La democracia puede ser entendida en la actualidad como un conjunto de valores, actitudes, normas y creencias más o menos generalizadas, en torno a fenómenos que se consideran de orden público, incluyendo a las instituciones, prácticas políticas, grupos legitimados, normas que establecen los derechos y deberes de la ciudadanía, entre otros.

La democracia va más allá de los sistemas de gobierno, antes bien nos incluye y responsabiliza a todos los individuos y grupos que formamos parte de la sociedad. Nos hace responsables por la calidad de las relaciones interpersonales y por la calidad de la interacción entre las instituciones públicas, el Estado, el mercado y la ciudadanía.

En esta edición de Cuerpos Sin-Vergüenzas conversamos con Martha Yllescas Altamirano, economista, feminista, experta en políticas públicas, con Martha abordamos el estado de la democracia en Nicaragua y el lugar que ocupan las mujeres.

Críticas feministas a la democracia liberal

La democracia liberal ha sido enfáticamente cuestionada por el feminismo por excluir a las mujeres de los procesos políticos que suponían transformaciones sociales. Martha señaló que ésta democracia occidental puede ser entendida como un sistema donde las mujeres no fueron tomadas en cuenta.

Martha sostiene que la democracia liberal es una democracia blanca, formal, nominal, que se ubica en el espacio público y que tiene límites que se fundamentan en la representación. Nuestra invitada sostiene que dentro de ese modelo hegemónico de democracia, fue una “batalla monumental” conquistar el derecho al voto para las mujeres.

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Martha Yllescas Altamirano

Hacia una democracia feminista

Martha explicó que el primer tema que las feministas pusieron en debate fue el de la ciudadanía integral, es decir, dentro y fuera del espacio público. Una mirada que la democracia liberal no incluía.

Una democracia real debe invocar a grupos excluidos en igualdad de oportunidades “debe reconocer que todas las personas tienen derechos y que estos evolucionan (…) no puede haber democracia si las mujeres no están ahí, si los demás grupos tampoco (…) debe ser igualitaria, debe haber más justicia social”, mencionó.

La democracia en Nicaragua

Martha sostiene que los cambios en la cultura política nicaragüense en cuanto a la participación de las mujeres en el espacio público, se quedan en lo numérico. Enuncia que a pesar de los cambios en los imaginarios sociales respecto a las mujeres ejerciendo cargos públicos, aún hace falta mucho para que sean reconocidas como sujetas autónomas, porque son vistas como “mujeres que ayudan a los hombres”, lo que está fundamentado en prejuicios sexistas.

Sobre la retórica de “el pueblo presidente”, nuestra invitada comenta que esta afirmación “implicaría que la gente tenga mecanismos de expresar sus molestias”, y que no se trata de aplaudir a quien gobierna.

Piensa que es necesario que las personas estudien la constitución “es una obligación de todo el mundo”, para que la ciudadanía cambie la lógica de un Estado que funciona como una finca donde manda el presidente.

Martha apunta como desafíos en la democracia “hacer trabajo con la gente y que la gente tenga conciencia”, no limitar la participación al sufragio y perder el miedo a opinar libremente.

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