PODER PARA NOSOTRAS
En Nicaragua, el reconocimiento del derecho de las mujeres a votar fue aprobado el 20 de abril de 1955, siendo ejercido por primera vez el 3 de febrero de 1957. A pesar de los temores de la dictadura de Somoza García, las sufragistas nicaragüenses lograron persuadir la importancia y los probables beneficios que el voto femenino tendría para ampliar la base de apoyo a su gobierno.
A lo largo de siete décadas las mujeres nicaragüenses han participado en los procesos electorales realizados en el país, si bien en la mayoría de los casos no existieron plataformas políticas que colocaran las demandas de las mujeres en el centro de la preocupación de los partidos políticos.
En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversamos con Lea Guido y Jessica Martínez sobre los dilemas que enfrentan las mujeres en el contexto de una cultura política machista, en donde predominan los intereses masculinos.
La democracia desde nuestra historia
Desde la mirada de Lea Guido es importante replantearnos qué significa la democracia y la ciudadanía desde nuestra historia porque esto permitirá “sacar lecciones” desde nuestros recorridos ya que “tenemos una historia de elecciones, experiencias duras, el derrocamiento de la dictadura es una búsqueda de la democracia”, comentó Lea.
Lea señala que democracia y ciudadanía son procesos sociales “tienen su historia que no se ha construido en la urnas, sino en las luchas sociales”, no obstante, para ella, esta democracia ha sido limitada porque esa la libertad e igualdad que se presupone, se manifiesta en una situación de desventaja, y Nicaragua no ha sido la excepción.
Para Jessica Martínez también es urgente resignificar qué entendemos por democracia y por ciudadanía en estos contextos, porque sobre todo en nuestro país, estos conceptos se vinculan únicamente a procesos electorales y partidos políticos, ella sostiene que “la democracia es un instrumento utilizado para construir la sociedad que queremos” y por tanto, es fundamental ampliar la mirada.
Jessica añade que desde la ilustración hasta el día de hoy existe un cuestionamiento a la exclusión de las mujeres en los modelos hegemónicos de democracia que impide el goce pleno de derechos humanos en relación con los hombres.
La democracia que necesita Nicaragua
La democracia es libertad e igualdad para todas y todos, puntualiza Lea Guido, y en ese marco, fundamenta que la democracia que nuestro país necesita debe ser esperanzadora, deben respetarse las nuevas identidades politizadas para dar paso a “una Nicaragua más viable, más justa”.
Lea argumenta que para que pueda existir institucionalidad en una sociedad democrática deben existir garantías de libertad de expresión y libre movilización, una economía donde no haya ausencia de derechos humanos elementales, donde el sector privado tenga una idea de modernizar el país distante de la explotación de recursos.
Jessica Martínez opina que “los partidos políticos tienen muy poco que decir a la ciudadanía”, por ello es importante que desde las distintas expresiones de los movimientos sociales y feministas se acompañen las luchas comunitarias que son diversas.