07/05/19

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, Nicaragua es el segundo país de América Latina y el Caribe con las tasas más altas de fecundidad adolescente. Este solo dato es elocuente de las enormes deficiencias que el régimen Ortegamurillo con 12 años consecutivos en el poder, tiene en materia de políticas de salud sexual y reproductiva.

Tan grave como lo anterior es el hecho de que, a pesar del enorme sub registro, datos de la Organización Panamericana de la Salud y otras fuentes directas recopiladas por Ipas Centroamérica, nos confirma que cada año, al menos 1,600 niñas entre 10 y 14 años son víctimas de violación y padecen un embarazo impuesto.

La violación y el embarazo en niñas y adolescentes que, en la mayoría de los casos pertenecen a los grupos más empobrecidos y discriminados de la sociedad, nos habla más que ningún otro dato, no solo de los altos niveles de tolerancia social ante la violencia machista, sino de la violación sistemática de sus derechos humanos por parte del Estado nicaragüense.

En ocasión al Día Internacional de la Niñez y al igual que otros años, en Cuerpos Sinvergüenzas queremos aportar a los esfuerzos que diversas organizaciones de la sociedad civil han venido realizando durante más de dos décadas, para demandar cambios en las políticas públicas y en la cultura que desprecia el cuerpo de las niñas y adolescentes.

Nos acompañaron Mayte Ochoa, especialista en derechos sexuales y reproductivos y Graciela Castillo, comunicadora de la campaña “Niñas, no madres” en Nicaragua, a quienes agradecemos su disposición a compartir sus reflexiones.

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