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La Corriente Somos Todas y su programa Cuerpos Sin-Vergüenzas, les damos la bienvenida a este primer programa del año 2023, nuestra edición número 473 en casi una década de transmisiones ininterrumpidas.

Despedimos un año difícil para Centroamérica, en donde la violación sistemática de derechos humanos se ha convertido en una constante, en un contexto de creciente deterioro de la democracia.

Damos inicio a un nuevo año, reafirmando nuestro compromiso con todas las voces que, en Nicaragua, Centroamérica, América Latina y el mundo, luchan por construir sociedades democráticas, en donde la inclusión y el respeto a la diversidad formen parte de los cimientos de la convivencia cotidiana.

En esta primera edición de este programa queremos ampliar los diálogos sobre el estado de los derechos humanos en Centroamérica, una región que figura entre la más violentas y desiguales de América Latina y del mundo.  

La Corriente Somos Todas y su programa Cuerpos Sin-Vergüenzas, les damos la bienvenida a este primer programa del año 2023, nuestra edición número 473 en casi una década de transmisiones ininterrumpidas.

Despedimos un año difícil para Centroamérica, en donde la violación sistemática de derechos humanos se ha convertido en una constante, en un contexto de creciente deterioro de la democracia.

Damos inicio a un nuevo año, reafirmando nuestro compromiso con todas las voces que, en Nicaragua, Centroamérica, América Latina y el mundo, luchan por construir sociedades democráticas, en donde la inclusión y el respeto a la diversidad formen parte de los cimientos de la convivencia cotidiana.

En esta primera edición de este programa queremos ampliar los diálogos sobre el estado de los derechos humanos en Centroamérica, una región que figura entre la más violentas y desiguales de América Latina y del mundo.  

Para hablar de este tema nos acompaña Wendy Flores, cofundadora del Colectivo Derechos Humanos Nicaragua Nunca+, organización que, desde el exilio en Costa Rica, se ocupa de documentar las graves violaciones de derechos humanos perpetradas por el Estado de Nicaragua; y Noah Bullock, director Ejecutivo de Cristosal, organización defensora de derechos humanos en el Triángulo Norte de Centroamérica: El Salvador, Guatemala y Honduras.

Este es nuestro último programa del 2022. Cerramos este año con 472 ediciones en casi una década al aire. Durante el camino recorrido desde Cuerpos Sin-Vergüenzas, nuestros micrófonos han estado abiertos para promover el debate y la crítica sobre temas relacionados con los derechos sexuales y derechos reproductivos.

En un contexto de violación a las libertades públicas y la libertad de prensa, cuerpos Sin-Vergüenzas ha sido un espacio abierto para todas las voces de abril que exigen justicia, democracia y libertad. En los últimos 4 años, hemos denunciado las consecuencias de la violencia estatal orquestada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Como parte de nuestra permanente apuesta feminista para erradicar la violencia de género y machista, hemos continuado evidenciando los daños que esta pandemia provoca en la salud y vida de niñas, adolescentes y mujeres.

Durante los últimos cuatro años, Cuerpos Sin-Vergüenzas ha dedicado una buena parte de su programación para reflexionar sobre las múltiples crisis que enfrenta Nicaragua y Centroamérica, así como, los desafíos que tenemos para construir sociedades más justas y libres de violencia.

Agradecemos profundamente a nuestra fiel audiencia, a las personas que nos han acompañado como invitadas y enlaces de retransmisión, pues todas y todos ustedes hacen posible que este proyecto de comunicación feminista continúe al aire, a pesar de las condiciones adversas para el ejercicio de la libertad de prensa y libertades públicas en Nicaragua.

A manera de cierre de año, en esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas hablaremos sobre esperanzas, apuestas y desafíos de año nuevo. Nos acompañan dos entrañables compañeras feministas, Alondra Sevilla y Juanita Urbina.

