Archivo de la etiqueta: derechos sexuales

Ponencia de María Teresa Blandón durante la presentación en la UCA del libro y el video: Ni putas, ni prostitutas. Somos trabajadoras sexuales.

TS4

Estamos súper acostumbrados y acostumbradas a ver a las trabajadoras sexuales y el trabajo sexual  desde una óptica de victimización. Es decir, las trabajadoras sexuales o prostitutas como frecuentemente les llaman acá, son unas pobres mujeres víctimas que se han visto obligadas a hacer lo que hacen. Y en cierto sentido es así, pero esa no es toda la parte de la realidad.

Para analizar el trabajo sexual y cómo las sociedades como las nuestras lo evalúan, tenemos que partir del siguiente reconocimiento: que las mujeres  en todas las sociedades patriarcales estamos especializadas para dos funciones, una función es darles placer a los hombres y otra es darles hijos a los hombres para asegurar su descendencia. En función de esa especialización, las mujeres vamos estar ubicadas en un lugar o en otro. Y esto cobra especial relevancia porque dependiendo de la función principal que las mujeres queramos ocupar, ya sea darles hijos a los hombres o darles placer, vamos a tener entonces una cierta valoración social, vamos a tener unos ciertos privilegios o no, o vamos a tener unos ciertos estigmas, como el estigma que señalan las compañeras en este video que acabamos de presentar.

Este es un trabajo antiguo, se conoce como el trabajo más antiguo de la historia, tal vez no es el más antiguo de la historia, porque el trabajo más antiguo es sembrar la tierra, pero este no ha sido objeto de ningún estigma. Tal vez es el trabajo más estigmatizado de la historia, porque antes los hombres no pagaban por tener sexo con las mujeres, antes las tomaban a la fuerza.

Es decir, no había ningún intercambio comercial, contractual en los orígenes de la humanidad, y más adelante, todavía ahora, hay demasiados hombres que no le pagan a una trabajadora sexual, pero que sí son capaces de violar a muchas mujeres para satisfacer sus propios deseos, sean estos los que fueren, pero ese trabajo, el trabajo sexual, siempre ha estado enfrentado a un abordaje ambiguo en las sociedades patriarcales.

Por un lado se estimula y hay “n” cantidad de justificaciones que dicen que el trabajo sexual es una necesidad, es más en algunos momentos se dijo que era necesario tener trabajadoras sexuales porque las mujeres decentes no podían aspirar a tener unas relaciones placenteras con sus maridos.

En tiempos de la santa inquisición por ejemplo, era un pecado gozar en la cama, o en el petate o donde fuera, de hecho era un pecado, entonces ¿quiénes eran las únicas a las que podíamos clasificar como pecadoras, para darles placer a nuestros maridos? pues las trabajadoras sexuales y mientras tanto, nosotras nos asegurábamos de no ser pecadoras, de no sentirnos arrepentidas, de no avergonzarnos porque habían otras mujeres que resolvían esto.

Fíjense como es difícil bregar con esta doble moral, por un lado se reconoce como necesario el trabajo sexual, pero por el otro lado, se estigmatiza ¿a quienes se estigmatiza? A las mujeres que lo realizan.

TS3Entonces, para construir el estigma sobre las trabajadoras sexuales se dice que son mujeres fáciles (como si la otras fuéramos muy difíciles), que son mujeres de la calle, porque se supone que las otras debemos estar consignadas al espacio privado, que son unas desvergonzadas, porque se supone que las otras estamos llenas de vergüenzas, bueno y a veces es verdad, no siempre, que las trabajadoras sexuales son indecentes porque se supone que las demás son súper decentes y claro, son tantas y de un calibre tan negativo estas clasificaciones, estas valoraciones, que se hacen sobre las trabajadoras sexuales que vale la pena preguntarnos por qué.

¿Por qué si estás sociedades han estimulado el trabajo sexual, por el otro lado, condenan de una manera tan feroz a las mujeres que deciden realizarlo?

¿Será porque cobran dinero para darle placer a los hombres? Pero si el problema es el lucro, los 180 millonarios que hay en Nicaragua serían los mejores trabajadores sexuales de este país, desde Pellas, pasando por Piero Cohen. Pero  ¿Quién le crítica a Carlos Pellas o Piero Cohen que tengan intensiones de lucro? ¿Quién le cuestiona a todos los empresarios de esta país que quieran ganar riales para vivir bien? ¿Quién nos cuestiona a Gonzalo y a mí que cobremos por dar clases? Es decir ¿Está mal tener necesidades económicas? ¿Está mal cobrar por el trabajo que hacemos? ¿Está mal satisfacer nuestras necesidades y vivir bien?

No está mal para otros colectivos laborales, otras personas, para los empresarios, algunos de los cuales tienen intereses mercantiles desmedidos, que estos si rallan en la inmoralidad, porque ser millonario en un país donde el 40% vive en condiciones de pobreza y el 12% en condiciones de extrema pobreza, si padece de una enorme inmoralidad, porque toca la dignidad de la gente, la posibilidad de vivir como seres humanos.

¿Será que lo que se cuestiona es que las trabajadoras sexuales tengan sexo sin amor? ¿Pero serán las únicas las trabajadoras sexuales que tengan sexo sin amor? Yo me temo que no. Hay matrimonios arreglados en Nicaragua y en todo el mundo. Hay matrimonios que se constituyen por intereses económicos entre las familias, porque una familia sale ganando si una mujer de su familia se casa con un hombre que puede elevar su estatus, entonces el amor no ha estado presente en todos los encuentros, en todas las formas de intercambio y en todos los arreglos matrimoniales.

