Varios países centroamericanos figuran entre los más violentos de la región y del mundo. La violencia que se ejerce hacia las niñas, adolescentes y mujeres en general, tiene sus rostros más terribles en los femicidios/feminicidios, el abuso sexual, la violación y la violencia física y psicológica tan presente en el contexto de las relaciones de pareja y familiares.
Durante el año 2019 y los primeros seis meses del 2020 Honduras registra 773 mujeres asesinadas, y de enero a octubre del presente año 2021, el Observatorio Nacional de la Violencia ha documentado 240 femicidios. El Salvador, en este mismo período, registra que 314 han perdido la vida de forma violenta y entre enero y agosto del 2021, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública reporta 98 femicidios. En Guatemala, también en esta misma línea de tiempo, 1,153 mujeres han sido víctimas de femicidio y en lo que va del año 2021 han sido asesinadas 386 mujeres, el Ministerio Público de este país reporta que la violencia contra las mujeres es el delito más cometido durante los últimos años.
La tolerancia social, la falta de acciones públicas para la prevención y la impunidad son factores que reproducen la violencia machista. En el marco de la Sesión 51 de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), La Sombrilla Centroamericana reiteró el llamado a los gobiernos centroamericanos a cumplir con lo establecido en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujeres suscritos por todos los estados de la región.
Así mismo, denuncian que desde antes de la pandemia del COVID-19, los gobiernos centroamericanos no estaban haciendo lo necesario para garantizar el derecho de las mujeres y las niñas a vivir libres de violencia. Tampoco han adoptado medidas necesarias para garantizar a las víctimas el acceso a la justicia.
En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas inauguramos nuestra jornada especial en conmemoración del 25 de noviembre, Día internacional de lucha contra la violencia de género.
Hablaremos sobre los invaluables aportes que las organizaciones de mujeres y feministas han dado en el reconocimiento de la violencia como un problema estructural que afecta al conjunto de nuestras sociedades. Para ello nos acompañan Mayra Bolaños, Coordinadora del programa de derechos sexuales y derechos reproductivos de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz, ORMUSA, Cristina Alvarado, integrante del Equipo de Coordinación del Movimiento de Mujeres por la Paz “Visitación Padilla” y Paula del Cid, de La Cuerda, Guatemala.