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MUJERES JÓVENES FEMINISTAS

Los medios de comunicación, la escuela, la iglesia, el Estado, nos venden un discurso de que todas y todos somos iguales. Sin embargo la realidad nos revela lo contrario: violencia en el noviazgo, el acoso callejero, la violencia contra las mujeres en todas sus expresiones, etc.

Las mujeres jóvenes cuando sienten que algo no anda bien se acercan al feminismo por distintas vías, por una amiga, una organización, una campaña. Algunas se acercan, otras se alejan, unas se quedan, otras van y vienen. A todas ellas quisiéramos preguntarles: Mujeres jóvenes ¿Les atrae el feminismo?

En Cuerpos Sin-Vergüenzas platicamos con dos jóvenes que se han involucrado en procesos de reflexión feminista, ellas son: Icsa Raquel de 18 años integrante del Grupo de Mujeres Crecer de El Viejo, Chinandega y Graciela Castillo de 20 años, estudiante de comunicación de la UCA. Ellas platicaron con nosotras sobre cómo ha sido su acercamiento con esta propuesta política y el impacto que ha tenido en sus vidas.

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Ni por debajo, ni sobre

Icsa Raquel comenta la postura de quienes transitan por los caminos del feminismo es la búsqueda de la igualdad «no queremos estar ni debajo ni sobre», y resalta que esto es  algo que cuesta mucho que la sociedad entienda.

Icsa empezó a organizarse desde los 14 años, en el grupo de mujeres Crecer y posteriormente fue invitada a la Escuela Feminista en León, lo que para ella fue el inicio de su militancia como joven feminista. Para ella el feminismo «es una ideología política que busca la reivindicación de los derechos de las mujeres que año con año han sido violados, no solo por el Estado sino por el sistema patriarcal (…) puesto que se otorgan muchos privilegios para los hombres».

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Graciela Castillo. Comunicadora feminista.

Graciela Castillo relata que su aproximación con el feminismo inicio desde el momento que sentió insatisfecha en su familia «a mí me decían, vos tenés que cocinar porque vos sos la mujer y no quiero que cuando te vayás con un hombre te regresen al siguiente día con el ojo morado. Yo decía porque una mujer tiene qué ser así, hasta que entré a la universidad fue que adquirí mayor conocimiento».

Ella cuenta que  «su primer empujoncito» fue con la clase de género y comunicación y luego «fui invitada a los ciclos de reflexión de derechos sexuales y reproductivos de La Corriente Feminista dirigido a comunicadoras/es sociales».

Desde su vivencia, Graciela refiere que para ella el feminismo «es un movimiento político y social que tiene como objetivo principal buscar la igualdad entre hombre y mujeres (…) no es como mucha gente piensa , de poner a la mujer en alto y al hombre pisotearlo».

Las reacciones en la familia

La palabra feminismo tiene un peso fuerte en la sociedad. Las ideas negativas y los prejuicios en relación a las feministas y al feminismo están presentes en las familias, por eso cuando una chavala decide asumirse como tal, tiene consecuencias como las que compartieron nuestras invitadas.

Graciela nos contó que en su familia le cuestionaron el hecho de participar en procesos feministas «me decían ‘te vas a hacer marimacha’, esas feministas todas son lesbianas» le decían en su casa, sin embargo ella defendió su derecho a participar en otros espacios, empezó a compartir sus ideas en la familia y «ahora noto cambios en mi papá por ejemplo, él hace cosas en la casa, ya no nos deja todo a las mujeres», comenta.

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Icsa Osorio. Integrante del grupo de Mujeres Crecer. El Viejo, Chinandega.

Icsa afirma estar conteta con su feminismo, comparte que gracias a sus nuevas convicciones ella se convirtió  en un apoyo para que su mamá pusiera fin al ciclo de violencia machista que vivía con su padre. Expresa que al principio habían varios cuestionamientos hacía ella sobre el tema de la religión, el lesbianismo y otros, pero que ahora hay más aproximación con las mujeres de su casa «aceptan mis posturas con ciertos límites», cuenta Icsa.