Hay familias que se casan por intereses políticos, para mantener el poder, por ejemplo, es típico de las dinastías y de las dictaduras que busquen como casar a los hijos entre los más poderosos de tal manera que eso facilite el control del poder público. Entonces ¿Por qué a las trabajadoras sexuales se les cuestiona que tengan sexo sin amor, cuando mucha personas tenemos sexo sin amor, cuando tenemos una noche loca, que nos encontramos a un chavalo o una chavala que nos encanta y tenemos por ahí un desparpajo, sexo casual dicen por ahí?

p1Sexo casual no es amor, no nos declaramos amor eterno, no nos vamos a ir a casar mañana, no nos prometimos eternidad ¿Y por qué a las trabajadoras sexuales se les machaca tanto? ¿Porque tienen sexo casual con alguna frecuencia? ¿Porque no les pertenecen a un solo hombre? Tal vez ahí nos estamos acercando más ¿Porque no prometen monogamia? ¿Porque no prometen matrimonio? Pero tendríamos que preguntarnos, por la mayor parte de hombres que no son monógamos. Los hombres a lo largo de la historia no han sido monóganos, no han sido fieles, no se han casado con todas las mujeres con las que han tenido sexo, entonces ¿por qué a las trabajadoras sexuales se les critica? ¿por qué esta doble norma? ¿por qué este estigma sobre las mujeres?

Es más, en el caso de los hombres, todo el mundo considera normal que recurran a las trabajadoras sexuales, desde el argumento que los hombres no pueden controlar eso que la gente piensa que son instintos sexuales, la gente dice “pero está bien, qué van hacer los pobre hombres, no van a pasar toda la vida masturbándose” , pero los propios hombres dicen, “sí, claro, por qué no, yo lo estoy pagando, cuál es el problema. No le estoy imponiendo, le estoy pagando. Además es más fácil porque a las mujeres, las esposas, tenemos que aguantarles todos sus reclamos, las esposas, las novias, las amantes continuas, tenemos que aguantarles los reclamos, los celos, las expectativa desmedidas, las ganas que tienen las mujeres de hacer casita y tener hijos. Con las trabajadoras sexuales no, yo voy, resolvemos, de la manera que podamos, ojala que nos vaya bien, pago, concertamos un precio y chao. No tengo que involucrarme en largas, enamorarme, carretearla, que finja que no quiere, que ahora sí y después no, tener que gastar para llevarla al cine e invitarla a comer, que ahora el cine está carísimo”.

¿Qué es lo que podemos suponer, desde una perspectiva feminista del abordaje del trabajo sexual? Lo que podemos suponer es que lo que no soporta la sociedad es la transgresión. Lo que no soporta la sociedad es que hallan mujeres que no acaten las normas de estricto control sobre la sexualidad de las mujeres. Lo que no soportan las sociedades es que las trabajadoras sexuales no pongan el sexo por debajo de la reproducción. Lo que no soportan es que las trabajadoras sexuales, por el trabajo mismo que realizan, pongan en evidencia la doble moral sexual del patriarcado, en donde los hombres son los que deciden con quienes, cuando, cómo y durante cuánto tiempo. Es la norma patriarcal lo que ofende es que hallan mujeres que no se subordinen al orden establecido, que no se queden recluidas en sus casas pariendo hijos para los hombres y cuidándolos, es que hallan mujeres que digan “nosotros no le pertenecemos a ningún hombre y podemos vivir nuestros cuerpos y esta dimensión de la sexualidad, incluso para el lucro, para satisfacer nuestras necesidades materiales, pero no lo deciden ellos”.

TS2Este tipo de sexualidad no lo deciden los hombres. Lo que no soportan la sociedad patriarcal es que las trabajadoras sexuales conozcan cosas que a los hombres les da miedo. Cuando ustedes lean las historias de vida van a ver como las trabajadoras sexuales hacen cosas que los hombres jamás se las perderían a sus esposas para no mostrarse débiles y vulnerables.  Ellas tienen un conocimiento que les pertenece y que les da mucho miedo a los hombres si ese conocimiento se usara para cuestionar su poderío.

Por eso es que el trabajo sexual es, aunque no digan nada las trabajadoras sexuales, aunque soporten el estigma como decía Vida Francis, aunque tengan que soportar todos estos mensajes negativos, el trabajo sexual es una práctica cuestionadora en sí misma de estas normas sexuales, de estos secretos del patriarcado.

De estas jerarquías que se han construido entre hombres y mujeres, y por eso mismo, se refuerza el estigma ¿para qué sirve el estigma? Sirve para varias cosas. Uno, para romper la solidaridad entre las mujeres, para que unas se coloquen en el lugar de las buenas y coloquen a las otras en el lugar de las malas, para que las mujeres nos peleemos entre nosotras, con estos códigos patriarcales de la decencia versus la indecencia, de la buena versus la mala mujer. Sirve también para plantear las jerarquías entre mujeres, pero también entre hombres y mujeres como si fuera un hecho natural. Para decir, estas mujeres nacieron malas, estas mujeres nacieron perversas, indecentes y otras nacimos buenas.

