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Con el #CalladasNuncaMás ha circulado esta semana en redes sociales la denuncia pública realizada por 6 jóvenes mujeres activistas políticas, quienes han denunciada la violencia perpetrada por tres líderes de la Unión Juvenil estudiantil (UJE).

Las seis jóvenes han decido alzar sus voces después de haber soportado de manera reiterada diversas manifestaciones de violencia política, que nada tiene que ver con los cambios democráticos que los perpetradores dicen defender.

A estas alturas de los cambios propiciados por el feminismo en el mundo entero, la denuncia de este grupo de jóvenes mujeres activistas políticas, se suma a un movimiento global que lucha por erradicar todo tipo de violencia en todos los ámbitos de la vida, incluyendo las organizaciones gremiales y políticas.

Construir redes, colectivos y organizaciones políticas realmente democráticas constituye un desafío para las y los jóvenes que quieren romper con esta vieja y terrible herencia que nos heredó la cultura patriarcal. Y es que como suelen decir las jóvenes feministas nicaragüenses: “ser azul y blanco, no te quita lo macho”, lo que en realidad quiere decir que no basta con declarar estar en contra de la dictadura Ortega Murillo, es preciso encarnar el cambio que queremos para Nicaragua.

En este podcast compartiremos los testimonios de las 6 jóvenes que decidieron denunciar las agresiones sufridas de manera reiterada, para acabar con la impunidad que como sabemos está en la base de todas las violencias.

Después de casi dos años de injusta prisión, el jueves 09 de febrero del 2023, Nicaragua despertó con la noticia de la liberación de 222 presos y presas políticas quienes por decisión del régimen Ortega Murillo fueron desterrados de su país y enviados a Estados Unidos. Horas después del destierro la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad y de forma expedita una reforma constitucional que les despoja de su nacionalidad, mientras un magistrado de la Corte Suprema de Justicia confirma esta aberrante decisión.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos – Cenidh – señaló en su comunicado que el régimen Ortega-Murillo utiliza al poder judicial como instrumento de represión ya que la deportación no se puede aplicar a las personas excarceladas por ser una figura jurídica que se utiliza únicamente para extranjeros que han cometido delitos en un país que no es el suyo.

Además del despojo de la nacionalidad, el régimen Ortega Murillo decidió borrarles del registro civil de las personas, eliminarles de la seguridad social y confiscar sus bienes. Estas medidas también se aplicaron a 94 nicaragüenses en el exilio precisamente por denunciar la violación sistemática de derechos humanos y reclamar democracia para el país.

El despojo de la nacionalidad y la muerte civil impuesta a 322 nicaragüenses constituye un caso inédito y sienta un grave precedente en materia de derechos humanos, frente al que la comunidad internacional debe reaccionar con firmeza. 

En este podcast queremos hablar sobre el impacto que la cárcel, el destierro y la pérdida legal de la nacionalidad ha tenido en la vida de las mujeres y sus familias. Para ello hemos invitado a una expresa política que sufrió cárcel por más de dos años por haber participado en actividades de protesta frente a la represión desatada por el régimen Ortega Murillo.  

Abril convoca a la mayoría de la sociedad nicaragüense a conmemorar las protestas de abril que este 18 cumplieron cinco años, honrar a las víctimas de la represión y reafirmar el anhelo de salir de esta dictadura.

Abril son miles de relatos de dolor y de pérdidas, pero también la evocación de momentos edificantes, en donde miles de nicaragüenses de las más diversas procedencias se juntaron para sostener la resistencia cívica. Miles de relatos orales, visuales y escritos dan cuenta de los múltiples significados de abril.

Abril es también un encuentro conflictivo de memorias fragmentadas sobre las causas de los principales problemas que enfrenta nuestro país, en donde la persistencia de las dictaduras ha estado presente como una loza que nos impide salir de este círculo vicioso del autoritarismo, la violencia de estado y la corrupción.

Este abril también ha sido en muchos sentidos una crítica y una interpelación a los fragmentados grupos de la oposición que, después de los duros golpes recibidos, deberá hacer síntesis para aprender de los errores cometidos y rediseñar una estrategia común que nos prepare para una transición en donde la impunidad no tenga cabida.

En este podcast conversaremos con María Teresa Blandón, del Movimiento Feminista de Nicaragua sobre los aprendizajes que nos deja cinco largos años de resistencia desde una perspectiva feminista que no desatiende los viejos problemas en el ejercicio del poder.

