Si la sexualidad es un tema del que poco se habla, el orgasmo es aún más desconocido y temido. Quizás por tratarse del punto máximo del placer, el orgasmo ha estado en el sótano de nuestras vivencias. Sobre esta experiencia silenciada de nuestra sexualidad hablamos en la última edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas.
En cabina nos acompañaron la socióloga feminista Linda Núñez y Yovania Briones, Filóloga y comunicadora, activista LGBT de La Casa de los Colores de León. Además de las voces de María Teresa Blandón y Egda Castillo en un reportaje preparado por Cuerpos Sin-vergüenzas.
Llegar al máximo de la libertad
“Es una cuestión de segundos, riquísimo, metafóricamente hablando, es el poder darle la libertad a mi cuerpo”, así se expresa Linda al contarnos lo que su cuerpo siente cuando llega al momento cúspide del placer, el orgasmo.
María Teresa Blandón, directora de La Corriente, nos define el orgasmo como “una reacción del cuerpo frente a estímulos eróticos placenteros, es una sensación breve pero intensa que pone en movimiento todo tu cuerpo, tus sentidos, tus ideas, pero también tu reacción fisiológica, es una concentración máxima y una posterior descarga de energía que ayuda a nuestros cuerpos no solo a sentir placer sino a recobrar un cierto equilibrio energético que es necesario para el bienestar”.
Por su parte, Linda añade “el orgasmo es lograr liberar tu propio cuerpo, permitirle ese liberar, sentir, ese placer, nos han dicho que el cuerpo no nos pertenece, que no podemos darnos placer, que el cuerpo nuestro como mujer es para darle disfrute a otros, llegar al orgasmo es permitirnos ese placer”.
Se puede alcanzar sola
“El placer en todas sus formas, el coito, la masturbación, el sexo oral, son formas de obtención del placer y el placer nos hace vivir mejores, sentirnos y conocernos mejor y sobre todas las cosas, crea un espacio de convivencia singular y maravilloso entre las personas”, según María Teresa.
Nuestras invitadas reafirman esta premisa, y comentan que el orgasmo puede lograrse sin la estimulación de otra persona, “conocer nuestro cuerpo, nuestras zonas erógenas”, es fundamental para llegar a niveles altos de placer, expresa Yovania.
En este sentido, la masturbación, otro tema y vivencia silenciada de la sexualidad de las mujeres, es un arma potente para que las mujeres podamos encontrarnos con el orgasmo, según Linda “el mayor descubrimiento para alcanzar mi felicidad a través del orgasmo ha sido no depender de otro. Mis mayores orgasmos los he alcanzado yo sola”.
El mito del orgasmo vaginal
Una de las principalemes confusiones en relación al orgasmo lo constituye el mito del orgasmo vaginal. Por tratarse de una experiencia de la que no se habla y por ser una sensación que ocurre en toda la zona pélvica, muchas mujeres y muchos hombres creen que el orgasmo ocurre en la vagina, pero ¿De qué se trata el mito del orgasmo vaginal?
María Teresa nos aclara que “el mito del orgasmo vaginal tiene como centro el culto al falo. Es un fetiche. El pene como el único capaz de producir placer en las mujeres. El mito del orgasmo vaginal es también un culto a la heterosexualidad pero es también un culto a la penetración. La idea es que una mujer solo puede gozar eróticamente si es penetrada por un hombre”.
De esta forma comprendemos que el clítoris es en realidad el centro de la experiencia orgásmica en las mujeres y que no existe tal orgasmo vaginal, que es un mito, puesto que si no hay excitación no hay orgasmo, siendo orgasmo clitoriano la manera que debe nombrarse.
Sobre las ideas que sustentan este mito, Linda nos dice que “no podemos obviar que somos resultado de una formación patriarcal y machista donde el control, el poder y el placer lo tiene el hombre, para nosotras es un tabú esta experiencia porque nosotras no estamos destinadas al placer”.
La recompensa
El placer es un ingrediente importantísimo para el desarrollo integral de las personas, sostiene María Teresa, que como resultado de esta vivencia sin limitación alguna, son posibles “cuerpos gozosos, unos cuerpos dispuestos al disfrute, cuerpos felices, lúdicos, sanos, creativos, cuerpos llenos de esperanza, alegres”.
Linda nos recuerda que “el placer no es algo ajeno a nosotras. Eso es lo que ha querido hacer este sistema, apartarnos del placer y del disfrute del orgasmo”, por lo que Yovania invita a la autoexploración de nuestros cuerpos, porque no hay nada más placentero que el orgasmo.