Fue un 17 de mayo de 1990 que la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que la diversidad sexual y de género no era una enfermedad mental, y por tanto, forma parte de las distintas dimensiones del comportamiento de las personas.
Es por esta razón, que desde hace 32 años cada 17 de mayo, se conmemora el Día Internacional contra la discriminación hacia lesbianas, homosexuales, bisexuales y personas trans.
En Nicaragua, colectivos feministas y de la así llamada diversidad sexual, han denunciado incasablemente el peso del impacto de la violencia y la discriminación que recae sobre los cuerpos disidentes por no encajar en los moldes de género instalados en la sociedad.
De acuerdo a la Guía de autocuidado para personas LGBTIQ elaborado por La Corriente, en momentos de crisis como los que atraviesa nuestro país, los cuerpos que han sido objeto de discriminación por orientación sexual o transgresión al género binario, se ven aún más expuestos a la estigmatización, incluso por aquellos actores que dicen defender la democracia.
En el contexto de crisis sociopolítica, ha quedado expuesta no solo la violencia que viene del propio Estado, sino que también, las prácticas excluyentes y discursos estigmatizantes que se propagan por múltiples vías de comunicación, formales e informales.
Si bien, la situación de vulneración de derechos para personas LGBTIQ ya era crítica antes de abril del 2018, en los últimos cuatro años se ha profundizado y generalizado la violencia y discriminación contra personas que no encajan en los moldes no binarios y sexistas.
El Informe de violaciones a derechos humanos de personas LGBTIQ+ en Nicaragua que impulsa La Corriente, documentó durante el año 2021, 70 situaciones de violencia y discriminación, 67 hechos fueron agresiones, 2 fueron suicidios y 1 fue un crimen de odio. En el primer trimestre del año 2022, esta plataforma ha registrado 13 situaciones violentas, 12 hechos son agresiones y también se ha documentado un delito de odio.
Para hablar sobre el impacto que la discriminación, la violencia cotidiana y estatal tienen en las vidas de los cuerpos disidentes, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversaremos con Mary Bolt González, terapeuta psicocorporal y con Marvin Mayorga, psicólogo forense.