Para no ocupar los distintos lugares que las mujeres ocupamos en la sociedad, tienen un origen, y un origen que tienen que ver con las jerarquías de género, en el que los hombres han tenido el control y las mujeres hemos tenido muchísimo menos oportunidades.  Y luego para silenciar a las propias trabajadoras sexuales, para que se callen, para que no hablen de un lugar de prestigio y de autoridad, para que se sientan avergonzadas, para que ellas mismas sientan que en alguna medida se merecen el desprecio de la sociedad.  Y para que ellas mismas se avergüencen del tipo de trabajo que realizan. Entonces dice una mujer, que les recomiendo leer y que la pueden buscar en Facebook, una mujer muy sabia, feminista antropológa, argentina catalana, Dolores Juliano, quien ha investigado y analizado el trabajo sexual, dice ella que el estigma también sirve como mecanismo de control para las mujeres que no son prostitutas ¿y porqué de mecanismo de control? Porque para no parecer putas nos obliga la sociedad a tener determinado comportamiento respecto de nuestra sexualidad. “No te vistas como puta” ¿qué significa eso? No enseñar nada. Ni la chicha, ni la pierna, ni nada, o enseñarla a medias, no andar en determinados lugares, no pintarte de determinada manera, no reírte de determinada manera, no ser muy simpática con los hombres, o disimularlo hasta cierta manera, no decir muy rápido si, hacernos las difíciles, no bailar de determinada manera, no sentarte de determinada manera, no usar determinados chereques, todo lo que normalmente se ponen muchísimas mujeres.

p2El estigma sirve para avergonzar a las propias trabajadoras sexuales, pero para decirles a las demás lo que no tienen que hacer, si no quieren ser consideradas mujeres indecentes. Entonces que le dice un novio macho agresor a una muchacha que está bailando seductoramente con un muchacho “parecés puta”. Qué le dice un hombre a otro hombre cuando lo quiere ofender “sos un hijo de puta”. Que le dice una chavala a otra chavala cuando le anda echando el ojito al novio “sos una puta”.

Una alumna puso el otro día una foto en Facebook, decía “amor ya encontré la bebida de tu amiguita” y saben que decía la bebida de la amiguita “puta”. Lástima que ya le había calificado su trabajo, yo me quería morir. Y cuando yo le puse que barbaridad niña como vas a poner esto, salieron tres amiguitas de ella a defenderla.

Se considera legítimo ofender a otra mujer diciéndole puta porque estamos celosísimas que nos vayan a quitar a ese lingote de oro. Otra manera de verlo, en estas circunstancias es una opción laboral, y sigo con Juliano para decir que, la prostitución en tanto opción laboral, solo puede entenderse, y cito textualmente, solo puede entenderse y cobra sentido en el marco de las relaciones económicas, a las que las mujeres de cada grupo social o grupo étnico tienen acceso, pero también puede entenderse en el marco de las presiones a las que están expuestas las mujeres y particularmente, las mujeres pobres, de tal manera que mientras se mantenga esta profunda disparidad en la distribución de los recursos, mientras la mujeres estemos sobre-representadas en los sectores pobres, mientras las mujeres sigamos ocupando mucho de nuestro tiempo en el trabajo de cuidados y mientras los hombres estén sobre-representados  en el trabajo remunerado y prácticamente ausentes en el trabajo de cuidados, las mujeres vamos a tener que buscar distintas opciones que nos permitan sobrevivir, es decir la prostitución tendrá que entenderse como una alternativa de redistribución y de acceso a recursos que hemos encontrado las mujeres a pesar del estigma y a pesar de la discriminación.

TS1Como dijeron las compañeras en las entrevistas, no es fácil el trabajo sexual, es difícil, tiene riesgos. Pero las mujeres que han elegido hacerlo, lo han hecho evaluando esta relación de costo beneficio, como lo hacemos todo el mundo.

Por ejemplo, trabajo en la UCA donde ma pagan 30 dólares la hora de clases y además me sacan el hunto, porque además no me pagan preparación, ni todo el tiempo que reviso trabajos, ni las pláticas con los estudiantes, ni las reuniones…o si todavía puedo: tengo cuatro o cinco clientes que no me van a estar molestando, que no me van a estar haciendo evaluaciones que dañan mi autoestima y con lo cual me voy a hacer un ingreso.

Trabajo en la zona franca donde me pagan 3 mil pesos y trabajo 12 horas diarias y donde me agreden sistemáticamente y donde el Ministerio del Trabajo me viola mis derechos o trabajo en el trabajo sexual donde yo puedo negociar con mis clientes los términos de mi convenio.

¿Tiene riesgos el trabajo sexual? Sí, tiene riesgos el trabajo en las zonas francas, tiene riesgos el trabajo que hacen los mineros también. Todos los trabajos tienen sus riesgos y cada ser humano tiene el derecho de elegir qué riesgos, pero también qué beneficios puede sacarle a una economía de mercado que es profundamente sexista, profundamente clasista, profundamente racista y profundamente misógina.

Para escuchar el audio de la ponencia, podés pinchar aquí.

.binary options onlineсеребряная посуда москвачугунная посуда в сочие

Cuerpos libres y con derechos: una apuesta por construir ciudadanía

Desde las ocho de la mañana del jueves 18 de septiembre, jóvenes de todas partes del país nos fuimos juntando, para participar en el segundo Encuentro nacional feminista entre jóvenes, bajo el lema “Nuestros Cuerpos Libres y con Derechos”.  Con las mochilas cargadas de entusiasmo nos reunimos más de 140 chavalas y chavalos del pacífico, norte, oriente, occidente y las dos regiones autónomas de Nicaragua.

1Nos propusimos contribuir con la construcción de liderazgos transformadores que apropiados de paradigmas feministas, aporten a la resignificación de la democracia y al ejercicio de la ciudadanía activa de mujeres y hombres jóvenes.