El feminismo trae conflictos pero necesarios

Asumirse como feministas trae consigo conflictos con la familia, con las amistades, con las compañeras de clases, con las parejas. Esta es una consecuencia directa de cuestionar las normas patriarcales y salirse del modelo de comportamiento asignado a las mujeres. Icsa, por ejemplo, nos comparte que a algunas de sus amigas «les da miedo, cierto temor de que yo viva con libertad y que ellas se priven porque ven el cuerpo ajeno a ellas mismas porque está divido en sus casas, en el colegio, en la calle».

Sin embargo, para ella lo más importante es que gracias al feminismo puede vivir su cuerpo con placer, hablar con otras jóvenes sobre temas que les deben importar como los fundamentalismos religiosos o el placer, así como cuestionar sus relaciones de pareja, romper con el mito del amor romántico, y disfrutar tando de su círculo social como de su relación de novizago de manera libre.

En la vivencia de Graciela, hablar de temas como el aborto o el acoso callejero le ha generado no solo conflictos en su hogar, sino también en las redes sociales virtuales con sus amistades.

¿Porqué algunas no se acercan al feminismo?

Icsa piensa que «las chavalas tienen temor a salir de ese estado de confort, salir de lo que la sociedad nos ha impuesto. Temor a vivir sus cuerpos con libertades. No ven sus cuerpos como propios de ellas y en eso influye la iglesia, la escuela, sus familias».

Graciela comparte que «todo tiene su origen en la educación, las mujeres están encasilladas, hay represión, y aparte, varios estereotipos del feminismo de que somos mujeres que odiamos a los hombres, que todas son lesbianas».

Abrirse a un mundo lleno de libertades

Para que otras mujeres jóvenes se sientan atraidad por el feminismo, Icsa sugiere que «abrán su mente a otras experiencias, otro mundo lleno de muchas libertades que se atrevan a vivir libres, que les va a satisfacer mucho en su cotidianidad».

«Es necesario salir de esa zona de confort, a mí no me gusta ser agredida sentirme inferior a nadie,  si a vos como mujer joven no te gusta, buscá como salir, el feminismo es la salida para luchar por nuestros derechos», concluyó Graciela.

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Ni putas, ni prostitutas. Somos trabajadoras sexuales

historiasvidastrabajosexual-1A consecuencia de la doble moral instalada en nuestras sociedades por el patriarcado, las mujeres hemos sido divididas en decentes e indecentes a partir del uso que los hombres hacen de nuestros cuerpos. De tal forma, aquellas que han sido elegidas como esposas, estarían del lado de las buenas; y las “otras”, las que por distintas razones no asumen este rol, son clasificadas como mujeres de “mala vida”.

El Programa Feminista La Corriente que durante más de una década ha promovido acciones de reflexión e intercambio con mujeres jóvenes, adultas, afrodescendientes, indígenas, mestizas, lesbianas, bisexuales, transgéneras, campesinas, universitarias, tenía una deuda con las trabajadoras del sexo.

Estas historias nos convocan a oírlas en primera persona, conocer sus recorridos de vida, sus dilemas, sus opciones, sus balances de los costos y beneficios implicados en el trabajo sexual.

Sus relatos reclaman el reconocimiento del trabajo sexual como una opción posible para resolver necesidades básicas de ellas y sus hijos/as e incluso ampliar los horizontes del bienestar. Como cualquier mujer que se reconoce como ciudadana, ellas exigen respeto a sus decisiones y todos sus derechos.

Con la sinceridad y firmeza que las caracteriza, estas mujeres compartieron sus recorridos en el ejercicio del trabajo sexual; hablaron de los clientes y sus demandas, de tarifas, de los términos de negociación, de la prevención de enfermedades de transmisión sexual, de las estrategias para prevenir abusos por parte de los clientes, de la interacción con instituciones del Estado con una clara tendencia a la coerción.

También hablamos de Dios, de la doble moral en las iglesias, de la comunicación con las y los hijos, de cómo muchas familias -al igual que las historias de trans y lesbianas- se convierten en lugares de desamor y violencia. Y por supuesto, hablamos de la importancia de estar organizadas para construir lazos de solidaridad que les permitan hacerle frente a los estigmas y defender sus derechos.

