En América Latina existe una carencia casi total de políticas públicas para prevenir y erradicar la ciberviolencia y el ciberacoso contra mujeres y niñas. Tampoco se cuenta con instancias especializadas para la atención de casos, ni con presupuestos adecuados para combatirla, pese a que este tipo de violencia se ha incrementado sostenidamente en la región. Así lo indica el informe “Ciberviolencia y Ciberacoso contra las mujeres y niñas”,  lanzado por ONU Mujeres y elaborado por el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará, el cual establece que la violencia de género incluye una amplia gama de conductas y comportamientos agresivos que cambian constantemente a la par de las interacciones de género en los espacios cotidianos y digitales.

En Nicaragua, cada vez con más frecuencia, adolescentes y mujeres jóvenes son víctimas de acoso y exposición abusiva de su intimidad. Al igual que ocurre en otros ámbitos de la realidad social, el machismo también se ha expandido en las redes virtuales. 

El código Penal de Nicaragua en su artículo 195 estipula que comete el delito de propalación «quien hallándose legítimamente en posesión de una comunicación, documentos o grabaciones de carácter privado, los haga públicos sin la debida autorización, aunque le hayan sido dirigidos, será penado de sesenta a ciento ochenta días multa». De acuerdo con la opinión de especialistas en el ámbito jurídico, las penas podrían aumentar porque en la mayoría de estos casos también se suman otros delitos, dado que el delito de propalación forma parte de una estrategia deliberada de descalificación, hostigamiento y amenazas.

Si bien es cierto que la mayoría de las víctimas no interponen denuncias formales por desconfianza en el sistema jurídico y por la condena moral que se impone sobre ellas, basta dar una mirada rápida a las redes sociales, para encontrarnos con mensajes sexistas y abiertamente misóginos que tiene como propósito acallar las voces de las mujeres.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversaremos con Bruja Mística, comunicadora feminista e integrante de la Colectiva “Las Subversivas” y Mónica Urbina, psicóloga feminista, sobre las alternativas para hacerle frente a estas expresiones de la violencia.

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