Muchas y muchos nos reencontramos, otras y otros empezamos a construir nuevos lazos de cooperación y conspiración que se sellaban con abrazos y sonrisas desde la llegada al hotel Las Mercedes, donde se realizó el encuentro.

La bienvenida

 Los juegos y la biodanza acompañaron el ritual de apertura. Al ritmo de la música recorrimos el espacio, nos relajamos, nos saludamos, nos abrazamos, nos regalamos sonrisas, besos de bienvenida y miradas cómplices que que nos acompañaron durante los tres días del encuentro.

Así, a las diez de la mañana, ya había una energía festiva que nos permitió iniciar profundas reflexiones sobre nuestra ciudadanía, la democracia y nuestros derechos sexuales y reproductivos.

11

María Teresa Blandón, directora del Programa Feminista La Corriente, compartió con las y los jóvenes las palabras de inauguración del encuentro,  enfatizando en lo fundamental que es el feminismo, como una propuesta política universal para que mujeres y hombres convivamos en igualdad y cuestionemos los abusos de poder que limitan nuestras libertades.

Las creencias religiosas tienen consecuencias sociales

La primera conferencia estuvo a cargo de la teóloga María López Vigil, escritora cubana-nicaragüense, periodista, directora de la revista Envío y con su estilo desenfadado y abierto, María platicó con el auditorio sobre los fundamentalismos religiosos y sus consecuencias en la vida de hombres y mujeres.

Por medio de la pregunta ¿Cuáles son mis principales creencias religiosas? Se pudo constatar cómo muchas y muchos jóvenes recurren a las enseñanzas religiosas para defender esencialismos de género, cuestionar el placer sexual, condenar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, condenar el aborto, clasificar a las personas entre buenas y malas, así como alimentar sentimientos de culpa cuando se transgreden los mandatos sexuales y de género.

21Hay creencias religiosas que tienen consecuencias sociales, políticas y económicas y otras no, por ejemplo la idea de la virginidad de María de Nazaret, antes y después del parto ha tenido graves consecuencias sobre la sexualidad de las mujeres y las culpas que el sistema les ha hecho cargar” explicó María López al auditorio joven que no paraba de hacer preguntas cada vez más cuestionadoras de las ideas religiosas opresoras.

Para María, dudar es la clave para superar los fundamentalismo. No se trata de dejar de creer en Dios, sino en tener una fe madura, que cuestione las enseñanzas tradicionales y donde cada persona tenga la capacidad de decidir cuáles creencias le son útiles o no para su vida y su felicidad.

Democracia, Ciudadanía y Derechos

La segunda conferencia del encuentro nos llevó hacia el terreno de la política, en la cual platicamos sobre “Jóvenes, democracia y ciudadanía” Andrés Pérez Batodano, Profesor de Western University de Canadá e investigador asociado del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA).

Iniciamos preguntándonos ¿Por qué soy ciudadana y ciudadana? Y con esta pregunta descubrimos que casi todas nuestras ideas de ciudadanía están vinculadas con nociones legales formales, de pertenencia a un territorio o comunidad, tener documento de identidad y unas cuantas asociamos la ciudadanía a la apropiación de derechos y la demanda de los mismos frente al poder político. También hubo quienes resaltaron la autonomía sobre sus decisiones, sus cuerpos y sus deseos como ejercicio de ciudadanía.

42A partir de estas primeras ideas, se hizo un recorrido por la historia del poder en Europa, el papel que ha jugado la idea de Dios y las iglesias desde el imperio romano hasta la Edad Media, la Revolución Francesa y las luchas contra la monarquía. Todo eso, como referencia para entender cómo esta historia está vinculada con la cultura política latinoamericana y particularmente de Nicaragua.

Andrés explicó cómo el trinomio Dios – Estado – Mercado constituye hoy en día la forma en que se rige el poder en nuestros países, lo cual refleja un sincretismo que daña cada vez más las recientes democracias latinoamericanas y alimenta un providencialismo donde Dios es el verdadero protagonista de la historia y las decisiones de hombres y mujeres.

Andrés señaló que la visión providencialista de Dios, muy presente en Nicaragua, nos induce a aceptar que nuestros destinos individuales y sociales están determinados por fuerzas ajenas a nuestra voluntad, y esta visión ha contribuido a generar una cultura política que se puede denominar  “pragmática-resignada”. “Desde una perspectiva pragmática-resignada, lo políticamente deseable debe subordinarse siempre a lo circunstancialmente posible. La política, en otras palabras, se concibe como la capacidad para ajustarse a la realidad del poder; es decir, para atemperarse a las circunstancias”.

Para las mujeres jóvenes, una de las principales inquietudes en relación a lo expuesto por Andrés fue la participación que ha jugado el las luchas de las mujeres y el movimiento feminista en el cuestionamiento de los poderes opresores.

Humor y feminismo van de la mano

35

Virginia Imaz. Payasa y cuentera feminista

Y así, entre conferencias y debates, también llegó el momento de reír. El toque de humor lo pusieron las “clownclusiones”, que fueron hechas por Virginia Imaz, payasa y cuentera del grupo de teatro Oihulari Klown.

Con parodias que sintetizaban las exposiciones, Virginia nos hizo reír de las culpas, los miedos, las incomodidades que tenemos sobre nuestra fe y y soltar el cuerpo con cuentos, historias, anécdotas y reflexiones que nos llevan a pensar que el humor y el feminismo van de la mano.

37

También nos acompañó en este encuentro la feminista colombiana Cristina Suaza, que con su buen sentido del humor nos compartió entre risas la historia cómo surgieron los Encuentros feminista latinoamericanos y del Caribe.

