En todos los tiempos de la historia conocida, la belleza ha estado en el centro de la vida, los debates, los textos, la historia, la literatura. Pero particularmente la belleza de las mujeres ha despertado grandes inquietudes, por un lado por el énfasis en que sean ellas las que tienen la obligación de serlo y no los hombres y por otro, debido a los estándares que se establecen que no dan cuenta de la diversidad de las mujeres en el mundo.
Sobre este tema platicamos en nuestra última edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas con la comunicadora, artista y feminista María Félix Morales, quien comparte que “los estándares de belleza además de búsquedas se convierten en presiones sociales”.
El modelo de belleza femenina no siempre ha sido el mismo, la historia demuestra que este ha ido cambiando, ajustándose a exigencias machistas que posicionan la belleza como el camino para una mujer de éxito, sin importar el impacto negativo que esto genera en la vida y cuerpos de las mujeres.
María Félix recalca que ese prototipo de belleza tiene como características el ser bonitas, elegantes, carismáticas y delgadas con la intensión de “desactivar socialmente” a aquellas otras mujeres cuyos cuerpos se alejan se esa imposición.
Además, María Félix añade que las familias, los medios de comunicación, hasta el arte, son grandes responsables de inculcar a las mujeres desde pequeñas esa belleza idealizada, donde el único beneficiado es el sistema a costa del sufrimiento de las mujeres que torturan sus cuerpos con dietas, cirugías y que recaen incluso en enfermedades como la anorexia o bulimia, siendo esto un desgaste físico, emocional, mental incluso económico.
“El feminismo me ha hecho ver las cosas diferentes” expresa María Félix al comentar desde su vivencia corporal cómo se ha enfrentado a la ruptura de estereotipos de la estética de los cuerpos y agrega que “la personalidad de una persona no se debe medir por cómo se ve”.