Las trabajadoras sexuales tienen clara la diferencia entre el trabajo que realizan y la explotación sexual, y por eso mismo se han convertido en agentes principales de prevención que colaboran con las instituciones públicas.

Nos encontramos con mujeres valientes que desafían la doble moral de la sociedad, que se quebraron al contarnos experiencias de violencia y discriminación y, que sin embargo, están orgullosas de su fuerza, de sus habilidades, de su capacidad de sacar adelante a las hijas e hijos ofreciéndoles oportunidades que ellas mismas no tuvieron.

Indiana, María Elena, Vida Francis e Ymogene nos invitan a escuchar sus historias, historias de dolor, pero también de dignidad y solidaridad. Son capítulos de sus vidas que siguen abiertos, sin embargo no están dispuestas a que las recuerden como las “aventureras” de Lara, con primaveras marchitas, sino florecientes.

Descargar NI PUTAS, NI PROSTITUTAS. SOMOS TRABAJADORAS SEXUALES. 

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EntreEntre el desconcierto y la curiosidad de un público mayoritariamente joven fue presentada la última publicación del Programa Feminista La Corriente: Ni putas, ni prostitutas. Somos trabajadoras sexuales, este jueves 7 de julio en la Universidad Centroamericana.

historiasvidastrabajosexual-1El libro, acompañado de un video, presenta las historias de cuatro mujeres trabajadoras sexuales: Ymogene, María Elena, Indiana y Vida Francis, quienes comparten sus experiencias que las llevaron a tomar este trabajo como una opción para vivir, nos hablan de las dificultades, la violencia que han sufrido y la fuerza con la que se han enfrentado a la discriminación.

La bienvenida a la actividad fue hecha por Cristina Arévalo, quien estuvo a cargo de la coordinación y elaboración de las historias de vida. María Elena Dávila directora de la Asociación de Mujeres Trabajadoras Sexuales Girasoles Nicaragua, compartió sus reflexiones y el quehacer de su organización, explicando que su objetivo es lograr el respeto de la sociedad y el reconocimiento del trabajo sexual como un trabajo con los beneficios sociales que esto implica.

María Elena Dávila de la Asociación Girasoles

María Elena Dávila de la Asociación Girasoles

Los comentarios a la publicación fueron realizados por María Teresa Blandón, directora de La Corriente, quien explicó cómo hemos sido clasificadas las mujeres en las sociedades patriarcales, «una función es darle placer a los hombres y otra es darles hijos a los hombres, en función de esa especialización las mujeres vamos a ser vistas como indecentes o decentes, buenas o malas. Y sobre las trabajadoras sexuales recae el estigma de las malas mujeres» lo cual sirve para controlar la sexualidad de todas las mujeres pues ninguna quiere ser ubicada en ese lugar.

10En sus comentarios María Teresa señaló que el estigma sobre las trabajadoras sexuales requiere preguntarnos ¿Por qué la sociedad promueve el trabajo sexual y por otro lado existe tanta discriminación contra las mujeres que lo ejercen? Y aunque se pueden encontrar varias explicaciones a esta pregunta, «lo que no soporta la sociedad es la transgresión, es que hayan mujeres que no acaten las normas de estricto control sobre la sexualidad de las mujeres, que no pongan el sexo por debajo de la reproducción, la sociedad no soporta que las trabajadoras sexuales pongan en evidencia la doble moral sexual del patriarcado, no soporta que hayan mujeres que no se subordinen a los hombres, que digan ‘no le pertenecemos a ningún hombre y podemos vivir esta dimensión de la sexualidad incluso para el lucro’. No soporta la sociedad patriarcal que las trabajadoras sexuales conozcan cosas que a los hombres les da miedo que conozcan» concluyó Blandón.

Después de la presentación se realizó un espacio de preguntas donde las y los participantes compartieron sus inquietudes, principalmente en relación a la diferencia entre trabajo sexual y explotación sexual, la relación costo beneficio del trabajo sexual, la forma en que las familias reaccionan frente a esta realidad, entre otras.

