La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos –ANPDH- en su último reporte al 25 de julio, informó de 448 personas asesinadas, más de 718 personas secuestradas/desaparecidas y más de 2,830 heridos.
A cuatro meses de la insurrección popular, el pueblo continúa en las calles exigiendo el cese de la represión, justicia para las víctimas, libertad para las y los presos políticos y el adelanto de las elecciones. En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas analizamos el impacto sociopolítico que la crisis tiene sobre nuestro país. En cabina nos acompañó María Teresa Blandón, activista feminista, docente e investigadora.
“En Nicaragua estamos de duelo”
“Atrás hay una larguísima historia que no empieza con el FSLN, una historia de dictaduras en Nicaragua”, refiere María Teresa al analizar las causas de la crisis sociopolítica que atraviesa nuestro país “la sociedad nicaragüense no ha tenido respiro, no hemos caminado como otras sociedades”, señala.
Desde su perspectiva, el FSLN heredó formas de poder belicosas, asimismo, rituales, errores y barbaridades cometidos en la dictadura somocista. María Teresa explica que una vez que Ortega regresó al poder en el año 2007, también volvieron lógicas de poder autoritario, dictatorial y represivo “el Estado con Ortega se convirtió en una maquinaria con control del FSLN”. Desde lo que ella denomina “desmoronamiento del Estado”, el gobierno de Ortega pasó a controlar todo, por ello María Teresa afirma que en Nicaragua no tenemos Estado, sino un grupo mafioso que está controlando al Estado, lo que convierte a la ciudadanía en “rehenes de un Estado mafioso”.
“La sociedad se cansó”, dice Blandón, luego de hacer una síntesis sobre lo que provocó el estallido social del 18 de abril, que para ella es “una expresión del descontento”. Desde abril “en Nicaragua estamos de duelo”, con heridas profundas “solo hay que ver los rostros de las madres que han perdido a sus hijos”. En estos cuatro meses de resistencia pacífica el pueblo nicaragüense ha sido humillado, perseguido, ultrajado, ha soportado cosas inimaginables, la sociedad está sufriendo y “nadie se ha quedado ileso frente a tanto daño, tanta deshumanización incrustada en el Estado”, relata.
Aunque María Teresa dice que nadie estaba preparado para esta barbarie, destaca que las feministas dispusieron de sus redes de articulación y que han estado al frente de la denuncia, asimismo, acuerpando a jóvenes que han estado al frente de la protesta, acompañando a las familias de jóvenes asesinados, torturados, apresados; han apoyado a organismos de derechos humanos documentando la barbarie y que el mundo sepa lo que está pasando en Nicaragua.
Blandón sostiene que las feministas nicaragüenses han sido el único movimiento que durante 11 años consecutivos, ha estado denunciando y demandando. En esta línea movimientista, para ella es importante reconocer la labor del movimiento campesino anticanal, quienes se han mantenido firmes a pesar de las amenazas y hostigamientos.
María Teresa también reconoce la labor de medios de comunicación y periodistas independientes por mostrar sensibilidad y compromiso con la libertad de expresión y los derechos humanos, por resistir a las amenazas, por estar del lado de la justicia.
Para esta activista feminista, docente e investigadora, resulta edificante que el pueblo sigue en resistencia desde distintas maneras y destaca que da mucho aliento y esperanza la dignidad, la valentía, el aprender a gestionar el miedo, y que a pesar del dolor, este pueblo no ha perdido la capacidad de reírse de los opresores.