Barro Mestiza es la primera exposición individual de la artista nicaragüense ELYLA. El trabajo que se muestra en este catálogo se produjo durante su residencia artística como becario del Fondo de Protección de Artistas en la Universidad de Bucknell, con el apoyo de Ekard Artist Residency, el Museo de Arte de Samek y el Departamento de Arte e Historia del Arte.

Este espectáculo nos llama a reflexionar que, escondido en nuestros recuerdos, yace el gozo de ser una amable ruptura con aquello que lo sostiene todo. Así como lo llama Elyla, Clave cochona se trata más que de una apuesta a una realidad ficticia, se trata de la posibilidad de un verdadero presente cochón. Tal como señaló una vez Arundhati Roy, “otros mundos no solo son posibles, sino que están en camino y ya podemos escucharlos respirar”.

Al crecer en la zona rural de Nicaragua, la artista de performance queer Elyla, soportó el legado tóxico y continuo del colonialismo del país, en tal sentido, Barro Mestiza surge de la urgencia de revisar la narrativa homogeneizadora del mestizaje, frente a un horizonte más equitativo con las realidades LGBTIQ+ a la norma folclórica colonial del ser nicaragüense. El arte transfeminista, la utopía cochona y la justicia social son los temas recurrentes a lo largo de las piezas mostradas y que emanan del cuerpo de la artista.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversaremos con ELYLA sobre esta muestra artística que ofrece nuevos cuestionamientos a la construcción de la identidad mestiza en el pacífico nicaragüense.

Elyla es una artista del performance y activista no binarie. Su trabajo a menudo se mueve entre video-performance, instalaciones, foto-performance, teatro experimental, activismo radical e intervenciones políticas en el espacio público o sitios específicos. Las bienales donde ha participado incluyen Bienal de Nicaragua, Bienales Centroamericanas y la Bienal de La Habana, Cuba. Forma parte del equipo fundador del colectivo Operación Queer, integrado por académicos, artistas y activistas nicaragüenses para crear reflexiones trans-feministas y de-coloniales en la región Centroamericana.

El teatro es una de las actividades culturales y artísticas más antiguas que conoce la humanidad. Es una de las artes escénicas, es decir, aquellas que tienen lugar sobre un escenario, y consiste en la recreación de una o varias historias de distinta índole mediante actores, actrices, discursos, música y escenografía.

El teatro ha sido cultivado a lo largo de la historia con muy distintos fines, pero siempre comprendido como una herramienta para comunicar ideas masivamente. De hecho, los antiguos griegos lo empleaban como un instrumento de educación religiosa y ciudadana, poniendo en escena sus mitos y sus célebres tragedias. Por otro lado, también las vanguardias del siglo XX vieron en el teatro un campo de experimentos, en el cual podían exponer al público reflexiones de distinta índole.

Se trata, pues, de una forma de arte muy versátil, que combina el ejercicio intelectual con la representación de situaciones graciosas, conmovedoras e impactantes. Existen formas muy variadas de representación teatral, algunas de las cuales ni siquiera tienen lugar dentro de un teatro, sino en la calle, y algunas incluso exigen la participación del público.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, define al teatro como parte del conjunto de artes escénicas  que comprenden numerosas expresiones culturales que reflejan la creatividad humana y que se encuentran también, en cierto grado, en otros muchos ámbitos del patrimonio cultural inmaterial. El  teatro es algo más que simple “representación” ante un público, ya que pueden desempeñar también un papel cultural o social muy importante.

En medio de la profunda crisis de derechos humanos que vive Nicaragua, en Cuerpos Sin-Vergüenzas hemos reflexionado sobre el papel que ha jugado el arte para sostener las esperanzas de construir un país donde podamos vivir sin violencia, en libertad y con justicia.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas hacemos un reconocimiento al aporte que muchas mujeres teatreras hacen para ofrecernos espacios de placer y de libertad, aun en  tiempos adversos, como una alternativa que nos permita cuestionar y transgredir mandatos opresivos, denunciar las desigualdades y proponer otras maneras de estar en el mundo.

