SI MARÍA VIVIERA… CONTRA LA VIOLENCIA ESTUVIERA
Iniciamos el mes de diciembre y con él, comienzan las fiestas dedicadas a la concepción de María. En Nicaragua, las y los católicos se vuelcan con fervor mariano a celebrar con rezos y cantos a la Virgen.
¿Qué implicaciones tiene para las mujeres y las familias nicaragüenses la veneración mariana? ¿Qué tenemos que decir frente a esta devoción popular en una sociedad donde se idealiza la maternidad y esta imagen de femineidad dispuesta a todos los sacrificios?
En esta edición de Cuerpos Sin Vergüenzas reflexionamos sobre el modelo de feminidad que se construye a partir de la figura de María de Nazaret y su influencia sobre las nicaragüenses, conversamos con María López Vigil, periodista, teóloga, cuentista, defensora de Derechos Humanos.
¿Quién era María?
Los dogmas marianos difundidos por la Iglesia católica nos hablan de una María, Virgen, que trascendió al cielo, madre de Dios, concebida pura y sin mancha. No obstante, María López Vigil señala que esa representación nos aleja de la María de Nazareth real, de la mujer judía, campesina, analfabeta, pobre, que incluso pudo haber sido violada.
María López vigil rescata que María tuvo que entender lo que implicaba tener un hijo que lidera una lucha social, como muchas otras madres cuyos hijos/as se involucran en causas sociales “cuando queremos a una persona, su madre es muy importante, marca a sus hijos, Jesús debió aprender de su madre”, enunció.
Los dogmas marianos y la sexualidad de las mujeres
Para la Iglesia Católica María es recordada por ser la mujer que trajo al mundo a Jesús, el hijo de Dios y porque al ser concebida pura y sin mancha, salva al mundo del pecado original, una mujer que obedece un mandato divino, “el modelo que el machismo quiere que sean las mujeres”, argumenta María López Vigil.
María López Vigil destaca que desde la Iglesia, “María es una mujer que ha sido vestida de dogmas” y aclaró que la virginidad en la antigüedad no estaba referida a un hecho biológico o material, como se ha manipulado en el discurso religioso para reprimir la sexualidad de las mujeres.
López Vigil además refiere que los dogmas construidos alrededor de María tienen consecuencias sociales con gran peso sobre los cuerpos de las mujeres, menciona que generan rechazo a la sexualidad femenina y la maternidad se muestra como una aspiración de las mujeres.
También interpreta que estos dogmas marianos podrían encubrir la violencia hacia las mujeres, porque en el imaginario de los hombres se crea una clasificación de mujeres sagradas –sus madres y hermanas- cuyos cuerpos son intocables para ellos mismos, pero no son intocables los cuerpos de otras mujeres.
Resignificar a María
María López Vigil cuestiona el tradicional grito de ¡Quién causa tanta alegría! ¡La concepción de María! Porque refuerza la imagen dogmática de María, y nos aleja de la María real por lo que propone cambiar el lenguaje para resignificarla, llamarla María de Nazareth, no virgen María como los dogmas.
Ella apunta a que lo que sí da alegría a María son las personas que luchan porque las mujeres no sufran violencia, que haya justicia, tierra para las mujeres “¿cómo puede causar alegría un pecado que nadie cometió?”, dijo y agregó que las mujeres que luchan cada día por cambiar la realidad también eso debe alegrar a María, una mujer excepcional en su tiempo.