LESBIANAS SOMOS LESBIANAS SEREMOS…
El 13 de octubre se conmemora el Día de la Rebeldía Lésbica cuyo origen radica en una decisión tomada durante el Séptimo Encuentro Lésbico Latinoamericano y de El Caribe, realizado en Chile en el año 2007. Las participantes eligieron este día para hacer visible el deseo entre mujeres y cuestionar la heterosexualidad impuesta.
En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas celebramos la rebeldía lésbica como una propuesta que coloca en el centro de las agendas feministas, la libertad sexual de las mujeres. En cabina nos acompañaron Soghand Ghadimi y Massiel Moreno para conversar desde sus vivencias, lo que significa nombrase lesbianas y resistir a un sinnúmero de discriminaciones desde el feminismo.
Nombrarse lesbiana es renacer
Soghand cuenta que ella no sabía que existía la palabra lesbiana y al comprobar su atracción por otras mujeres “se me cayó el mundo”, dijo. Reconoce como un “renacer” el haberse nombrado lesbiana “porque te convertís en una persona nueva”.
Fue a través de su blog La Vida en Púrpura, donde compartió crónicas sobre su proceso de salida del armario, y desde esta experiencia, reconoce que ser lesbiana no solo es el deseo por otras mujeres sino también escuchar y acompañar a otras que están sufriendo frente a la discriminación por ser lo que quieren ser.
Massiel menciona que ella siempre fue una combinación de lo masculino y femenino “siempre supe que me gustaban las niñas”, enunció. Expone que para ella ser lesbiana es “ser libre de pensamiento, libre de decidir qué hacer con mi cuerpo, a quien quiero amar”.
Destaca que una de las partes más bonitas de reconocerse lesbiana es “encontrarte con iguales como vos y sentir que no estás sola, que hay una comunidad entera que ya pasó por lo mismo o que ya lo superó”.
Situación con las familias
“En la calle soy feliz pero en la casa Dios guarde” subrayó Soghand. Confiesa que fue en su propia casa donde se le cortó su libertad y su integridad física y que su mamá fue una de las personas que menos tolerancia tuvo con ella “me fui de la casa, tuve miedo… esto fue lo peor que me pudo haber pasado”, agrega.
Por su parte, Massiel puntualizó que “quienes más me interesaba que me acompañaran en el proceso, ahí estuvieron”, y ellas fueron sus hermanas y su abuela.
Ser lesbiana y ser feminista
“Y cómo no iba a ser feminista” recalca Soghand al ser interpelada sobre el ser lesbiana y ser feminista. Reconoce que las situaciones de discriminación en su familia y en la calle la llevaron a encontrarse con el feminismo “en un mundo donde tenés que esconderte para sobrevivir, ser visible es el acto más grande de rebeldía, el feminismo me ayudó con eso a ir en contra de todas las ideas preconcebidas en mi cabeza”, acentúa.
Massiel dijo que el feminismo le ayudó a perder el miedo de hablar “si ser lesbiana era la libertad, el feminismo era la puerta de esa libertad, cómo ser mujer y no ser feminista”.
Tejer redes
Soghand comenta que cada quien tiene el derecho de salir del clóset en el momento que se sienta preparada y tanto ella como Massiel comparten que es muy importante construir y tejer redes para acompañar a otras mujeres en su proceso de nombrarse lesbianas y vivir sin miedos.