Otro amor es posible
En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas finalizamos nuestra temporada especial del amor. Durante este mes de febrero hemos reflexionado cómo heterosexuales, lesbianas, homosexuales bisexuales, trans, todas y todos hemos aprendido a amar desde imaginarios distorsionados, creyéndonos un amor romántico que en lugar de edificar esta experiencia, lo que hace es dañar nuestra integridad.
Nosotras estamos claras que amar no tiene no tiene que doler, y que deconstruir todo lo aprendido, requiere de un proceso de reflexión al que debemos aventurarnos si deseamos vivir amores sanos, que nos produzcan placer en lugar de sufrimiento.
Creemos firmemente que aún queda mucho más de qué hablar, porque el amor es una experiencia que ha pasado por todas las personas, hombres, mujeres, adolescentes, jóvenes, adultos/as y de la llamada tercera edad.
En cabina nos acompañaron Maryórit Guevara y Gabriel Setright, quienes desde sus propias experiencias amatorias compartieron sobre las consecuencias de ese amor romántico que se nos enseña en este sistema, para que reconozcamos que otras formas de amar si son posibles.
El amor se construye
“El amor se construye”, afirma Maryórit. Para ella, lo que creemos que es amor tiene que ver con lo que hemos aprendido culturalmente y los contextos en los que socializamos.
Desde su vivencia, Maryórit comenta que el amor romántico estuvo presente en sus relaciones amatorias, pero que ahora lo vive más libre. Ella es mamá y comenta que desde su maternidad, trata de educar a un niño diferente “para que el mundo cambie un poco”.
Para Gabriel el amor se trabaja junto a la otra persona. “No viene prehecho ni preempacado para consumirse”, es fluido, orgánico y se construye con una persona o con múltiples personas.
Maryórit cuestiona que el sistema capitalista en en el que vivimos se nos encasilla en un amor que solo puede ocurrir entre dos personas. En este sentido Gabriel sostiene que el neoliberalismo nos impone formas de amar, desde la individualización y la necesidad de llenar vacíos, haciéndonos creer personas incompletas y que el mito de la media naranja constituye una de las falacias del amor.
Amor libertario
Como alternativas al amor romántico, Gabriel propone un amor libertario, un amor colectivo, fluido, espontáneo, negociado, hablado. Invita a amar desde otros espacios, otros lugares, otras opciones, a crear una intimidad afectiva con las personas que están cerca de nosotras/os y con las que decimos compartirnos. Habla de “compersión”, que es una felicidad individual basada en el bienestar de la otra persona, querer lo mejor para otra persona, sea un agarre, una relación pensada para largos términos, o sexo casual. “Es revolucionario, querer cambiarnos, salvarnos de la violencia cotidiana”, dijo Gabriel.
Maryórit insta a mujeres y hombres a la reflexión, a redescubrir, a “amar de una forma diferente” porque “somos personas cambiantes”.