El pasado 27 de septiembre la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en Costa Rica, llevó a cabo una audiencia para supervisar las medidas provisionales que el Tribunal Continental ha girado en favor de siete comunidades indígenas miskitas de la Costa Caribe nicaragüense.
Representantes del Centro por la Justicia y los Derechos Humanos de la Costa Caribe Norte, líderes de las comunidades indígenas y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), denunciaron ante la Corte IDH, la violación sistemática de los derechos humanos contra pueblos indígenas en la Costa Caribe, incrementados durante la actual crisis que atraviesa el país.
En el marco del día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular y la Autonomía de la Costa Caribe, que se conmemoran en el mes de octubre, en esta edición de Cuerpos Sin – Vergüenzas conversamos sobre las luchas del pueblo mískito para proteger la vida y sus territorios.
En cabina nos acompañó Lottie Cunningham, defensora de los pueblos indígenas, promotora de justicia y presidenta del Centro por la Justicia y los Derechos Humanos de la Costa Caribe Norte –CEJUDHCAN-.
Situación de pueblos indígenas de Costa Caribe de Nicaragua
Lottie Cunningham manifestó que la Ley de Autonomía de la Costa Caribe aprobada hace 30 años, ha quedado solo en papel. Considera que persisten obstáculos en materia de reconocimiento del estado de autonomía, la identidad de los pueblos indígenas, formas propias de organización, educación bilingüe y la medicina tradicional. Afirma que “el gobierno de turno tiene secuestrada la autonomía de la Costa Caribe”, lo que equivale a un control geopolítico y económico.
Esta defensora de los pueblos indígenas y promotora de justicia, sostiene que el Poder Ejecutivo ha venido cerrando los espacios de participación plena y efectiva, coludidos con los gobiernos y consejos regionales. Como consecuencia, algunas de las afectaciones directas han sido la inseguridad ciudadana y alimentaria.
El derecho a la vida, el territorio, la alimentación y el uso de recursos naturales, han sido derechos que se han violentado sistemáticamente, asimismo, el saneamiento de las comunidades indígenas sigue siendo una preocupación por la invasión masiva de ex militares armados que se han tomado las tierras, dijo Cunningham.
Cunningham expresó que la erradicación de la violencia para proteger y garantizar la vida, son medidas primordiales que la Corte Interamericana de Derechos Humanos recomienda al Estado de Nicaragua.
“No podemos hablar de democracia si no se respeta la autonomía”, enfatiza Cunningham. Compartió que las comunidades indígenas siguen resistiendo ante las graves violaciones a sus derechos humanos porque “no queremos la guerra”, enunció. Considera que el diálogo inclusivo es la salida a la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua.