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El pasado primero de mayo se conmemoró el Día Internacional de los y las Trabajadoras. En varios países de Europa y en Estados Unidos se realizaron sendas protestas para denunciar la precarización del empleo y la discriminación en contra de la población migrante.

En Nicaragua, durante la última década la conmemoración del primero de mayo se ha convertido en un acto oficial convocado por el gobierno, en donde son las voces de funcionarios públicos de alto nivel quienes hablan a nombre de la clase obrera.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas platicamos con la abogada Johana Arce y el comunicador Silvio Narváez, integrantes del Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas “María Elena Cuadra” (MEC), para conocer el estado de los derechos laborales de los y las trabajadoras de las maquilas en Nicaragua.

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Johana Arce

Panorama de trabajadoras y trabajadores de las maquilas en Nicaragua

Johana, que se desempeña como responsable del Bufete Jurídico del MEC, enuncia que uno de los avances en materia de asuntos legales, es la aprobación de la Ley n°. 815 “Código procesal del trabajo y de la seguridad social de Nicaragua”. Este instrumento jurídico garantiza la competencia funcional de los Juzgados Laborales y de la Seguridad Social. Entre los retrocesos, ella lamenta que en Centroamérica, los y las trabajadores de la maquila tengan los salarios más bajos.

Por su parte, Silvio como comunicador en el MEC, ha dado seguimiento a la situación de salud ocupacional. Sostiene que en las maquilas no hay capacitación en temas de salud y en muchos casos, los empleadores no garantizan medidas de seguridad. Afirma que desde el seguro social, las lesiones producto del trabajo en zonas francas, son reportadas como enfermedades comunes y no enfermedades relacionadas con el trabajo, como ocurre con el trastorno músculo-esquelético, que afecta seriamente músculos, tendones, ligamentos, nervios, articulaciones, cartílagos, huesos o vasos sanguíneos.

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Silvio Narváez

Durante el desarrollo de la entrevista, Johana y Silvio explican cuál es el balance que hace el Movimiento María Elena Cuadra (MEC) sobre el estado de los derechos laborales de trabajadoras y trabajadores de las maquilas durante la última década.

Les invitamos a escuchar la edición completa de Cuerpos Sin-Vergüenzas para que conozca más sobre las distintas formas de violencia machista que enfrentan cotidianamente las trabajadoras de maquilas y los desafíos que afrontan los sindicatos y organizaciones como el MEC, en la defensa de los derechos de las y los trabajadores nicaragüenses.

28 DE MAYO DÍA DE ACCIÓN POR LA SALUD DE LAS MUJERES

En conmemoración al Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas platicamos con Ana María Pizarro, doctora e investigadora feminista, para conocer sobre la situación de la salud de las mujeres en Nicaragua.

Salud pública es asistencial

Ana María afirma que nunca le había tocado una crisis estructural como se vive actualmente en el sistema público y del seguro social. Señala que Nicaragua no cuenta con una política de salud y desarrollo para hacer realidad los compromisos asumidos en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994.

Comparte que la salud pública es asistencial porque se ocupa en atender síntomas pero no se profundiza a que se corresponden esos síntomas, nadie está ocupándose por atender las razones estructurales y que esto también responde a un presupuesto del Ministerio de Salud que cada vez es más reducido. Añade que las clínicas provisionales que suplantaron en los años 90´s el modelo de salud único instaurado en los años de la revolución, funcionan bajo una lógica capitalista.

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Falta entender lo que es ser mujer

Ana María expresa que nuestro país no tiene una estrategia educativa ni pública ni privada que diga cómo tratar a las mujeres “no te enseñan el valor humano de los cuerpos de las mujeres”, manifiesta, en un país donde ellas son la mitad de la población.

Refiere que los doctores/as son formados bajo una omnipotencia de que ellos saben más que lo que pueden saber las propias mujeres. Recalca que desde la medicina se debe comprender la construcción social de lo que significa ser mujer y ser hombre en sociedades patriarcales donde “el cuerpo femenino no tiene tiempo ni cuidado para sí misma” puesto que los mandatos machistas de “ser para otros” las llevan a olvidarse de sí mismas para brindar cuidados a otras personas.