C1

Talleres temáticos para gozar y confrontar nuestros prejuicios

A partir del segundo día del encuentro nos juntamos en distintos talleres temáticos, que facilitados por un equipo de jóvenes feministas de distintas organizaciones, nos ayudaron a confrontar nuestros prejuicios y también a gozar de nuestros cuerpos.

Los temas de los talleres iban desde Cuerpos, ciudadanía y placeres, hasta las maternidades, paternidades y aborto, pasando por el análisis de las fobias, las orientaciones sexuales, la violencia machista y el racismo y el sexismo como sistemas que se entrecruzan para violentar los cuerpos que son considerados inferiores.

Para algunas jóvenes el taller de cuerpos y placeres fue el espacio ideal para darse el permiso de sentir sus cuerpos sin miedos, para otros, el taller de violencia representó el lugar donde pudieron confrontar los vacíos que aún tienen en su visión sobre el machismo y sus daños en la vida de las mujeres. Hay quienes encontraron en el taller de fobias la oportunidad para nombrar el daño que les ha hecho el rechazo y la discriminación; también no faltaron aquellas que soltaron, quizas por primera vez, las heridas que causó la maternidad en sus vidad y los miedos frente al aborto.

El taller de racismo y sexismo, fue quizás el más novedoso para muchas y muchos que pasaron por este espacio, donde se dieron cuenta que hay más racismo de lo que creemos en nuestras vidas cotidianas.

Cada espacio de reflexión fue un soplo de ideas nuevas en el sótano de los prejuicios que aún cargamos, fue como quitarnos la mochila de los miedos, dejarla a un lado, sacarle lo que ya no nos sirve para seguir el camino más ligeras y ligeros.

Y la despedida…

El ritual de despedida estuvo lleno de emociones. Una vez más la biodanza nos conectó, la música nos alborotó y fluyeron juegos, bailes y una gran red de colores que representa nuestras alianzas, nuestro compartir y lo que nos llevamos de este espacio: el encuentro con nuestros cuerpos y con nuestras libertades, la libertad de pensar, de amar a quien queramos, de alzar la voz frente a los poderes reales o de facto, de defendernos frente a las agresiones machistas, de aliarnos con otras y otros, de decidir sobre nuestros cuerpos sin culpas, de vernos como iguales más allá del color de la piel, el origen étnico o la clase social, de ser feministas…

62

Nos quedamos con el sabor de la algarabía feminista y con un profundo agradecimiento a todas las jóvenes que participaron, poniendo su empeño para que este espacio fluyera; al equipo facilitador conformado por jóvenes de diversas identidades, con experiencias muy ricas en el activismo feminista y con un compromiso claro por transformar las desigualdades; y nos quedamos sobre todo con el gusto de seguir desafiando a la realidad, a la tristeza y a la indignación, con la certeza de que es nuestro el derecho a la alegría.


.телефоныкупить зимние шины в черниговесоздание и продвижение сайта цены

MUJERES JÓVENES FEMINISTAS

Los medios de comunicación, la escuela, la iglesia, el Estado, nos venden un discurso de que todas y todos somos iguales. Sin embargo la realidad nos revela lo contrario: violencia en el noviazgo, el acoso callejero, la violencia contra las mujeres en todas sus expresiones, etc.

Las mujeres jóvenes cuando sienten que algo no anda bien se acercan al feminismo por distintas vías, por una amiga, una organización, una campaña. Algunas se acercan, otras se alejan, unas se quedan, otras van y vienen. A todas ellas quisiéramos preguntarles: Mujeres jóvenes ¿Les atrae el feminismo?

En Cuerpos Sin-Vergüenzas platicamos con dos jóvenes que se han involucrado en procesos de reflexión feminista, ellas son: Icsa Raquel de 18 años integrante del Grupo de Mujeres Crecer de El Viejo, Chinandega y Graciela Castillo de 20 años, estudiante de comunicación de la UCA. Ellas platicaron con nosotras sobre cómo ha sido su acercamiento con esta propuesta política y el impacto que ha tenido en sus vidas.

Captura de pantalla 2014-05-25 a la(s) 20.55.37

Ni por debajo, ni sobre

Icsa Raquel comenta la postura de quienes transitan por los caminos del feminismo es la búsqueda de la igualdad «no queremos estar ni debajo ni sobre», y resalta que esto es  algo que cuesta mucho que la sociedad entienda.

Icsa empezó a organizarse desde los 14 años, en el grupo de mujeres Crecer y posteriormente fue invitada a la Escuela Feminista en León, lo que para ella fue el inicio de su militancia como joven feminista. Para ella el feminismo «es una ideología política que busca la reivindicación de los derechos de las mujeres que año con año han sido violados, no solo por el Estado sino por el sistema patriarcal (…) puesto que se otorgan muchos privilegios para los hombres».

2

Graciela Castillo. Comunicadora feminista.

Graciela Castillo relata que su aproximación con el feminismo inicio desde el momento que sentió insatisfecha en su familia «a mí me decían, vos tenés que cocinar porque vos sos la mujer y no quiero que cuando te vayás con un hombre te regresen al siguiente día con el ojo morado. Yo decía porque una mujer tiene qué ser así, hasta que entré a la universidad fue que adquirí mayor conocimiento».

Ella cuenta que  «su primer empujoncito» fue con la clase de género y comunicación y luego «fui invitada a los ciclos de reflexión de derechos sexuales y reproductivos de La Corriente Feminista dirigido a comunicadoras/es sociales».

