TODAS LAS MUJERES, TODAS LAS EDADES…
El feminismo como movimiento social que denuncia los agravios sufridos por las mujeres de todos los tiempos a consecuencia del predominio de sociedades patriarcales, capitalistas, sexistas y racistas, es expresivo de muchos cuerpos que se encuentran desde experiencias vitales ancladas en las adscripciones de género.
En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversamos sobre los vínculos entre feministas jóvenes, medianamente jóvenes y mayores con trayectorias diversas en los espacios movimientistas, así como, tensiones y desafíos.
Nos acompañó en cabina Yodaly Beteta quien compartió los hallazgos de su investigación sobre dinámicas de poder en las relaciones intergeneracionales en el movimiento feminista nicaragüense, resultado de su maestría en género y desarrollo.
Ampliar la mirada
Yodaly reconoce que su interés en auscultar en las relaciones intergeneracionales en el movimiento feminista es porque las dinámicas de poder son una realidad que influye en la construcción del activismo feminista, además que trastoca su realidad, le motivó “ampliar la mirada hacia otras verdades” poder reconocer la necesidad de este debate, de hablar de las tensiones desde una perspectiva interseccional.
“Cada estructura aborda desde su verdad”, apunta Yodaly, al afirmar que con su investigación intenta hacer eco de trayectorias diversas y “relacionarlas con un todo”, jóvenes, adultas, de áreas rurales y urbanas, mujeres “que construyen feminismo, que hacen rico y único el activismo feminista”.
Principales hallazgos
Los criterios que tomó en cuenta para su estudio fueron feministas organizadas jóvenes y adultas, con recorrido como activistas, que comparten feminismos con otras mujeres diversas en edad, etnia y orientación sexual.
Yodaly explica que las dinámicas de poder sí están presentes en el movimiento feminista “pero la edad no es la base”, dijo. En estas dinámicas de relacionamiento subyacen otras intersecciones como la clase, tensiones como la falta de reconocimiento del aporte de otras mujeres desde sus propias experiencias, así como la figura de la madrina política “tensiones de las que no se hablan, no queremos hablar de cosas que incomodan”, refiere.
La investigadora expone que “el poder es una experiencia multiforme, todas las personas que construimos relaciones tenemos poder”, por ello es una necesidad el ser autocríticas para seguir construyendo movimiento reconociendo que “el activismo feminista es diverso”.