Aguas Bravas es una organización feminista que durante una década ha trabajado con mujeres jóvenes y adultas que han sido víctimas del abuso sexual en la infancia. En reconocimiento a su arduo trabajo, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas nos acompañaron Brigitte Hauschild y Gavidia López, dos integrantes Aguas Bravas, para hablar sobre las causas y consecuencias del abuso sexual en la vida de las mujeres.
La situación de abuso sexual en Nicaragua
Según las estadísticas del Instituto de Medicina Legal de Nicaragua, solo en el año 2016 se realizaron 4,941 peritajes por denuncias de agresiones sexuales, de los cuales el 87% son mujeres. Son las niñas y adolescentes quienes encabezan las estadísticas del abuso.
Las víctimas identifican como sus agresores sexuales a hombres cercanos a la familia incluyendo padrastros, padres y conocidos. Ninguno de los datos oficiales refleja el número de niñas y adolescentes que han quedado embarazadas producto del abuso sexual.
Aunque los datos anteriores representan un sub registro, permiten dimensionar en alguna medida la gravedad del abuso sexual, considerado como una pandemia por las organizaciones feministas que trabajan en la prevención de la violencia, incluyendo a Aguas Bravas.
La experiencia de Aguas Bravas
Aguas Bravas acompaña a mujeres jóvenes y adultas que buscan apoyo tras las secuelas del abuso sexual sufrido durante la infancia. De acuerdo a Gavidia el abuso sexual existe porque hay una estructura social que crea jerarquías, colocando a los hombres por encima de las mujeres, niños y niñas.
Gavidia arguye que en las familias la palabra obediencia tiene mucho peso porque a las niñas y los niños se les enseña a callar, a respetar a la autoridad: en la familia, las iglesias y las escuelas. Al respecto, Brigitte diserta que desde los espacios de socialización no se fomenta en la niñez una capacidad de agencia, el derecho de decir no.
Desde la propia vivencia de Brigitte, el proceso de sanación para las víctimas es largo, duro y doloroso, sin embargo, es posible superar el dolor. Gavidia dice que estos procesos duran según los recursos de cada mujer. Desde Aguas Bravas prefieren hablar de sobrevivientes porque estas mujeres desarrollan mecanismos para sobrevivir las situaciones del abuso, explicó Brigitte.
La propuesta de acompañamiento de Aguas Bravas parte desde el feminismo, relataron las compañeras de esta organización. Un proceso que abarca una fase de seguridad y confianza, el apoyo entre mujeres sobrevivientes que lo nombran como grupos de apoyo mutuo y terapias corporales, de modo que las mujeres se liberen del estigma de la culpa y recuperen esa vida que se merecían desde la infancia.
A pesar de la gravedad del abuso sexual en Nicaragua, Gavidia opina que no hay una respuesta del Estado, no hay campañas de prevención mucho menos iniciativas para resarcir el daño a quienes han sobrellevado situaciones de abuso. Argumenta que no existen especialistas en el Instituto de Medicina Legal y tampoco en el Ministerio de Salud y esto dificulta aún más la atención y el abordaje adecuado.
Gavidia y Brigitte consideran que en las familias se debe hablar de abuso sexual, enseñar a niñas y niños a detectar señales de alerta. Les invitamos a escuchar y descargar esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas y conozcan más sobre el trabajo que realiza Aguas Bravas y de qué manera pueden buscar apoyo en este espacio.