Nos acompañan Reyna Gutiérrez, trabajadora social, actriz y facilitadora de teatro cabaret feminista, y Dorling López, comunicadora social, teatrista, cabaretera y narradora oral, ambas integrantes de la agrupación de teatro Las Hijas del Maíz.

El próximo 10 de diciembre se conmemora el Día de los Derechos Humanos, en esta fecha pero en el año 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Está disponible en más de 500 lenguas y es el documento que más se ha traducido en todo el mundo.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es probablemente el hito más relevante en la historia de la humanidad y obliga a los Estados a tutelar y proteger esos derechos sin ningún tipo de discriminación.

Luego vinieron una serie de convenciones vinculantes que en regiones como América Latina adquieren carácter de obligatorio cumplimiento tales como la Carta Interamericana de Derechos Humanos, la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres y el Pacto de San José, que ensanchan la comprensión de los derechos humanos en la región. 

Si bien es cierto que en muchos países de América Latina existe una profunda brecha entre derechos formalmente reconocidos y el ejercicio de los mismos, hay países como Nicaragua que han estado en la mira de los organismos regionales y globales de las Naciones Unidas, por la sistemática violación de derechos, particularmente durante los últimos cuatro años y ocho meses de crisis sociopolítica.  

En ocasión al Día de los Derechos Humanos, en la presente edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas queremos reflexionar sobre los desafíos que supone la defensa de los derechos humanos en medio del estado policial de facto que ha conculcado el derecho a la libertad de expresión, prensa, asociación y de protesta cívica, para citar algunos.   

Para hablar de este tema nos acompaña la Dra. Vilma Núñez de Escorcia, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), reconocida a nivel nacional e internacional por incansable labor como defensora de derechos humanos.

Del 21 al 24 de noviembre se desarrolló en Guatemala un Encuentro Feminista Centroamericano previo al Encuentro Feminista Latinoamericano  y del Caribe (EFLAC). Este encuentro y los anteriores, son momentos dentro de un proceso de consolidación del movimiento feminista de la región Latinoamericana y del Caribe y servirá para producir sinergias entre países, ciudades, comunidades, organizaciones y grupos.

Estos encuentros han aportado al impulso de fechas claves para la movilización social, como el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, promovido por el primer EFLAC en 1981;  asimismo, el 28 de septiembre, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, propuesto en el EFLAC de 1990; por mencionar dos de las fechas significativas de los calendarios de lucha feminista que han salido de los EFLAC y han tenido una enorme influencia en la agenda feminista internacional y han sido retomadas por instancias oficiales como la Asamblea General de las Naciones Unidas que asumió la lucha contra la violencia como una jornada reivindicativa en su resolución 50/134 aprobada en diciembre de 1999, invitando a gobiernos, instancias internacionales y organizaciones no gubernamentales a desarrollar acciones de sensibilización contra la violencia hacia las mujeres cada 25 de noviembre.

Para las feministas centroamericanas, estos espacios de intercambio han sido lugares de reflexión teórica y posicionamiento político, y también, han sido vitales para confrontar las diferencias y las discrepancias del movimiento, que han contribuido a pluralizar los feminismos, y esa sería una de sus dimensiones más importantes.

En la declaración del encuentro se destaca que “las feministas centroamericanas reafirmamos nuestro compromiso de continuar profundizando en la reflexión colectiva en torno a las múltiples realidades y formas que adquiere la discriminación que viven las mujeres en razón del género, la orientación sexual, la clase, la etnia, la raza, la edad, las condiciones de discapacidad y otras realidades que nos constituyen”.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversaremos con feministas centroamericanas sobre la lectura que hacen de los problemas estructurales de la región y propuestas para continuar fortaleciendo el activismo en Centroamérica.