir una capacidad de cambio, establecer redes, contagiarnos con otra gente, transferir conocimiento, cuestionar al capitalismo  y sobre todo, fortalecer una agenda en común, articularla y revisarla.

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Amaia Pérez Orozco. Economista feminista.

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El sistema económico es perverso

“El sistema económico es perverso. Pone los mecanismos para que una “vida” sea plenamente digna de ser sostenida a costa de malos vivires y del expolio del planeta” así explicó Amaia Pérez Orozco el funcionamiento de la economía que casi todas y todos conocemos, esa economía que está basada en la acumulación del capital.

Durante el seminario “Subversión feminista de la economía” los días 3 y 4 de marzo organizado por el Programa Feminista La Corriente, Amaia, quien es doctora en economía explicó que “economía es satisfacer las necesidades que hacen sentir que la vida vale pena (…) todas podemos hablar de economía” dirigiéndose a las 30 mujeres que participaron en el evento.

9La economía feminista cuestiona las bases de la economía ortodoxa que están centradas en la acumulación del capital, para voltear la mirada en la sostenibilidad de la vida, pues el sistema económico al contrario de proteger, ataca la vida, y quien sostiene realmente la vida es el trabajo de cuidado que es realizado principalmente por las mujeres.

Los cuidados que hacen las mujeres no son reconocidos y se fomenta la idea de que ellas no necesitan cuidados, que deben ser “de sí para el resto”, mediante el cuido de la vida ajena, afirma Amaia y refelxiona que “es imposible sostener la vida de las mujeres justamente en el marco económico actual”

1Además del cuestionamiento, la economía feminista plantea la necesidad de una utopía distinta que coloque la sostenibilidad de la vida como centro de la economía, que permita mirar más allá de la acumulación de bienes y de capital, pues el centro de toda actividad humana debe ser el cuido y la preservación de la vida, así como la búsqueda de la vida que merece ser vivida.

Amaia es autora del libro Subersión feminista la economía, Perspectivas feministas en torno a la economía: el caso de los cuidados, entre otros.

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