MUJERES
En Nicaragua, Latinoamérica y el mundo entero las organizaciones de mujeres y feministas conmemoramos el Día de Acción por la Salud de las Mujeres, como parte de los derechos humanos universales reconocidos en diversos acuerdos internacionales firmados por los Estados.
Estos acuerdos reconocen que la salud debe ser entendida en sus dimensiones físicas, mentales y sociales y que para alcanzar niveles óptimos de salud, es necesario que todas las personas tengan libertad para tomar decisiones, estén debidamente informadas y tengan acceso a servicios públicos de calidad.
La sexualidad y la reproducción también forman parte del derecho humano a la salud. El conocimiento de nuestros propios cuerpos, las relaciones sexuales placenteras, informada y libre de prejuicios, la maternidad y la paternidad voluntaria y responsable forman parte de las demandas que las feministas hemos venido defendiendo ante la sociedad y el Estado.
El estado actual de la salud de las mujeres nicaragüenses y particularmente de las que viven en condiciones de pobreza, es más bien alarmante. Si bien el gobierno afirma haber reducido a la mitad la tasa de muertes maternas, cada año mueren de 13 a 15 mujeres como consecuencia directa de la penalización del aborto terapéutico. Nicaragua sigue siendo uno de los 5 países del mundo que no reconoce el derecho al aborto ni siquiera frente al riesgo de muerte de las mujeres embarazadas.
Casi el 30% del total de embarazos ocurren en niñas y adolescentes entre 10 y 19 años; muchos de estos embarazos son consecuencia de una violación y de la falta de información adecuada y oportuna. El Estado y la sociedad obligan a las niñas y adolescentes a correr riesgos de muerte y sacrificar su bienestar.
La escasa cobertura de métodos de planificación familiar que se disponen en los centros de salud da cuenta del poco interés del Estado para con la salud de las mujeres y de la injerencia que procuran tener sobre el cuerpo y la capacidad reproductiva de las mujeres, decisiones que solamente le corresponde tomar a las mujeres mismas.
El 25% de las víctimas de violencia y el 8.6% de los nuevos casos de VIH-Sida en el 2013 ocurrieron en niñas, niños y adolescentes como consecuencia directa de la débil aplicación de políticas de protección y de educación sexual.
Durante los últimos 30 meses han ocurrido 192 femicidios, lo que sumado a la violencia física, psicológica y patrimonial que padecen miles de mujeres nicaragüenses, conforman un escenario de discriminación que impide avanzar en el disfrute del derecho a la salud.
Las mujeres que viven en condiciones de pobreza, las que viven en zonas rurales alejadas, las afrodescendientes, las indígenas, las que tienen capacidades diferentes, las lesbianas, las trabajadoras sexuales, las trans, no disfrutan del derecho a la salud como consecuencia directa del machismo, del racismo, de la heterosexualidad impuesta.
La creciente influencia de grupos fundamentalistas que se oponen a la autonomía de las mujeres, constituye un grave obstáculo para la salud de las mujeres, particularmente en las dimensiones de la sexualidad y la reproducción. En el más reciente encuentro entre el presidente de la república y la conferencia episcopal de Nicaragua, existe un acuerdo explícito para negar e incluso penalizar el derecho de las mujeres a la vida, a la salud y la libre elección.
Frente a esta situación de violación sistemática del derecho de las mujeres a la salud, el Movimiento Feminista de Nicaragua llama a todas las mujeres, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación, a trabajar en favor del respeto y protección a la vida y la salud de las mujeres.
Demandamos al Estado de Nicaragua el respeto a los convenios internacionales y la legislación nacional que reconocen la salud como derecho humano universal, incluyendo la restitución del aborto terapéutico, la educación sexual en la enseñanza pública y la correcta aplicación de la Ley integral contra la violencia hacia las mujeres.