El Programa Feminista Centroamericano La Corriente es una creación colectiva que data de comienzos de la década de los 90, para ser más exacta, 1993, año en que varios colectivos de mujeres y militantes -como nos nombrábamos para la época-, tomamos la decisión de juntarnos en torno a un proyecto político feminista con vocación y proyección regional.
Los aprendizajes acumulados durante 20 años de existencia continua han sido muchos y de diversa índole, todos con sus respectivas vueltas y revueltas en este afán de constituirnos en una corriente de pensamiento feminista en Centroamérica, que contribuyera a la radicalización de las apuestas feministas en el movimiento amplio de mujeres, en aquel momento muy influenciado por los movimientos populares de izquierda.
Justamente a la mitad de estos 20 años de recorrido, se inicia un nuevo periodo en la vida de La Corriente que implica cambios relevantes en su estrategia, modelo organizativo y alianzas, que responden tanto a los cambios en el contexto centroamericano, como a los cambios ocurridos en las propias dinámicas de los movimientos de mujeres en la región.
El hilo conductor que conecta y da sentido de continuidad a los procesos desarrollados por La Corriente durante dos décadas, continúa siendo la apuesta que conjuga la teoría feminista, con la construcción de movimiento para fortalecer la acción colectiva de las mujeres.
Al final de esta segunda década hemos decidido realizar una sistematización que nos permite poner en perspectiva lo que hemos hecho, cómo lo hemos hecho y cuáles son los resultados más o menos visibles de tantos esfuerzos colectivos implicados.
Este ejercicio de sistematización significaba hacer un alto en el camino para reflexionar, problematizar, cuestionarnos, alegrarnos por los avances, preocuparnos por los pendientes, lamentarnos de algunos fracasos; pero este no fue el caso, teníamos mucho trabajo por hacer, cansancio, problemas de diversa índole y las sesiones del equipo a veces eran maratónicas y agotadoras. El equipo de facilitación que contratamos fue paciente para acompañarnos en este proceso y por eso y la capacidad de retomar en buena medida, el “alma” de nuestras apuestas, les agradecemos en todo lo que vale a Cecilia Medal y Angie Largaespada.
Agradecemos especialmente a todas las mujeres y hombres que accedieron a compartir sus valoraciones sobre el trabajo de La Corriente en la última década, y rendimos homenaje a las feministas centroamericanas que fundaron la organización, varias de las cuales siguen siendo parte de este esfuerzo.
Hablar sobre la existencia de La Corriente y sus aportes a la construcción del feminismo centroamericano y nicaragüense en términos conceptuales y políticos, es hablar de los cuerpos de las mujeres centroamericanas que la fundaron, aportándole conocimientos, energías vitales, tiempo y humanidad. También es hablar de activistas feministas adultas que siguen conformando una especie de círculo comprometido y solidario en torno a La Corriente y de mujeres jóvenes y no tan jóvenes, que se han acercado, alejado y permanecido cerca de la organización. A todas nos pertenece esta historia colectiva, si bien en diferentes trechos del camino.