En nuestra última edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas del 2014, nos despedimos platicando sobre las festividades del mes de diciembre, que aunque algunas/os no lo reconozcamos, nos envuelven, mediante encuentros con la familia, las compras de regalos, o la tradicional cena del 24.
Conversamos con Rosario Castañeda, Teóloga y Antropóloga feminista, sobre ¿Qué se celebra en diciembre? ¿Cómo se celebra? ¿Cuál es el sentido de estas festividades? ¿Qué peso tiene la fusión consumismo-Navidad-religión? ¿Cómo podemos resignificar ésta fecha?
La Navidad fue retomada de una fiesta pagana
La Navidad es una de las festividades más importantes del cristianismo; sin embargo, Rosario mencionó que no todas/os sabemos que Jesucristo no nació precisamente un 25 de diciembre, y menos que la Navidad se retoma de las fiestas paganas que existían en Europa, en las que se rendía tributo al solsticio de invierno y convertir a las personas paganas. El cristianismo retoma esas fiestas y es por ello que el 25 de diciembre se celebra la Navidad.
“Hay narraciones que mediante relatos bíblicos, ubican el nacimiento de Jesús en determinada época del año, pero una fecha exacta no se conoce”, refiere Rosario.
La Navidad tiene un sentido político
Rosario señala que bíblicamente la Navidad tiene un significado muy profundo “hay que tomar en cuenta que el nacimiento de Jesús se da en un contexto de opresión del pueblo Judío, que vivía bajo el dominio de Romanos, pero además traía una carga, una historia, de opresiones, y por lo tanto, el pueblo esperaba a un mesías, un libertador desde hacía mucho tiempo, pero contrario a lo que gente pensaba, ese mesías nace en la pobreza extrema, nace en la marginalidad, nace en la exclusión…”.
Rosario argumenta que desde la visión que se presenta el natalicio de Jesús en los evangelios, es contracultural, es decir, el mesías es niño, es débil, nace de la misma manera que nace toda la gente de su pueblo. Es por ello que la Navidad tiene un sentido político frente al sistema establecido.
Un sentido político devaluado
El comercio ha devaluado ese sentido político de la Navidad “teológicamente estamos hablando de una persona que es el hijo de Dios, que se hace pobre, débil, pequeño y eso tiene todo un sentido y un significado; y sin embargo, eso de ha devaluado porque hay imágenes tangibles que nos representan la Navidad y se han puesto imágenes que no tienen nada que ver con nuestra cultura ¿en Nicaragua alguna vez has visto nieve?”, alude Rosario.
Asimismo, comenta que hay un sentimentalismo exacerbado en estas fechas, la gente se quiere, se ama, las familias se unen, el pesebre se nos hace algo romántico y sublime “esto despolitiza las luchas de reivindicaciones de derechos (…) esto desvía lo que es la realidad humana y las condiciones en la que siguen viviendo millones de personas y que de alguna manera el nacimiento de Jesús tendrá que ubicarnos nuevamente y volvernos la mirada a esa marginalidad; sin embargo, nos la pone en todo lo contrario”.
¿Qué busca la religión con los rituales cristianos?
Rosario puntualiza que el nacimiento de Jesús, la Iglesia lo aprovecha para reforzar el concepto de familia tradicional, se habla de paz y armonía pues “no es casual que el 8 de diciembre está la celebración de la Purísima, una exaltación de la figura de María pero específicamente de la virginidad. Luego viene la Navidad y la celebración de la Sagrada Familia”.
Pero ¿Son Jesús, María y José una familia tradicional? Tomando en cuenta el relato bíblico, José no es el papá biológico, ya que María fue embarazada por obra del Espíritu Santo “la iglesia habla del misterio de la Navidad, algo que no se puede explicar. El nacimiento está envuelto en un misterio, existen cabos sueltos (…) este sistema tradicional de familia es antiquísimo pero en aquella época no era real, mucho menos ahora”, exterioriza Rosario.
El sexismo en la Navidad
En esta época se refuerza sobre todo el sexismo “se nos achaca de compradoras compulsivas, el comercio y todo lo que tiene que ver con el consumo, está orientado a las mujeres, abundan los anuncios sexistas. Toda esa realidad que la vemos todo el año, pero que en Navidad se exacerba todavía”, expresó Rosario.
Los juguetes que se regalan a la niñez son un problema, “generalmente qué es lo que se regala, la bici y carritos a niño; muñecas y juguetes de cocina para las niñas, esto hay que trabajarlo mucho porque el sexismo está profundamente instalado”, comenta Rosario.
¿Cómo resignificar la Navidad?
Recuperar el sentido político, reivindicativo, contracultural y teológico de la Navidad puesto que la gente de hace más de 2000 años vivía a la espera de un cambio que en su momento se vio en Jesucristo; reenfocar la mirada hacia otras realidades que toda esta comercialización nos impone.
Para hacer posible una Navidad laica Rosario recomienda “resistirnos al consumo exacerbado. Si hacemos regalos, que sea de manera responsable y con sentido. Que volvamos al sentido original de la Navidad. El nacimiento de Jesús está asociado con el sol, la vida. Si nuestras miradas y acciones se colocan en lo marginal, comprometiéndonos con las transformaciones de las causas de la sociedad, poniendo nuestro granito de arena para ser una sociedad más incluyente, con eso estamos haciendo una navidad diferente”.