Desde su vivencia, Graciela refiere que para ella el feminismo «es un movimiento político y social que tiene como objetivo principal buscar la igualdad entre hombre y mujeres (…) no es como mucha gente piensa , de poner a la mujer en alto y al hombre pisotearlo».

Las reacciones en la familia

La palabra feminismo tiene un peso fuerte en la sociedad. Las ideas negativas y los prejuicios en relación a las feministas y al feminismo están presentes en las familias, por eso cuando una chavala decide asumirse como tal, tiene consecuencias como las que compartieron nuestras invitadas.

Graciela nos contó que en su familia le cuestionaron el hecho de participar en procesos feministas «me decían ‘te vas a hacer marimacha’, esas feministas todas son lesbianas» le decían en su casa, sin embargo ella defendió su derecho a participar en otros espacios, empezó a compartir sus ideas en la familia y «ahora noto cambios en mi papá por ejemplo, él hace cosas en la casa, ya no nos deja todo a las mujeres», comenta.

1

Icsa Osorio. Integrante del grupo de Mujeres Crecer. El Viejo, Chinandega.

Icsa afirma estar conteta con su feminismo, comparte que gracias a sus nuevas convicciones ella se convirtió  en un apoyo para que su mamá pusiera fin al ciclo de violencia machista que vivía con su padre. Expresa que al principio habían varios cuestionamientos hacía ella sobre el tema de la religión, el lesbianismo y otros, pero que ahora hay más aproximación con las mujeres de su casa «aceptan mis posturas con ciertos límites», cuenta Icsa.

El feminismo trae conflictos pero necesarios

Asumirse como feministas trae consigo conflictos con la familia, con las amistades, con las compañeras de clases, con las parejas. Esta es una consecuencia directa de cuestionar las normas patriarcales y salirse del modelo de comportamiento asignado a las mujeres. Icsa, por ejemplo, nos comparte que a algunas de sus amigas «les da miedo, cierto temor de que yo viva con libertad y que ellas se priven porque ven el cuerpo ajeno a ellas mismas porque está divido en sus casas, en el colegio, en la calle».

Sin embargo, para ella lo más importante es que gracias al feminismo puede vivir su cuerpo con placer, hablar con otras jóvenes sobre temas que les deben importar como los fundamentalismos religiosos o el placer, así como cuestionar sus relaciones de pareja, romper con el mito del amor romántico, y disfrutar tando de su círculo social como de su relación de novizago de manera libre.

En la vivencia de Graciela, hablar de temas como el aborto o el acoso callejero le ha generado no solo conflictos en su hogar, sino también en las redes sociales virtuales con sus amistades.

¿Porqué algunas no se acercan al feminismo?

Icsa piensa que «las chavalas tienen temor a salir de ese estado de confort, salir de lo que la sociedad nos ha impuesto. Temor a vivir sus cuerpos con libertades. No ven sus cuerpos como propios de ellas y en eso influye la iglesia, la escuela, sus familias».

Graciela comparte que «todo tiene su origen en la educación, las mujeres están encasilladas, hay represión, y aparte, varios estereotipos del feminismo de que somos mujeres que odiamos a los hombres, que todas son lesbianas».

Abrirse a un mundo lleno de libertades

Para que otras mujeres jóvenes se sientan atraidad por el feminismo, Icsa sugiere que «abrán su mente a otras experiencias, otro mundo lleno de muchas libertades que se atrevan a vivir libres, que les va a satisfacer mucho en su cotidianidad».

«Es necesario salir de esa zona de confort, a mí no me gusta ser agredida sentirme inferior a nadie,  si a vos como mujer joven no te gusta, buscá como salir, el feminismo es la salida para luchar por nuestros derechos», concluyó Graciela.

Wilkins P5покрывало Fordsun shade car custom

Ni putas, ni prostitutas. Somos trabajadoras sexuales

historiasvidastrabajosexual-1A consecuencia de la doble moral instalada en nuestras sociedades por el patriarcado, las mujeres hemos sido divididas en decentes e indecentes a partir del uso que los hombres hacen de nuestros cuerpos. De tal forma, aquellas que han sido elegidas como esposas, estarían del lado de las buenas; y las “otras”, las que por distintas razones no asumen este rol, son clasificadas como mujeres de “mala vida”.

El Programa Feminista La Corriente que durante más de una década ha promovido acciones de reflexión e intercambio con mujeres jóvenes, adultas, afrodescendientes, indígenas, mestizas, lesbianas, bisexuales, transgéneras, campesinas, universitarias, tenía una deuda con las trabajadoras del sexo.

Estas historias nos convocan a oírlas en primera persona, conocer sus recorridos de vida, sus dilemas, sus opciones, sus balances de los costos y beneficios implicados en el trabajo sexual.

Sus relatos reclaman el reconocimiento del trabajo sexual como una opción posible para resolver necesidades básicas de ellas y sus hijos/as e incluso ampliar los horizontes del bienestar. Como cualquier mujer que se reconoce como ciudadana, ellas exigen respeto a sus decisiones y todos sus derechos.

Con la sinceridad y firmeza que las caracteriza, estas mujeres compartieron sus recorridos en el ejercicio del trabajo sexual; hablaron de los clientes y sus demandas, de tarifas, de los términos de negociación, de la prevención de enfermedades de transmisión sexual, de las estrategias para prevenir abusos por parte de los clientes, de la interacción con instituciones del Estado con una clara tendencia a la coerción.

También hablamos de Dios, de la doble moral en las iglesias, de la comunicación con las y los hijos, de cómo muchas familias -al igual que las historias de trans y lesbianas- se convierten en lugares de desamor y violencia. Y por supuesto, hablamos de la importancia de estar organizadas para construir lazos de solidaridad que les permitan hacerle frente a los estigmas y defender sus derechos.

