Este ejercicio de sistematización de casi una década de trabajo continuo con familiares de personas LGTBQ+, nos permitió reconocer la importancia de la decisión asumida por La Corriente y el cúmulo de aprendizajes que hemos alcanzado en el proceso. Y es que la propia trayectoria de lxs activistas que defienden derechos, está íntimamente ligada a sus familias de origen que constituyen el primer espejo donde se ven reflejados los cuerpos disidentes.
La importancia de trabajar con las familias de las personas LGTBQ+ también está dada porque estas son las encargadas de fijar y reproducir ideas y patrones de conducta que se consideran aceptables para el conjunto de la sociedad. De tal manera, todos los aprendizajes internalizados sobre la sexualidad, incluyendo los roles de género, la orientación del deseo, la afectividad, la reproducción y el cuidado se aprenden desde la primera infancia en el seno de las familias donde crecimos.
En las sociedades más conservadoras, las familias también funcionan como escudo para impedir que nuevas ideas influencien a sus integrantes; de ahí el auge en muchos países, de las campañas en contra de la educación sexual protagonizadas por madres y padres que exhiben un discurso de privatización de las relaciones filiales. La narrativa que movilizan los grupos antiderechos apela a la defensa de lo que ellos llaman “valores de la familia”, precisamente para sostener hasta donde sea posible un orden que les genera un cierto sentido de seguridad frente a la voracidad e incertidumbre que generan los cambios.
Por otro lado, a pesar de las inevitables tensiones y conflictos presentes en las dinámicas familiares, en la mayoría de los casos se sostienen los vínculos afectivos que de una u otra manera obligan a sostener vínculos y diálogos incómodos en torno a temas como los que analizamos en esta sistematización. La calidad de estos diálogos tiene mucho que ver con los avances alcanzados por la sociedad en materia de reconocimiento de la diversidad y de los derechos individuales como valores para la convivencia.
En los ciclos de formación desarrollados por La Corriente, reconocimos la importancia de convocar a figuras de autoridad dentro las familias, incluyendo a padres y madres, pero también a figuras relevantes como puntos de equilibrio y de apoyo para las personas LGTBQ+. A pesar de que desde la primera vez la convocatoria estaba dirigida a hombres y mujeres, fueron ellas las que mostraron un auténtico interés para participar en estos encuentros de reflexión.
Libro completo aquí: