De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) las y los menores de 18 años de edad representan a nivel mundial, cerca del 8.5% de los casos de contagio de COVID19. Este grupo etario presenta un número relativamente bajo de muertes en comparación con otros grupos de edad y suelen presentar síntomas leves por lo que el contagio puede pasar inadvertido. 

Al igual que sucede con las personas adultas, las afecciones de salud preexistentes podrían ser un factor de riesgo de enfermedad grave y admisión en cuidados intensivos en el caso de niños, niñas y adolescentes.  

En medio de la alerta mundial ante las nuevas variantes del COVID19, Nicaragua inicia la jornada escolar 2022 bajo la modalidad presencial en la enseñanza pública. Por otro lado, algunos colegios privados evalúan la decisión de abandonar la bimodalidad -días presenciales y otros en línea- que adoptaron en el 2021 como medida tomada por decisión propia para disminuir la propagación de contagios.

Si bien la OMS ha insistido el uso obligatorio de mascarillas y el distanciamiento como medidas primordiales para prevenir el contagio del COVID19, el Ministerio de Educación de Nicaragua ha insistido en las clases presenciales e invertido recursos insuficientes para asegurar medidas de protección de la comunidad educativa.   De acuerdo con datos proporcionados por la Unidad Sindical Nicaragüense, al menos 134 docentes han fallecido por síntomas asociados al COVID19, 56 durante el 2020 y 78 hasta el mes de octubre del 2021.

A propósito del Día nacional de la educación que se conmemoró el pasado 11 de enero y a las puertas del inicio del ciclo escolar 2022, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas hablamos con dos profesoras sobre los desafíos que enfrenta el magisterio nicaragüense en medio de la pandemia.

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