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¿QUÉ NOS DEJÓ LA REVOLUCIÓN ASobre la revolución popular sandinista hay muchas historias que se cuentan. De rebeldía, coraje, luchas, muertes, héroes y mártires. También se plantean diversos debates sobre los aportes que dejó ese proyecto revolucionario a la historia de Nicaragua. Sin embargo hay temas de los cuales no se habla, no están en las páginas de los libros, que no se debaten.

Entre esas historias están las de homosexuales y lesbianas en la revolución. Ellas y ellos tienen vivencias diversas que han compartido poco y que hoy quisimos escuchar en Cuerpos Sin-vergüenzas, y para esto nos acompañaron Magaly Quintana, activista feminista histórica en Nicaragua y Norman Gutiérrez, director del Centro para la Educación y Prevención del Sida (CEPRESI).

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Participación activa de homosexuales y lesbianas

Magaly Quintana, al contar sobre su rol en el proyecto sandinista comparte que fue miembra del gobierno estudiantil revolucionario, trabajó muchos años con la tendencia proletaria del FSLN, todo lo relacionado con la propaganda, atendiendo movimientos juveniles y obreros.

Magaly narra que cuando participó en los movimientos estudiantiles en León, promovieron relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, con mucho respeto a las diferencias de todo tipo «no solo cuestionabamos la lucha política sino también la cultura moral existente», afirma Magaly. Formaron casas de refugio para poder debatir sobre estos temas, y fue cuando empezaron a salir a lo público historias de lesbianas y homosexuales.

1Por su parte Norman Gutiérrez, comenta que por ser homosexual muchas/os dudan sobre su desempeño como guerrillero en la revolución «cuando lo cuento no lo creen porque siempre asocian que tenía que estar en la cocina del batallón».

Norman cuenta que desde los 13 años sintió motivación de integrarse a este proyecto porque sus hermanas estaban prestando servicio militar patriótico, y ya a sus 16 años, en 1982, es cuando participa activamente en los comité de defensa sandinista con funciones de dirección. A los los 17 años se integra al servicio militar, donde era tirador lanza cuetero y ametralladorista pesado en los frente de guerra, además fue político del batallón por lo que jugaba un papel importante dentro de la estructura.

Las lesbianas de Matagalpa, una amenaza

Para el FSLN, la noticia del reconocimiento público de lesbianas y homosexuales significó un atentado «desde que se va construyendo el frente, hay una posición de represión en las filas de esa organización», señala Magaly, y agrega que durante años previos al triunfo de la revolución, «mandaron a la gente (lesbianas y homosexuales) al psoquiátrico o psicólogos, tenían médicos para atender estos casos».

Las lesbianas de Matagalpa constituyen un caso particupar de discriminación. Magaly relata que cuando triunfa la revolución ella se moviliza a Matagalpa, una zona eminentemente de guerra y era del comité de dirección. De un momento a otro, se agruparon al rededor de 30 lesbianas. Y es cuando comienza la misión por parte del Frente de «desarticular a todas las lesbianas porque eran un peligro espantoso».

22«La seguridad del Estado orienta por medio de Lenín Cerna, que hay que destruir núcleos de lesbianas en Matagalpa. Mandan a los hombres más guapos, machos, para hacer un proceso de convencimiento y de conversión. Era un peligro espantoso. El trabajo que tenían era acosar», comenta Magaly.

«A algunas las premiaron y las mandan a vacaciones fuera del país como medio año a la Unión Soviética para que el golpe no fuera tan grande. A otras las mandaron a la zona de guerra, el mensaje estaba claro, a que desparecieran», arguementa Magaly al explicar estrategias de desarticulación, y aunque otras volvieran a agruparse, la historia se repetía.

¿Las lesbianas eran más perseguidas que homosexuales?

Norman Gutiérrez expresa que en su experiencia particular no vivió discriminación en los frente de guerra «quiero señalar que en el servicio militar no había persecusión, habíamos muchos homosexuales, algunos abiertamente otros no».

«Evidentemente había una mejor organización de las mujeres lesbianas y quizás ocupaban cargos muy importantes dentro de las estructuras, o si habían gays, no lo evidenciaban como ellas», explica Norman.

