El próximo 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos que perfilan el compromiso de los Estados con las personas en todos los países del mundo. En Nicaragua llegamos a esta fecha sin nada que celebrar y enfrentando una de las peores crisis de las últimas décadas, cuyas consecuencias han sido devastadoras para la sociedad que una vez más es víctima de la violencia de estado.

En esta edición de Cuerpos Sin Vergüenzas nos acompañó Gonzalo Carrión, abogado del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos –CENIDH-, organización que durante casi tres décadas, trabaja en la promoción y defensa de los DDHH y que, en medio de la actual crisis, ha sido una referencia vital para la denuncia y el acompañamiento a las víctimas.

Estado de derechos humanos en Nicaragua

Este año el CENIDH cumplió 28 años, en medio de una brutal represión, asumiendo desafíos y riesgos en la denuncia de las graves violaciones a los derechos humanos por parte del Estado de Nicaragua.

Desde la mirada de Gonzalo Carrión, entre los derechos fundamentales que han sido violentados en los casi 12 años de gobierno de Ortega Murillo se encuentra el derecho de organización y libre movilización. Ejemplo de ello es el caso de Ocupa Inns, la represión contra movilizaciones de movimientos sociales, feministas, movimiento campesino anticanal y contra la minería.

Carrión argumenta que se criminalizó la huelga como instrumento de protesta de los trabajadores y trabajadoras, y quienes se han atrevido a exigir respeto a sus garantías laborales, están presos como es el caso de sindicalistas y obreros de la Zona Franca cuyo caso dio seguimiento y denuncia el Movimiento María Elena Cuadra (MEC). Esta criminalización también se ha manifestado contra ciudadanas y ciudadanos que protestan por sus derechos políticos

Este gobierno “convirtió derechos en favores”, explicó Carrión, lo que ha significado un retroceso para el país poniéndose en práctica antiguas formas de gobierno donde los ciudadanos son súbditos que no pueden alzar su voz para protestar.  Al hablar sobre el papel que ha jugado durante más de una década la Procuraduría de Derechos Humanos en Nicaragua, dijo que la ciudadanía ni siquiera sabe dónde queda ubicada, un dato que refleja la nula cercanía con la población.

Desde antes de abril la violación a derechos humanos era evidente en Nicaragua, pero la población en general comienza a indignarse y rebelarse ante la respuesta de Ortega Murillo a las protestas antigubernamentales “una represión que no ha parado” y que ha dejado luto y dolor por los centenares de asesinados, detenidos, desaparecidos y que mantiene viva “una rebelión cívica y pacífica”, refirió Carrión.

Les invitamos a escuchar completa esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas donde analizamos la situación de derechos humanos en Nicaragua y miradas hacia el futuro.

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