CONVIERTETE Y CREE EN EL FEMINISMO
En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas concluimos la edición especial del mes de marzo sobre genealogía feminista. En esta ocasión hablamos de los cuerpos diversos que integran los feminismos en Nicaragua, como una necesidad de hacer visible su existencia, entablar diálogos y reconocer sus aportes a la diversificación del movimiento de mujeres y feministas en Nicaragua.
Compartieron con nosotras en cabina, Gilma Estrada, activista de Operación Queer y Yanina Luna, activista feminista especialista en cultura menstrual; con ellas platicamos sobre sus vivencias con los feminismos y puntos de tensión entre el feminismo joven y adulto.
Reapropiarnos del cuerpo
Gilma tuvo sus primeros acercamientos con el feminismo cuando emigró hacia Managua desde Diriamba, entre sus dieciséis y diecisiete años. Cuenta que le pareció curioso el tema del empoderamiento del cuerpo “me empecé a acercar, a descubrirme más desde la vivencia”, dijo.
Para Yanina hay un antes y un después luego de haber conocido del feminismo “fue muy sacudidor”, expresó. Relata que comenzó muy joven integrándose a movimientos de mujeres y asumiendo responsabilidades con la Campaña 28 de Septiembre, comentó que tuvo muchos aprendizajes con mujeres adultas y fue encontrando respuestas ideológicas.
Yanina manifiesta que la teoría feminista nos facilita digerir el cómo habitamos nuestro cuerpo y “permite reapropiarnos del cuerpo que habitamos en un mundo hostil para las mujeres”.
Puntos de tensión
Gilma señala que no habría reflexiones sobre lo queer sin feminismo. Reconoce que gracias al movimiento de mujeres y al feminismo se han abierto muchas otras reflexiones “fueron ellas quienes nos abrieron el camino”, comenta.
Destaca que hay un aprendizaje mutuo entre mujeres jóvenes y adultas “hemos aprendido de las adultas y ellas han aprendido de nosotras”. También indica que al momento de colectivizar hay una unión entre lo queer y los feminismos.
De acuerdo a Nina, los puntos de tensión entre el feminismo joven y adulto a veces está en la necesidad de marcar una agenda “cuando no coincide entramos en pánico”, añade. Recalca que las feministas adultas “nos han dado la posibilidad de que no estamos saltando al vacío (…) entender que estamos sostenidas en algo”.
Desafíos
Ambas invitadas coinciden en la necesidad de continuar apostando a la diversificación de los cuerpos en el feminismo nicaragüense, en este sentido señalan como desafío el colocar en la agenda feminista como prioridad, debates trans, lésbicos, afrodescendientes, queer e indígenas.