Oportunidades perdidas

Ana María, le lanza la siguiente pregunta al Estado: ¿Por qué pierden tantas oportunidades? Puesto que a su opinión existe en este y los gobiernos anteriores, una “sordera absoluta” reflejada en la incapacidad de escuchar a una sociedad civil que ha demostrado capacidad propositiva frente a diversas problemáticas del país, “todos los caminos están bloqueados (…) todo lo que hemos propuesto no ha sido tomado en cuenta” y que este divorcio “lo pagan los cuerpos de las mujeres”, dijo.

“No existe un sistema de salud perfecto pero sí se espera una estrategia nacional que marque un rumbo que pueda entender la situación de las mujeres” reitera Ana María, quien propone que desde las organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos se sigan realizando esfuerzos para despertar conciencia de derechos en mujeres y hombres para que las nuevas generaciones tengan nociones más firmes de ciudadanía plena de derechos para cambiar las situaciones que afrontamos.

EL CÁNCER NO ES COLOR ROSA

Las necesidades de las mujeres en materia de salud han sido abordadas por el Estado de manera fragmentada e insuficiente. En Nicaragua, el cáncer de mama constituye una de las principales causas de muerte de mujeres.

Como un preámbulo al Día internacional de acción por la salud de las mujeres que se conmemora en el mes de mayo, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversamos con Chepita Rivera, psicóloga feminista y Edna Medina, quien se desempeña en el ámbito de recursos humanos, dos mujeres que han sobrellevado la difícil experiencia del cáncer de mama.

El diagnóstico

“Fue un diagnóstico que me agarró inesperadamente, me asusté mucho, me movió el tapete”, estas fueron las emociones que pasaron por el cuerpo de Chepita al enterarse que se enfrentaría al cáncer de mamas cuando tenía 47 años. Añade que fue una detección temprana pues sabía desde los 20 años que debía tener cuidado por antecedentes en la familia.

Edna fue diagnosticada en el 2014. Desde el 2013 detectó que algo no andaba bien en su cuerpo y es enfática en señalar que su vivencia “es un caso de terror de la mala praxis médica (…) una experiencia de mal diagnóstico de un doctor que no me creyó, me mandó a casa con una crema cuando lo que tenía era cáncer”.

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Edna Medina

El sistema de salud

Chepita comenta que hay muchas deficiencias en el abordaje desde el sistema de salud en cuanto al trato con mujeres diagnosticadas con cáncer de mama. Menciona que a las mujeres les dan la noticia de manera fría y no explican claramente el esquema de tratamiento y qué otras alternativas existen “este cuerpo, como el de la mayoría de las mujeres es un cuerpo que sufrió maltrato”, enuncia, al referirse a su proceso.

Explica que en Nicaragua, en el sistema de salud público solamente existen dos centros de atención para tratar el cáncer: el Bertha Calderón y el Nora Astorga, ubicados en Managua; lo que de acuerdo a Chepita, expone a las mujeres a complicaciones de movilización y seguimiento adecuado del tratamiento.

Para Edna es un grave error médico que se haga sentir a las mujeres como culpables. Refiere que en el sector público pueden pasar hasta seis meses para que a las mujeres les entreguen el resultado de una biopsia.

Recalca que entre las dificultades que se topan las mujeres está que les quieran quitar su independencia, “es mi cuerpo, es mi vida”, dijo, para exponer cómo los médicos y familiares muchas veces quieren tomar las decisiones sobre lo que sería mejor y que también tienden a ser vistas como mujeres frágiles, de ahí el lazo color rosa; o bien, como la súper mujer por sobrevivir a una enfermedad tan devastadora.

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Chepita Rivera

Sobrevivientes

Chepita reconoce el “acompañamiento amoroso” de sus amigas durante el tratamiento del cáncer de mama y diserta que ahora hay más visibilización de esta condición de salud que afecta a las mujeres. Subraya la importancia del autoexamen y tener presente los antecedentes en nuestras familias.

Edna exterioriza que no siempre el autoexamen es suficiente, que puede estarse desarrollando el cáncer aunque no se encuentren señales de alerta y que por ello hay que recurrir a chequeos médicos.

Ambas coinciden en que el cáncer de mama se exacerba con los niveles de tensión a los que estamos expuestas las mujeres en el día a día, el machismo, la violencia, maternidades impuestas, mandatos patriarcales de los que las mujeres llevamos la peor parte.