A veces resulta increíble que haya transcurrido cinco años desde aquel abril que no solo reabrió viejas heridas de la sociedad nicaragüense, sino que nos regresó la esperanza y la fuerza para trabajar por las transformaciones democráticas que nos merecemos. Abril tiene muchos significados: es dolor, pérdidas, rupturas, pero también es rebeldía, esperanza, encuentro, diálogo, conciencia colectiva.

A pesar de la impunidad con que actúa la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que ha convertido a todos los poderes de estado en súbditos y rehenes y barrido con todas las formas de organización de la sociedad civil, el exilio nicaragüense que es diverso y plural, ha logrado sortear toda clase de obstáculos para continuar denunciando la violación de derechos humanos y organizando la resistencia.

Para las activistas feministas el exilio ha significado un proceso acelerado de reorganización de la vida cotidiana, búsqueda de fuentes de sobrevivencia y reconstrucción de nuevas formas de organización de la acción colectiva.

En este podcast conversaremos con activistas jóvenes nicaragüenses en el exilio como parte de la apuesta que CSV tiene con la memoria colectiva del movimiento feminista nicaragüense, actor imprescindible en la lucha contra las dictaduras a lo largo de la historia de Nicaragua.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define “salud” como “un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Establece pues, una relación directa entre el estado de salud de las personas y la calidad de los
vínculos sociales.

Nicaragua es un país empobrecido, con profundas brechas de desigualdad que afecta a la mayoría
de los hogares del campo y la ciudad, con altos índices de violencia machista que afecta
particularmente a las mujeres y otros cuerpos feminizados.

Al panorama anterior debemos sumarle las consecuencias del Covid 19, una pandemia que
todavía hace estragos, aunque el estado niegue miles de muertes y enfermedades derivadas del
virus; así como el estado de miedo e incertidumbre que se ha instalado como consecuencia de la
represión desatada a partir de abril del 2018.

La migración de miles de nicaragüenses también ha supuesto la separación de las familias, el
debilitamiento de las redes de apoyo y el duelo que supone alejarte de los seres queridos de
manera forzada.

Sobre las mujeres recae la gestión no solo las urgencias propias de la sobrevivencia, sino el
impacto que emocional que los problemas antes señalados tienen sobre sus familias, que muchas
veces pueden llegar hasta la depresión.

En este podcast conversaremos con dos psicólogas feministas acerca de la salud mental de las
mujeres y la ausencia de políticas para atender esta dimensión de la salud.

El 8 de marzo, un día para conmemorar la historia de lucha de las mujeres que en todo el mundo
denuncian al patriarcado y exigen el fin de la violencia machista que se ha cobrado millones de
víctimas. Es un día para afirmar nuestro compromiso con la libertad de todas las mujeres, en
todos los ámbitos de la vida, empezando por sus propios cuerpos.

En Nicaragua, las mujeres hemos conmemorado el 8 de marzo en medio de una creciente
represión que incluye la más absoluta prohibición a cualquier manifestación pública desde el año
2018, el cierre de más de 200 organizaciones de mujeres/feministas, el encarcelamiento de
decenas de mujeres por denunciar la violación de derechos humanos, el destierro y exilio de más
de 170 activistas y la desnacionalización de más de 20 mujeres comprometidas con la
democracia.

En esta pobre Nicaragua miles de niñas y adolescentes son obligadas a cargar con el peso del
abuso sexual y embarazos forzados; decenas de mujeres son víctimas de femicidio, miles de
mujeres se ven obligadas al exilio agobiadas por la pobreza y la violencia, miles de mujeres
cargan con el peso de la sobrevivencia ante la ausencia de políticas de cuidado por parte del
Estado.

Por quinto año consecutivo las mujeres nicaragüenses no podremos salir a las calles para hacer
visible la existencia de un amplio movimiento que reclama justicia e igualdad, pero una vez más
hemos encontrado nuevas formas para expresarnos, porque para las feministas el silencio frente
a tantos abusos, no es una opción.

Este podcast de Cuerpos Sin Vergüenzas es un homenaje a todas las mujeres que a pesar de
tantos obstáculos continuando actuando juntas para reparar los daños que dejan las dictaduras y
todos los poderes que niegan derechos a las mujeres.

Es también una forma de agradecer a todas las mujeres que, desde sus lugares cotidianos, sus
hogares, sus redes, sus centros de trabajo, sus creaciones artísticas, sus sexualidades, sus
expresiones de género, sus redes de activismo, nos recuerdan que los cambios apuntalados por el
feminismo son imparables.