La migración forzada es una de las graves consecuencias de la crisis sociopolítica que inició en abril del presente año. La feroz represión desatada por el régimen Ortegamurillo ante las protestas pacíficas de adultos mayores y jóvenes- en un primer momento-, ha llevado a más de 40,000 nicaragüenses a buscar refugio mayoritariamente en el vecino país de Costa Rica.
En el año 2017, de acuerdo a datos de las Naciones Unidas, Nicaragua tenía 658, 200 migrantes, representando el 10.3% de la población total del país. Durante los últimos 7 meses el gobierno de Costa Rica y la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas, reportan al menos, 25 mil peticiones de asilo de nicaragüenses.
En esta Edición de Cuerpos Sin Vergüenzas conversamos con Lea Montes Lagos, directora del Servicio Jesuita a Migrantes, de la Universidad Centroamericana, espacio que desde hace varios años trabajan en la defensa de los derechos humanos de las y los migrantes. Con nuestra invitada hablaremo sobre el comportamiento de la migración durante la última década, y en particular el éxodo ocurrido a partir de abril.
“El país que existía antes de abril no es el país que ahora tenemos”
“El país que existía antes de abril no es el país que ahora tenemos”, dijo Lea al hacer referencia a las consecuencias de la crisis sociopolítica en Nicaragua, siendo una de ellas, el incremento del flujo migratorio “el impacto de la migración forzada es en familias enteras”, comentó.
Antes de abril prevalecía una migración económica, también llamada voluntaria, pero en los últimos siete meses lo que ocurre es una migración forzada “una migración mayoritariamente joven, se han ido forzados, se ha coartado la vida y deseos de jóvenes”, refirió la directora del Servicio Jesuita a Migrantes.
El perfil de quienes se han refugiado en otros países es principalmente de jóvenes universitarios que participaron de diversas formas en las protestas antigubernamentales. Lea expresó que la figura de refugiado se explica en la existencia de un Estado que persigue a sus ciudadanos.
Lea manifestó que la solución a la crisis pasa por un cambio estructural y organizacional profundo, por el respeto a la división de poderes, para garantizar la democracia dentro del país, es decir, un proceso de reorganización del Estado de Nicaragua; dos puntos fundamentales son garantizar la liberación de todas y todos los presos políticos y el regreso de refugiados que se han ido obligados a otros países, precisó la especialista.
Les invitamos a escuchar esta edición de Cuerpos Sin – Vergüenzas y conozcan más sobre el éxodo de nicaragüenses para salvar las vidas.