También, cuenta que cuando la diversidad sexual se empieza a constituir como un movimiento social en 1985, y que empieza a calar fuerza en 1989 «hubo orden de la seguridad del Estado para que se desarticulara el movimiento«. A pesar de esta política, fueron articulándose otros grupos y surgieron ONG`s, en esos años, priorizando la lucha contra «la pandemia rosa», el VIH-Sida, en un trabajo coordinado con el MINSA con Dora María Téllez al frente de esta institución.

Néstor Vanegas, persecución, discriminación y placer

NESTORNéstor Vanegas es homosexual y estilista de profesión. Él cuenta sobre el temor con el que muchos gays caminaban por las calles, en los buses, en la escuela por el cumplimiento obligatorio del Servicio Militar Patriótico. Una vez que fue reclutado y enviado a su misión militar, comenta que los homosexuales tenían que comportarse muy machos para no quedar en evidencia, porque corrían riesgos de ser violados por todo el batallón o de sufrir baja deshonrosa que implicaba humillación pública por «tener un trastorno de personalidad«.

«La vida militar no la deseo, ni la quiero volver a repetir nunca más en  mi vida», sin embargo Nestor también recuerda con cariño las experiencias positivas que vivió en este tiempo, donde hizo buenos amigos y se enamoró; “encontré el amor donde menos lo esperaba, que fue el servicio militar patriótico» nos cuenta.

¿Qué ha cambiado?

Magaly Quintana señala que hay cambios profundos en cuanto a que «hoy podemos ver parejas viviendo sus relaciones de una forma tranquila, el hecho que asuman su relación, que defiendan sus derechos como pareja, que haya un movimiento lésbico y homosexual mucho más grande, apropiado de sus reividicaciones en las calles (…) nosotras no pudimos tener grandes movilizaciones como las del orgullo gay. Hay un cambio profundo».

DSC_0529Norman Gutiérrez también es de la idea que hay en la actualidad escenarios diferentes «En la década de los 80`s las compañeras transgénero no eran visibles (…) en los 90`s surge la crimanilización de la homosexualidad con el artículo 204, fueron 15 años de lucha logrando en el 2007 la despenalización de la homosexualidad dentro del Código Penal Nicaragüense, se incorporan a la vez dos artículos que sancionan la discriminación por orientación sexual».

Norman también reconoce avances en materia de salud, donde la diversidad sexual está incluída en políticas públicas en materia de VIH-Sida y existe una política institucional que sanciona la discriminación por orientación sexual e identidad de género en unidades de salud públicas o privadas.

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portadaEl Programa Feminista Centroamericano “La Corriente” desde hace varios años ha dedicado importantes esfuerzos a la promoción de los derechos sexuales y reproductivos de los y las nicaragüenses.

Como parte de este esfuerzo y en colaboración con diversas organizaciones de mujeres desde el año 2005 desarrolla procesos de formación con mujeres jóvenes y adultas, y posteriormente con hombres jóvenes provenientes de diferentes regiones del país.

En el año 2008 incluimos dentro de nuestro plan de trabajo, la realización de una investigación que lleva por nombre Construcción social de la sexualidad en jóvenes de Nicaragua, con el objetivo de conocer con mayor profundidad cómo perciben, aprenden, experimentan, disfrutan y sufren su sexualidad los y las jóvenes nicaragüenses.

Con tal objetivo y de forma inicial conformamos un equipo de investigación integrado exclusivamente por jóvenes de ambos sexos. Por distintas razones el equipo no logró avanzar más allá del diseño preliminar de la investigación y finalmente la misma fue asumida por un hombre y una mujer no tan jóvenes, que con el apoyo de algunas mujeres logramos a pesar de las dificultades completar el proceso de reelección de información y análisis de datos.

Esta investigación aporta las voces de las y los jóvenes sobre aspectos que todavía resultan “incómodos” incluso para la gente que trabaja en el ámbito de la salud sexual y reproductiva. El orgasmo, la masturbación, las vías identificadas para tener encuentros sexuales placenteros, el encuentro erótico entre personas del mismo sexo, forman parte de los temas abordados por sus protagonistas.

Descargar la investigación completa aquí

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