Cada 28 de septiembre se conmemora el Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y El Caribe, con el fin de exigir a Estados de la región, despenalizar y legalizar el derecho al aborto y garantizar su práctica en los sistemas de salud públicos y privados, asimismo, demandar el acceso a la educación sexual integral y métodos pre-conceptivos.

En Nicaragua, la figura de “aborto terapéutico” fue derogada el 26 de octubre del 2006 por la Asamblea Nacional, existente en el Código Penal vigente desde 1837 para salvar la vida de las mujeres cuando ésta estuviera en riesgo por causas asociadas con el embarazo.  Posteriormente, el 13 de noviembre del 2007, el poder legislativo confirmó la penalización absoluta del aborto a través de la promulgación de la Ley 641 de Reforma al Código Penal.

De acuerdo al informe conjunto que diversas organizaciones feministas elaboraron en el marco de la III Conferencia Regional de Población y Desarrollo en agosto de 2018, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo argumenta que la penalización absoluta del aborto, responde a la voluntad de la mayoría del pueblo “cristiano”, a pesar de las graves consecuencias que tiene sobre las niñas y adolescentes víctimas de violación y de las mujeres pobres que enfrentan embarazos de alto riesgo.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas nos acompañaron Martha Meneses y Sandra Arceda, del Colectivo de Mujeres 8 de Marzo – Esquipulas e integrantes del Movimiento Feminista de Nicaragua. También estuvo con nosotras, Sayra Arceda Ruíz, de la iniciativa Reacción Joven y vocera de la campaña «Niñas, no madres». Con nuestras invitadas hablaremos sobre las consecuencias de la penalización absoluta del aborto en Nicaragua y los desafíos en materia de derechos sexuales y reproductivos una vez superada la crisis sociopolítica que atraviesa nuestro país.

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