LAS NIÑAS NO PUEDEN NI DEBEN SER MADRES
Según el estudio “Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes” realizado en el 2015 por UNICEF y Plan Internacional, en Nicaragua ocurren 109 nacimientos por cada 1,000 mujeres en edades de entre 15 y 19 años, lo que ubica a nuestro país en el primer lugar de embarazos en adolescentes en América Latina y El Caribe.
La falta de educación sexual, la naturalización de la maternidad y la violencia machista son algunas de las causas que están en la base de este grave problema que afecta el bienestar de las adolescentes de nuestro país.
En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas, profundizamos en las causas y consecuencias del embarazo en adolescentes en Nicaragua y las alternativas que se plantean desde diversas organizaciones de la sociedad civil que trabajan para hacer conciencia del problema.
Vidas truncadas
De acuerdo a cifras que compartidas por Martha María, partiendo de datos oficiales desde instituciones públicas, este año se reportan 1, 600 niñas ejerciendo una maternidad no elegida. Ella afirma que todas las niñas y adolescentes embarazadas han sido abusadas sexualmente, delitos que ocurren dentro del hogar, la escuela o las iglesias.
“No podemos seguir dejando a las niñas con sus vidas truncadas por una maternidad que no querían”, enuncia Martha María. Refiere que en nuestro país ha aumentado la cantidad de mujeres que son madres antes de los 30 años con mayores índices en edades de diez a catorce años en la última década “hace falta trabajo profundo para cambiar percepciones de que los hombres pueden hacer lo que quieran con las mujeres de cualquier edad, dejar de naturalizarlo”, puntualiza.
Niñas víctimas son vistas como responsables
Martha María lamenta que en esta sociedad se niega la vivencia de una sexualidad libre y placentera, pero se naturaliza la maternidad, lo que para ella es contradictorio.
Argumenta que el embarazo adolescente “es la puerta de entrada de la perpetuación pobreza” y que este problema se prolifera porque desde el Estado se presentan altos niveles de impunidad para quienes agreden y abusan de niñas y adolescentes lo que también alimenta la idea de que las mujeres son responsables de las violencias que sufren y no son víctimas de la misma.
Comenta que aunque existan leyes y políticas públicas de cara a esta problemática, estas no se implementan o están más enfocadas en atender, y no en prevenir o erradicar “no hay campaña sostenida, integralmente que lleve a un proceso de educación más profundo”, diserta.
Cambiar percepciones
Martha María explica que el embarazo en adolescentes cruza todos los estratos, sucede igual en lo urbano y rural e insta que es urgentemente necesario transformar imaginarios sociales donde los hombres se adjudican poder sobre los cuerpos de las mujeres.
Recomienda que desde la familia se deben crear condiciones para que “seamos adultos preguntables y que nos vean como personas confiables”. También insta a que desde los medios de comunicación se asuma un compromiso ético para abordar el embarazo en adolescentes.