Las trabajadoras sexuales tienen clara la diferencia entre el trabajo que realizan y la explotación sexual, y por eso mismo se han convertido en agentes principales de prevención que colaboran con las instituciones públicas.

Nos encontramos con mujeres valientes que desafían la doble moral de la sociedad, que se quebraron al contarnos experiencias de violencia y discriminación y, que sin embargo, están orgullosas de su fuerza, de sus habilidades, de su capacidad de sacar adelante a las hijas e hijos ofreciéndoles oportunidades que ellas mismas no tuvieron.

Indiana, María Elena, Vida Francis e Ymogene nos invitan a escuchar sus historias, historias de dolor, pero también de dignidad y solidaridad. Son capítulos de sus vidas que siguen abiertos, sin embargo no están dispuestas a que las recuerden como las “aventureras” de Lara, con primaveras marchitas, sino florecientes.

Descargar NI PUTAS, NI PROSTITUTAS. SOMOS TRABAJADORAS SEXUALES. 

продвижение сайта в москве ценыnew homes for sale in browardbinary option companies

EntreEntre el desconcierto y la curiosidad de un público mayoritariamente joven fue presentada la última publicación del Programa Feminista La Corriente: Ni putas, ni prostitutas. Somos trabajadoras sexuales, este jueves 7 de julio en la Universidad Centroamericana.

historiasvidastrabajosexual-1El libro, acompañado de un video, presenta las historias de cuatro mujeres trabajadoras sexuales: Ymogene, María Elena, Indiana y Vida Francis, quienes comparten sus experiencias que las llevaron a tomar este trabajo como una opción para vivir, nos hablan de las dificultades, la violencia que han sufrido y la fuerza con la que se han enfrentado a la discriminación.

La bienvenida a la actividad fue hecha por Cristina Arévalo, quien estuvo a cargo de la coordinación y elaboración de las historias de vida. María Elena Dávila directora de la Asociación de Mujeres Trabajadoras Sexuales Girasoles Nicaragua, compartió sus reflexiones y el quehacer de su organización, explicando que su objetivo es lograr el respeto de la sociedad y el reconocimiento del trabajo sexual como un trabajo con los beneficios sociales que esto implica.

María Elena Dávila de la Asociación Girasoles

María Elena Dávila de la Asociación Girasoles

Los comentarios a la publicación fueron realizados por María Teresa Blandón, directora de La Corriente, quien explicó cómo hemos sido clasificadas las mujeres en las sociedades patriarcales, «una función es darle placer a los hombres y otra es darles hijos a los hombres, en función de esa especialización las mujeres vamos a ser vistas como indecentes o decentes, buenas o malas. Y sobre las trabajadoras sexuales recae el estigma de las malas mujeres» lo cual sirve para controlar la sexualidad de todas las mujeres pues ninguna quiere ser ubicada en ese lugar.

10En sus comentarios María Teresa señaló que el estigma sobre las trabajadoras sexuales requiere preguntarnos ¿Por qué la sociedad promueve el trabajo sexual y por otro lado existe tanta discriminación contra las mujeres que lo ejercen? Y aunque se pueden encontrar varias explicaciones a esta pregunta, «lo que no soporta la sociedad es la transgresión, es que hayan mujeres que no acaten las normas de estricto control sobre la sexualidad de las mujeres, que no pongan el sexo por debajo de la reproducción, la sociedad no soporta que las trabajadoras sexuales pongan en evidencia la doble moral sexual del patriarcado, no soporta que hayan mujeres que no se subordinen a los hombres, que digan ‘no le pertenecemos a ningún hombre y podemos vivir esta dimensión de la sexualidad incluso para el lucro’. No soporta la sociedad patriarcal que las trabajadoras sexuales conozcan cosas que a los hombres les da miedo que conozcan» concluyó Blandón.

Después de la presentación se realizó un espacio de preguntas donde las y los participantes compartieron sus inquietudes, principalmente en relación a la diferencia entre trabajo sexual y explotación sexual, la relación costo beneficio del trabajo sexual, la forma en que las familias reaccionan frente a esta realidad, entre otras.

казино в минскеавтомобильный держательbanc de binary group

¿QUÉ NOS DEJÓ LA REVOLUCIÓN ASobre la revolución popular sandinista hay muchas historias que se cuentan. De rebeldía, coraje, luchas, muertes, héroes y mártires. También se plantean diversos debates sobre los aportes que dejó ese proyecto revolucionario a la historia de Nicaragua. Sin embargo hay temas de los cuales no se habla, no están en las páginas de los libros, que no se debaten.

Entre esas historias están las de homosexuales y lesbianas en la revolución. Ellas y ellos tienen vivencias diversas que han compartido poco y que hoy quisimos escuchar en Cuerpos Sin-vergüenzas, y para esto nos acompañaron Magaly Quintana, activista feminista histórica en Nicaragua y Norman Gutiérrez, director del Centro para la Educación y Prevención del Sida (CEPRESI).

Captura de pantalla 2014-05-25 a la(s) 20.55.37

Participación activa de homosexuales y lesbianas

Magaly Quintana, al contar sobre su rol en el proyecto sandinista comparte que fue miembra del gobierno estudiantil revolucionario, trabajó muchos años con la tendencia proletaria del FSLN, todo lo relacionado con la propaganda, atendiendo movimientos juveniles y obreros.

