El 19 de julio arribamos a los 39 años del derrocamiento de la dictadura somocista. Si bien el actual FSLN ha monopolizado la celebración oficial de ese momento histórico para el pueblo nicaragüense, miles de sandinistas de vieja data, han celebrado a su manera el triunfo de una revolución que alimentó muchas esperanzas en el continente.

Después de tres gobiernos abiertamente de derecha, el triunfo de Daniel Ortega como eterno candidato del FSLN, generó temor en algunos sectores de la sociedad, pero también esperanzas de transformaciones en favor de los sectores más desfavorecidos de la sociedad.  Sandinistas de la vieja guardia y una joven generación le dieron un voto de confianza, una nueva oportunidad para que gobernando en paz, demostrara su compromiso con el pueblo.

Han pasado once años y Nicaragua continúa siendo el segundo país más pobre de América Latina. Desde hace 3 meses, el país se encuentra sumido en una profunda crisis social, política y humanitaria.   Llegamos a esta fecha con aproximadamente 400 personas asesinadas; cerca de 2,500 personas heridas, más de 300 desaparecidas y la represión estatal continúa.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas hablamos con dos mujeres que han participado en la lucha contra las dictaduras de Somoza y la actual dictadura Ortega-Murillo. En cabina nos acompañaron Lea Patricia Guido, socióloga, Fundadora de AMPRONA y Yanina Luna, antropóloga y activista feminista.

Insurrección de las conciencias”

 Lea Patricia Guido tuvo un rol protagónico en la Revolución Popular Sandinista. Fue fundadora de la Asociación de Mujeres ante la Problemática Nacional y se desempeñó como Ministra de Bienestar Social y Ministra de Salud en los años 80.

Lea Patricia compartió un recorrido histórico y un análisis crítico sobre la cultura política en Nicaragua desde el gobierno de Zelaya hasta el gobierno de Ortega-Murillo. Desde su mirada, en Nicaragua han prevalecido gobiernos de minorías que se han convertido en dictaduras.

Ella reconoce que la insurrección nacional que derrocó la dictadura somocista tuvo aciertos y desaciertos. Entre los aciertos destaca como logros la Jornada Nacional de Alfabetización y el acceso a la salud. Al hablar de los desaciertos, menciona por ejemplo, el no haber comprendido las demandas y necesidades del campesinado nicaragüense.

“El régimen de Ortega vació el FSLN de todo lo que podía haber construido como una plataforma para la democracia en Nicaragua”, expresa Lea Patricia al profundizar en las raíces de la crisis que atraviesa Nicaragua y enfatiza que “no puede haber un proyecto de transformación social, una causa noble, de mayor justicia para el pueblo, la sociedad (…) no se puede construir ciudadanía, si no tenemos derechos, si no hay democracia, y si no se puede recurrir en igualdad de condiciones a las instituciones”.  

Al hablar de lo que significa para ella la insurrección pacífica contra Ortega-Murillo dijo: “Revolución de los derechos y de insurrección de las conciencias, lo llamo yo (…) la gente tiene un hartazgo, es un tema ético”

“La conquista de nuestros derechos y libertades”

Yanina compartió su mirada sobre lo que Lea Patricia llama “insurrección de las conciencias”. Ella es estudiante universitaria y está involucrada en la protesta por la autonomía universitaria y contra la dictadura de Ortega-Murillo.

Yanina destaca la participación de las mujeres en esta oleada de protestas en todo el país “cuando hablo de participación no solo hablo de ayudar a cocinar, los puestos médicos, las típicas tareas de cuido en las que se nos imagina, (estamos) enfrente de la organización de los comandos, frente a las barricadas, es lo que hacemos las mujeres por la conquista de nuestros derechos y libertades, elevar la voz por los derechos que nos han sido negados”.  

Yanina reconoce el aporte de feministas adultas que hace 39 años participaron en el derrocamiento de la dictadura somocista y que no han claudicado denunciando los abusos de poder de los diferentes gobiernos y los 11 años de dictadura Ortega-Murillo: “las feministas adultas han sido un sostén importante para la reflexión ideológica, para la fuerza, articular cohesiones y no sucumbir (…) estas mujeres que también fueron revolucionarias, tienen un cúmulo de experiencias en situaciones como las que estamos viviendo en esta crisis, que para nosotras es nueva, pero para ellas esta es una segunda experiencia”. 

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