¿QUÉ NOS DEJÓ LA REVOLUCIÓN A LAS Han pasado 35 años del triunfo de la revolución popular sandinista que derrocó a una de las dictaduras más sangrientas de América Latina, la dictadura somocista. En esta edición de cuerpos sin-vergüenzas recordamos a las mujeres que participaron de esta lucha, unas con nombres reconocidos, otras invisibilizadas, que estuvieron activamente en la lucha armada, en el proyecto revolucionario, que nos heredó una historia que 35 años después sigue estando presente en nuestra memoria y que nos lleva a preguntarnos ¿Qué nos dejó la revolución a las mujeres?
Para platicar sobre este tema invitamos a Silvia Tórrez, quien estuvo involucrada en organización política de la lucha sandinista, así como Leticia Herrera, una reconocida guerrillera, también conocida como la conmandante Miriam.
Labor organizativa y de comunicación
Silvia Tórrez dice sentirse realizada por su participación en el proyecto revolucionario «Nosotros y nosotras fuimos una generación de jóvenes que cambiamos la historia».
Ella se integró al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1973 reclutada luego de la muerte de Ricardo Morales Aviles, aunque desde 1969 ya venía partipando con movimientos estudiantiles y cristianos. En su rol de organización política, se involucró en diversas acciones de dispensarios médicos en los barrios de León con estudiantes de medicina, reclutamiento de guerrilla y de alfabetización, apoyo en la recuperación de tierra de pueblos indígeneas en Suteaba que la burguesía leonesa les había robado. Y en su función de comunicación fue «correo» de altos dirigentes del FSLN.
Silvia cuenta que muchas de las mujeres que se estaban integrando al FSLN asumían la función de ser «manto», esto era una estrategia para proteger la clandestinidad de la organización política militar, mediante casas que ofrecían servicios de costura u otros oficios asignados a las mujeres, lo que permitía la libre movilización y reunión entre integrantes del frente en ese momento.
«Me tocó entrar al frente en un momento que se estaba dando un cambio histórico (…) estaban entrando algunas ideas de la liberación femenina, yo entré con un montón de mujeres, ya eramos jefas, a mí siempre me tocó ser jefas de hombres (…) entran guerrilleras como Mónica Baltodano, Dora María, ya era una manera de militancia diferente, haciendo micro resistencia en cuanto a los roles de género», nos cuenta Silvia.
Relato de una mujer guerrillera
La comandante Miriam, como se le conocía en tiempos de guerra, es hoy la directora de la Dirección Alternativa de Resolución de Conflictos. Reconocida por su nombre real, Leticia Herrera, fue una de las guerrilleras más jóvenes en la lucha armada contra la dictadura somocista y durante el proyecto revolucionario.
Ella relata que su familia era opositora a la dictadura de Somoza, por lo que desde muy pequeña estuvo involucrada en un ambiente de manifestaciones contra las injusticias, las desigualdades y atropellos evidentes. En 1956 su familia se exilia en Costa Rica porque su padre era perseguido político, y en el país vecino se involucra a los movimientos estudiantiles de izquierda, lo que posteriormente la lleva a formar parte de las filas del FSLN
Al instalarse el nuevo gobierno y la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional en 1979, la comandante Miriam estuvo en la clandestinidad durante diez años en la guerrilla urbana y durante un año en la rural, “no era solo una lucha contra los aparatos de la dictadura, sino por la participación activa de las mujeres en los procesos de la revolución” comenta.
Una de sus acciones más determinantes fue organizar el ejérctito en el occidente del país. Luego pasó a ser coordinadora general de los comités de defensa sandinista que fue un cargo muy importante porque le permitió proximidad con comarcas, comunidades, municipios para desarrollar brigadas de salud, alfabetización, vigilancia revolucionaria.
En 1984, en las primeras elecciones, fue electa diputada y reelecta durante el período de doña Violeta Chamorro. Leticia reconoce que hay muchas otras mujeres cuya labor no es reconocida, están en el animato, pero que jugaron un papel muy importante en el derrocamiento de la dictadura y en las acciones del proyecto revolucionario.
«La mujer es determinante en los procesos de liberación, la mujer ha sabido decir presente y hacerle frente a lo que se le presenta. En la lucha de la dictadura las mujeres jugamos un papel fundamental para combatir a Somoza a pesar de que en el mismo FSLN no eramos reconocidas como guerilleras», explica.
Marchismo versus protagonismo y reconocimiento de derechos
Silvia comenta que los comportamientos machistas también predominaban dentro de las estructuras del FSLN, «por una lado exigían que fueramos guerrilleras, pero por otro lado que fueras la mujer pura y la mujer buena. Para algunos guerrilleros no podías ser su novia, su novia era la que no era aventada. Se nos exigía que nos comportaramos igual que los hombres pero que fueramos sumisas».
Todo el Estado Mayor, menos dos de León, estaban dirigidos por mujeres como Dora María Téllez, Lourdes Jirón, la comandante Miriam y otras más, igualmente en Managua, junto a otros guerrilleros, estaba Mónica Baltodano.
“La mujer nicaraguense desarrolló una doble lucha. Lucha contra un sistema económico social establecido y lucha contra la mentalidad porque los hombres del frente no dejan de traer reminiscencias de la formación y la cultura machista” nos cuenta Leticia Herrera.
Pero a pesar de las contradicciones y las resistencias frente a la igualdad y la participación de las mujeres, ambas entrevistadas reconocen que la revolución le dejó a las mujeres » un gran protagonismo, las mujeres salimos de e la casa para la calle a organizar la comunidad, participábamos niñas, madres, hijas, nos ganamos la participación en el espacio publico», comenta Silvia Torres.
Mientras que Leticia reconoce que la principal herencia de este proceso es “la capacidad de reconocer que tiene derechos, eso es indiscutible, que tal vez no hay toda la amplitud de derechos que debe gozar la mujer, pero ya la mujer no puede decir que no sabe y por otro lado le ha abierto opotunidad para empoderarse”.
El hombre nuevo no llegó nunca
«Desde la época revolucionaria estábamos planteando nuestros derechos y estábamos luchando por la igualdad. La revolución se da porque había una enorme diferencia entre los ricos y los pobres», expresa Silvia Torres
Ella reflexiona sobre la promesa del hombre nuevo y el ideal de igualdad que se auguró en aquel momento, un hombre nuevo que no sucedió y una igualdad que no fue real porque “se prestó oído sordo a temas como el aborto, la lucha contra la violencia” dice Silvia.
«El hombre nuevo no golpea a la mujer, no la viola, no la empuja, no le quita su lugar, no le grita, no hubo tal hombre nuevo durante y después de la revolución (…) pidieron a las lesbianas que se callarán para no dar una mala imagen de la revolución, que debíamos esperar por todos nuestros derechos hasta que el socialismo estuviera completamente construido».
Leticia, con otras palabras, también dedica un mensaje a los hombres y les hace un llamado a reconocer que “la liberación de una sociedad, el cambio de un estado de cosas, eso pasa también por la liberación de la mujer. Así que hombres, estesen claros que no van a ser totalmente libres mientras también no sean libres las mujeres” concluye.
La revolución será feminista o no será
Y finalmente Silvia también hace un llamado a reconocer que la mejor manera de ser revolucionarias es ser feministas. «Creo que la manera de ser revolucionarias en este momento por parte de las mujeres es ser feministas y ser solidarios por parte de los hombres con el feminismo, porque creo que el feminismo es el movimiento más democratico y humanista que existe en este momento en Nicaragua, concluye Silvia Torres.
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