Magaly narra que cuando participó en los movimientos estudiantiles en León, promovieron relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, con mucho respeto a las diferencias de todo tipo «no solo cuestionabamos la lucha política sino también la cultura moral existente», afirma Magaly. Formaron casas de refugio para poder debatir sobre estos temas, y fue cuando empezaron a salir a lo público historias de lesbianas y homosexuales.

1Por su parte Norman Gutiérrez, comenta que por ser homosexual muchas/os dudan sobre su desempeño como guerrillero en la revolución «cuando lo cuento no lo creen porque siempre asocian que tenía que estar en la cocina del batallón».

Norman cuenta que desde los 13 años sintió motivación de integrarse a este proyecto porque sus hermanas estaban prestando servicio militar patriótico, y ya a sus 16 años, en 1982, es cuando participa activamente en los comité de defensa sandinista con funciones de dirección. A los los 17 años se integra al servicio militar, donde era tirador lanza cuetero y ametralladorista pesado en los frente de guerra, además fue político del batallón por lo que jugaba un papel importante dentro de la estructura.

Las lesbianas de Matagalpa, una amenaza

Para el FSLN, la noticia del reconocimiento público de lesbianas y homosexuales significó un atentado «desde que se va construyendo el frente, hay una posición de represión en las filas de esa organización», señala Magaly, y agrega que durante años previos al triunfo de la revolución, «mandaron a la gente (lesbianas y homosexuales) al psoquiátrico o psicólogos, tenían médicos para atender estos casos».

Las lesbianas de Matagalpa constituyen un caso particupar de discriminación. Magaly relata que cuando triunfa la revolución ella se moviliza a Matagalpa, una zona eminentemente de guerra y era del comité de dirección. De un momento a otro, se agruparon al rededor de 30 lesbianas. Y es cuando comienza la misión por parte del Frente de «desarticular a todas las lesbianas porque eran un peligro espantoso».

22«La seguridad del Estado orienta por medio de Lenín Cerna, que hay que destruir núcleos de lesbianas en Matagalpa. Mandan a los hombres más guapos, machos, para hacer un proceso de convencimiento y de conversión. Era un peligro espantoso. El trabajo que tenían era acosar», comenta Magaly.

«A algunas las premiaron y las mandan a vacaciones fuera del país como medio año a la Unión Soviética para que el golpe no fuera tan grande. A otras las mandaron a la zona de guerra, el mensaje estaba claro, a que desparecieran», arguementa Magaly al explicar estrategias de desarticulación, y aunque otras volvieran a agruparse, la historia se repetía.

¿Las lesbianas eran más perseguidas que homosexuales?

Norman Gutiérrez expresa que en su experiencia particular no vivió discriminación en los frente de guerra «quiero señalar que en el servicio militar no había persecusión, habíamos muchos homosexuales, algunos abiertamente otros no».

«Evidentemente había una mejor organización de las mujeres lesbianas y quizás ocupaban cargos muy importantes dentro de las estructuras, o si habían gays, no lo evidenciaban como ellas», explica Norman.

También, cuenta que cuando la diversidad sexual se empieza a constituir como un movimiento social en 1985, y que empieza a calar fuerza en 1989 «hubo orden de la seguridad del Estado para que se desarticulara el movimiento«. A pesar de esta política, fueron articulándose otros grupos y surgieron ONG`s, en esos años, priorizando la lucha contra «la pandemia rosa», el VIH-Sida, en un trabajo coordinado con el MINSA con Dora María Téllez al frente de esta institución.

Néstor Vanegas, persecución, discriminación y placer

NESTORNéstor Vanegas es homosexual y estilista de profesión. Él cuenta sobre el temor con el que muchos gays caminaban por las calles, en los buses, en la escuela por el cumplimiento obligatorio del Servicio Militar Patriótico. Una vez que fue reclutado y enviado a su misión militar, comenta que los homosexuales tenían que comportarse muy machos para no quedar en evidencia, porque corrían riesgos de ser violados por todo el batallón o de sufrir baja deshonrosa que implicaba humillación pública por «tener un trastorno de personalidad«.

«La vida militar no la deseo, ni la quiero volver a repetir nunca más en  mi vida», sin embargo Nestor también recuerda con cariño las experiencias positivas que vivió en este tiempo, donde hizo buenos amigos y se enamoró; “encontré el amor donde menos lo esperaba, que fue el servicio militar patriótico» nos cuenta.

¿Qué ha cambiado?

Magaly Quintana señala que hay cambios profundos en cuanto a que «hoy podemos ver parejas viviendo sus relaciones de una forma tranquila, el hecho que asuman su relación, que defiendan sus derechos como pareja, que haya un movimiento lésbico y homosexual mucho más grande, apropiado de sus reividicaciones en las calles (…) nosotras no pudimos tener grandes movilizaciones como las del orgullo gay. Hay un cambio profundo».

DSC_0529Norman Gutiérrez también es de la idea que hay en la actualidad escenarios diferentes «En la década de los 80`s las compañeras transgénero no eran visibles (…) en los 90`s surge la crimanilización de la homosexualidad con el artículo 204, fueron 15 años de lucha logrando en el 2007 la despenalización de la homosexualidad dentro del Código Penal Nicaragüense, se incorporan a la vez dos artículos que sancionan la discriminación por orientación sexual».

Norman también reconoce avances en materia de salud, donde la diversidad sexual está incluída en políticas públicas en materia de VIH-Sida y existe una política institucional que sanciona la discriminación por orientación sexual e identidad de género en unidades de salud públicas o privadas.

condos for sale in miamicar cover lidlcovercraft car sun shade free shipping