Muchos y de variada índole son los prejuicios y estereotipos que se han construido alrededor del lesbianismo. Desde considerarlo una enfermedad psíquica, hasta una encarnación del demonio, pasando por explicaciones que asocian el deseo entre mujeres como una expresión del odio a los hombres.
Ser lesbianas en sociedades donde el placer sexual es un privilegio masculino y la heterosexualidad se constituye en un mandato para hombres y mujeres, el deseo entre personas del mismo sexo constituye una de las más caras transgresiones. Las lesbianas incluso mucho antes de reconocerse como tal, sufren toda clase de agresiones tanto en los ámbitos privados como públicos.
En nuestros países y el mundo entero miles de lesbianas han sido víctimas de las así llamadas “terapias de reconversión”, han sido expulsadas de sus hogares, rechazadas en espacios religiosos, escolares y laborales; o se han visto condenadas al silencio y el encubrimiento de sus deseos y expectativas amorosas.
Ayer 13 de octubre se conmemoró el Día de las Rebeldías Lésbicas. Esta fecha fue escogida durante el VII Encuentro Lésbico Feminista de América y El Caribe, realizado en Chile en el año 2007, con el propósito deliberado de hacer visible la realidad lésbica y contrarrestar los estigmas que reproducen la discriminación y la violencia hacia las lesbianas.
Para conmemorar el día de las rebeldías lesbianas, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas hablamos con Jandra Leytón, nicaragüense, y Ale Alcántara, mexicana.