Entre septiembre 2017 y febrero 2018, el Programa Feminista La Corriente con la colaboración de la Universidad Centroamericana, llevó a cabo el Diplomado “Género, Sexualidad y Violencia”.
27 activistas provenientes de la Costa Caribe, del norte-centro y del pacífico de Nicaragua, invirtieron cuando menos 200 horas de reflexión sobre temas de vital importancia para el reconocimiento, ejercicio y defensa de las libertades individuales y colectivas en el ámbito de la sexualidad, la reproducción y el derecho a vivir libres de violencia machista.
Defensores de derechos humanos, comunicadoras sociales, artistas, líderes indígenas, ambientalistas, docentes universitarias, psicólogas entre otras, forman parte de este grupo que con la facilitación de diez docentes y conferencistas, constituyeron una compleja síntesis que amalgama experiencias vitales y teoría crítica.
El Diplomado entre cuyos objetivos se destacan la crítica a los imaginarios sociales en torno al cuerpo, la sexualidad y el poder; contribuir al desarrollo de capacidades de activistas jóvenes y ampliar diálogos entre el movimiento feminista, organizaciones de jóvenes y colectivos LGTB; es sin dudarlo, un laboratorio necesario para la construcción de nuevas narrativas, capaces de hacerle frente a los crecientes fundamentalismos religiosos, políticos y económicos que reclaman cuerpos sometidos.
El diseño del Diplomado parte de una comprensión compleja de la sexualidad en donde los deseos, los engranajes de disciplinamiento -también llamadas identidades de género- los traumas que genera la represión y la violencia, hablan a través de múltiples experiencias en el ámbito erótico, afectivo, intelectual y espiritual.
Para algunas-algunos-algunes, este Diplomado ha sido una especie de sobredosis en términos de cuestionar hasta la raíz, mucho de lo que nos ha sido dicho acerca del deseo, de lo masculino/femenino, de la maternidad y la paternidad, del aborto, de la violencia machista.
Somos conscientes que es sumamente difícil desmontar muchos de los prejuicios en los que hemos sido socializadas, pero tenemos la seguridad que esta inversión además de necesaria, será fructífera.
De acá para adelante, nos veremos como lo que somos: cuerpos en conflicto, es decir, en permanente proceso de construcción-deconstrucción. Cuerpos que no se conforman, que se inventan y desafían. Cuerpos que dudan de todo lo dicho y aprendido, de todo lo deseado, de todo lo que rechazamos a priori.
Reconocemos que la disposición y compromiso del cuerpo docente, el respaldo de la Universidad Centroamericana y el apoyo de Oxfam Nicaragua, fueron vitales para el éxito de tan maravilloso ensayo.