11/09/2020

En ocasión de las así llamadas fiestas patrias, en Cuerpos Sinvergüenzas inauguramos una temporada con jóvenes de diversas procedencias, para reflexionar sobre los significados idealizados de la patria que han servido a los intereses de las élites conservadoras.

De la patria también hablan las y los poetas o quienes se fueron lejos, pero dejaron una estela de recuerdos y una red de vínculos afectivos entrañables, pero eso tiene que ver más con las experiencias personales que con la patria.

En medio de la insurrección de abril, el himno nacional y la bandera azul y blanco, además de las marimbas de Masaya, se convirtieron en los principales emblemas de un movimiento nacional que comparte el objetivo común de salir de esta nueva dictadura que tiene secuestrada a la patria de todas y todos.

Pero no basta con estas referencias importantes para establecer lazos que nos conecten y nos den esperanzas; hace falta problematizar sobre un país que no ha logrado romper con los lazos de la colonia y que reproduce las mismas lógicas de poder racistas y sexistas que nos dejaron los españoles y los ingleses.

En un país donde el 70% ciento de la población es menor de 40 años, es imprescindible analizar los vínculos con una Nicaragua llena de fracturas, que ha imposibilitado la creación de una autentica comunidad nacional inclusiva y respetuosa de la diversidad.

Para dar seguimiento a estas reflexiones nos acompañan Nelly Palacios, activista feminista e integrante de la Red de Mujeres del Norte Ana Lucía en Pantasma – Jinotega y Emilia Yang Rappaccioli, artista, activista feminista e investigadora, coordinadora de comunicación de la Asociación Madres de Abril y directora del museo AMA y no olvida, museo de la memoria contra la impunidad.

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